tag:blogger.com,1999:blog-42777809025319677582024-02-20T08:09:00.270-08:00Más allá de la imaginaciónLa vida de Alice da un cambio radical a raíz de sus acciones inmaduras.Unknownnoreply@blogger.comBlogger28125tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-17152232699383930292016-12-14T07:14:00.000-08:002016-12-14T07:14:08.193-08:00¡¡Me traslado a Wattpad!!Después de tres años, he decidido volver. Esta historia ha sido siempre una espinita en mi corazón y fui tan tonta de no continuarla, aunque yo en mi mente sabía que quería escribir.<br />
Gracias a una compañera y sus ánimos, después de tres años, he decidido publicarla en Wattpad, continuarla y finalizar la historia de Alice. He cambiado el nombre a Alice Flint, pero sigue siendo la misma historia.<br />
He cambiado y corregido algunos capítulos, ya que no sigo siendo la misma niña como cuando lo escribí.<br />
Dudo que sigáis entrando en el blog.. y si lo hacéis, espero que me deis otra oportunidad y me leáis en Wattpad.<br />
¡MUCHAS GRACIAS POR MIS AÑOS DE ESCRITORA, PERO HE VUELTO Y CON MUCHAS GANAS!<br />
Aquí os dejo mi usuario: @alwaysfebruary<br />
Y el link de la novela:<br />
<a href="https://www.wattpad.com/story/92963961-alice-flint" target="_blank">https://www.wattpad.com/story/92963961-alice-flint</a><br />
<br />
<b>Gracias por todo y espero que no sea demasiado tarde.</b>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-56215322933487067222013-01-27T04:51:00.003-08:002013-03-16T16:10:25.236-07:00~Capítulo veintisiete.<div style="text-align: left;">
«Se abre la sesión.»</div>
<div style="text-align: left;">
«Empezamos hablando de lo que sucedió, para recordar las cosas, porque parece que se le ha olvidado, señor Blair.» Llegó a decir muchas más cosas, pero entre nosotros, no le presté atención.. tenía más cosas en la mente, en lo que pensar, o más bien no tenía nada y no quería escucharle. Rocé la mesa con los dedos, con la mano que estaba sin atar, mientras que la otra, estaba sujeta por una esposa, sujetándome a una silla.</div>
<div style="text-align: left;">
«Charlie..» y más y más palabras salieron de su boca. «Responda..»</div>
<div style="text-align: left;">
«¿Sabe por qué usted está aquí, verdad?»</div>
<div style="text-align: left;">
<b>5864.- </b>Bordado en el uniforme, por llamarlo de alguna forma. Era naranja, apagado, no fluorescente como el de las películas. Un número que me pesaría toda la vida.</div>
<div style="text-align: left;">
—¿Por robarle el corazón?—solté, sonriendo.—Claro que lo sé,—. Confirmé su pregunta.—¿Me cree estúpido?—bajé la mirada, no arrepentido, sino con furia.</div>
<div style="text-align: left;">
—Tenga respeto.—me dijo mi abogado, agarrándome la mano. ¿Sería por algo en especial? Ganase o perdiese el juicio ya estaba pagado. Pero mi futuro estaba en mis manos, no en las suyas.</div>
<div style="text-align: left;">
Dejó el mazo y me miró la juez.</div>
<div style="text-align: left;">
—Cállese si no quiere acabar peor.—suspiró, y acto seguido le imité, suspirando aún más fuerte, haciendo más ruido, jugando un futuro que ya estaba perdido, bajo tierra.</div>
<div style="text-align: left;">
Recuerdo los días entre rejas, recuerdo esa semana donde solo recibía palizas, vomitando sangre, y con los ojos morados, mientras que mis nudillos estaban intactos.</div>
<div style="text-align: left;">
Me miraban con asco, con ''superioridad'', deberían verse, yo me defendí a mi mismo. Ellos, al contrario, me pegaban por dinero, un papel valía más que su orgullo y dignidad, pero en este caso.. les daba igual.</div>
<div style="text-align: left;">
«Acusado por secuestro..» Me escupían, pero eso no fue nada comparado cuando me fracturaron la nariz, ¿qué hicieron? Ni me sacaron allí, pensarían ''qué se pudra en su sangre'', pero acabó yendo alguien para escayolarme, ¿qué dije? ¿Qué me habían pegado unos ''policias'' que vestidos de uniforme se sentían más grandes? No, la verdad es que no dije nada. El silencio, era la mejor venganza.. menos por la noche. ¿A qué me dediqué? Una y otra vez cantando. Jugando con su paciencia, poniéndoles histéricos. Me llegaron a poner esparadrapo en la boca.. pero conociéndonos, perdonadme por la expresión, pero seguía dando por culo.</div>
<div style="text-align: left;">
«Acusado por violación..» Me quedé con las ganas de decirle todo, soltarle todo de un suspiro, aunque fuese mi último aliento, se lo daría a ella. Alice.</div>
<div style="text-align: left;">
«Por asesinato..»</div>
<div style="text-align: left;">
—¿A terminado ya? Solo por preguntar, no tengo mucho tiempo, quiero eligir la litera de arriba.—sonreí,—Tengo prisa.—solté un bufido, como un perro.—Pero si aún no ha terminado, si aún le queda algo por decir, hágalo ahora, ya que no podré oír más mentiras.—sonreí.—¿Puedo?—miré a mi abogado, parecía principiante, y en efecto, lo era.</div>
<div style="text-align: left;">
—Cla..claro,—se le quebró la voz.</div>
<div style="text-align: left;">
—¿Puedo, señoría?—y antes de que dijese nada, decidí hablar.</div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>En esos mismos juzgados..</i></span></div>
<div style="text-align: left;">
<i style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">—</i><span style="font-family: inherit;">Mírame Josh</span>—, la miré, sus ojos oscuros me sonreían. No era sus labios, sus ojos, la forma en la que hacía, me trasmitía algo, dulzura.—Podrás recordarme, rezo con ello.—le volví a mirar, mientras entrecerraba los ojos, respiraba hondo y rozaba su mano. Su voz trasmitía esperanza, fuerza.</div>
<div style="text-align: left;">
—Hasta entonces, ¿nos podemos conocer?—volví a encontrar su mirada, tan perdida como mis recuerdos.</div>
<div style="text-align: left;">
—Pero, yo ya te conozco,—su voz quebró,—nos conocem..—paró en seco, respirando y sorbiendo para arriba el aire, como si quisiera llenarse los pulmones de algo que no fuese dolor.</div>
<div style="text-align: left;">
Era distinta, me resultaba distinta.</div>
<div style="text-align: left;">
¿Sería por algo en especial el que no me contase quién era? ¿Lo que era ella para mi o yo para ella? Nunca dejaba de hablar, contándome la vida del resto, dándome detalle de quién era cada uno en mi vida, que hizo; que hicieron.</div>
<div style="text-align: left;">
Pero ella, ella era la única que esperaba que yo mismo lo recordase. Los médicos, me dijeron que estuve mucho tiempo sin oxígeno en el cerebro, para llegar a recordar con detalle las cosas, pero ella no fue solo un detalle, sino, no estaría siempre aquí, a mi vera, como un perro a mis pies.</div>
<div style="text-align: left;">
Podría sonar a locura, solo llevaba un mes con ella, pero podía notar que sus ojos estaban enamorados de mi.</div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>Delante de la juez..</i></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">—</span><span style="font-family: inherit;">Aún me lo sigo preguntando, el qué hago aquí, cómo llegue. La verdad es que no lo sé, me han transportado con una capucha en la cabeza, pero, parece que no me recuerdan, no hace falta leer mi historial para saber quién soy, he salido en las noticias numerables veces</span>—empecé a narrar, me llevé la silla conmigo mientras caminaba como podía. Intentándola buscar, intentado ver su pelo rizado, sus ojos azules con la raya marcada, intentaba buscar su mirada perdida, sus labios color cobre y su respiración acortada.—Hace once años.. yo solo era un crío, cuando, ¿mataron a mi padre? Ah,—miré al jurado,—¿os preguntaréis quien fue, verdad?—sonreí,—no os comáis el coco, están aquí mismo, vestidos con uniforme.—les miré. Y divisé una división de policías rodeando a una persona, sería ella. Era Alice.—La gente que pretende mantener el control, desmoronó mi vida, señores. No recuerdan como mi madre cayó en depresión, porque mi padre fuese asesinado a golpes por defender a un crío de diecisiete años en una manifestación.—se me inundaron los ojos, dejándome apenas la voz gritando.—Mi madre me abandonó, viendo que no podría cuidarme, años después.. apareció muerta. En un abrir y cerrar de ojos me quedé huérfano ¿qué me dejaron? ¿Qué me queda?—me senté, alzando la mano esposada.— Díganmelo ustedes, ¿qué tengo por luchar? ¿La esperanza? ¿Cuántas veces he entrado por estas puertas por defender ante los policías a los que no eran ''inocentes''? ¡Muchas!—me respondí a mi mismo.—Demasiadas.—suspiré.</div>
<div style="text-align: left;">
Rocé mi pelo anaranjado, que era a juego que mi vestimenta.—Ahora, señoría, le suplico que si va a seguir hablando, sea algo positivo, sino, ya puede callarse y decidir mi destino.</div>
<div style="text-align: left;">
No presté atención a sus palabras, pero oía voces, pensé en correr entre la poca gente que había, apartaría a los guardias que la rodeaban, habría sangre en mis muñecas del roce. Pero era peor el dolor de dentro. La diría que la amaba y, así fue. Así lo hice, nadie me detuvo. La miré, «Te amo, esto no es una despedida, te lo prometo.»</div>
<div style="text-align: left;">
Miré al resto, y la mayoría mantenían lágrimas en los ojos, mientras ya habían decido que hacer con mi vida. La muerte sería un descanso de lo que me esperaba, del dolor que podría sufrir. No había peor enemigo que yo mismo, era el que más daño podía hacerme, pero el padre de Alice quería gozar de esa satisfacción.</div>
<div style="text-align: left;">
No había mayor poder que el dinero.</div>
<div style="text-align: center;">
«Solo seré un papelito con un número, pero soy más valorado e importante que tu vida.»</div>
<div style="text-align: left;">
Fui a la guerra, a luchar por algo perdido.</div>
Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-66864498954975047042012-12-26T05:02:00.000-08:002012-12-26T05:02:19.736-08:00~Capítulo veintiséis.Entré de la misma forma que había llegado, sorprendido, sin entender nada, ¿tendría que hacerlo? A lo mejor, pero no estaba realmente seguro. La miraba, ¿sería ella mi ángel? ¿Mi salvación? ¿La persona que me haría ir por el buen camino? También lo dudaba, no sabía si era buena persona, no sabía si era la mejor opción, el hacerle caso.<br />
—¿Ocurre algo, Charlie?—me miró.—Estás sudando.—dijo. Me cogió y me llevó a un cuarto totalmente blanco. Era verdad, estaba sudando, sería porque hacía mucho calor y llevaba un polar, o por los nervios que me producía estar en ese lugar. Eran ambas. Esta situación me aterrorizaba. Y me hacía el fuerte.<br />
—No, no pasa nada<span style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="line-height: 18px;">.</span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Me ofreció sentarme. Obedecí.</span></span><span style="line-height: 18px;">—Quería preguntarte qué.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Cállese.</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—me callé. Sacó algo del pantalón. Su pistola, dejándola en la mesa.</span></span><span style="line-height: 18px;">—Mejor no preguntes.—sonrió arqueando las cejas, arrugando el rostro, y encogiendo mi alma. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Miraba la pistola con recelo, lo que daría por volver a tener una. Sí, la tuve, pero eso es otra historia.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te gusta?—sonrió,—venga, cógela, lo estás deseando.—Renee me leyó la mente y un escalofrío recorrió mi piel.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Estiré el brazo y la empuñé. Apuntándola.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Si sabes de armas, verás que no está cargada.—Me lo imaginaba, así que le devolví la sonrisa con amargura.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Por qué estoy aquí, Reene?—le pregunté mientras la observaba con envidia.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Charlie, el padre de Alice, te ha delatado.—suspiró.—Quiere llevarte a juicio.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿No sería mejor que se deshiciera de mi?—dije.—Manchando sus manos con mi sangre, no tendría cargos, y nadie se daría cuenta de mi desaparición.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo sí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Y luego él se libraría de ti.—la miré. Era buena persona. En el fondo, o quería a Alice, o me quería a mi.—Por ayudarme.—suspiré.—Por avisarme.—volví a suspirar, llenando mis pulmones de un aire vacío, quemándome por dentro.—Por lo que estás haciendo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Hacer?—rió, tocándose la espalda. —¿Crees que esto es una ayuda?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Por eso me llamaste, ¿verdad?—empecé a dudar por un segundo, que se convirtieron en minutos interminables, hasta que decidió abrir los labios, para decirme la verdad.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Lo siento Charlie,—sacó del pantalón otra arma, apuntándome.—Pero te quiero seguir viendo muerto.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">A diferencia del arma que tendría en las manos, esa sí estaba cargada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Tiré la mesa con la pierna derecha, dejándola a ella en el suelo. Corrí hacia la puerta, tirando del picaporte. Tenía sangre en las manos, y toda la habitación blanca me dio la impresión de que era roja.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Bonita, verdad?—Tosió sangre.—Fue diseñada especialmente para esto, estos meses.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No la miré y seguí tirando y empujando la puerta. No podía abrirla. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Ábrela, joder!—le grité. Liberando mi dolor, mi furia.—Abre la puta puerta Reene.—Dije silabeando, era gracioso, ya que no tenía en cuenta de que ella tenía un arma, y yo, no tenía nada.—¡Qué la abras!—Mi voz resonó por toda la habitación, haciéndola más grave, más terrible. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Se rió.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me acerqué, a su rostro, las palabras no servirían, pero, ¿y si la besaba? </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Cambié mi cara en apenas en una milésima, pasando mi mano por su pelo, y quitando sus mechones rubios de su rostro. Acercando mis labios a su oído, noté como se estremecía al notar mi cálida piel en su oreja. Caminé mi mano por su cadera, y acercándola a mi cuerpo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Antes de morir, querría tener mi último placer.—le susurré. Cogió mi pantalón y se acercó a mi boca.—Será rápido.—supliqué, mi voz temblorosa y débil fue lo único que se oyó. Extrañada se mordió los labios y soltó mi mano. Posó sus labios en los míos, la cogí del pelo y la encerré entre la pared y mi cuerpo. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Volví a besarle. La mordí, no sabía si era por satisfacción o por jugar un rato más con ella, pero lo hice. Paré en seco, y se llevó su mano a los bolsillos. Donde estaba su arma. Sonreí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Lo siento Reene, pero yo también te quiero ver muerta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Y disparé.</span><br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><span style="line-height: 18px;"><i>En un hospital..</i></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">Agarré su mano, con fuerza, haciéndome daño.</span></span><span style="line-height: 18px;">—¿Me oyes?—grité, dándome cuenta de que me podría oír él y toda la planta. Le miré, tan pálido, pero me daba la impresión de que estaba más vivo. Solté sus dedos y corrí hacia la puerta, gritando con todas mis fuerzas, dando la mayor noticia de mi vida, qué había despertado.—¡Enfermera!—corría como una niña, dejé de ser Andy, la joven de dieciocho años, para convertirme en una cría de cinco, dando saltos de felicidad.—¡Enfermera!—volví a gritar.—¡Está despierto, Josh, está despierto!—lloraba, me ahogué en mis lágrimas, y apenas podía vocalizar.</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—¡Está despierto!</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">La cogí del brazo a la mujer y le llevé a la habitación.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Andy.. le dije que no podría suceder.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Le he dicho que está despierto, me ha agarrado la mano! ¡Me ha apretado!<span style="font-family: inherit;">—la gritaba arrastrándole por los pasillos.</span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—¡No le estoy mintiendo, es la verdad!</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">Llegamos al borde de la puerta, y vi su cuerpo, igual de quieto, en la misma posición. Pero con una sonrisa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No.—se quedó perpleja.—¿Lo has hecho tú? ¿Le has movido los labios para que..?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No, de verdad.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Está sonriendo.—dijo, emocionada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Entonces se ha curado? ¿Ya no está en coma?—grité, sin contener mis ganas de explotar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Probemos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Nos acercamos a la camilla, le miró los ojos y sonrió a Josh. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Hoy está muy guapo, Señor Green.—rió.—Muy muy guapo, sería un buen día para que se fuese, ¿no cree? Qué ya lleva más de dos meses ocupando una camilla.—dijo con humor, pero en realidad era la verdad. Volvió a estirar la mano, agarrando a la enfermera del brazo. Lo notó y sonrió, indicando que me acercara.—A lo mejor al principio no puede hablar muy bien, y también le dije que puede que haya perdido la mem..</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Ya ya, sí.—no le hice caso.—¿Me puedo marchar ya con él?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Puedes.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Inclinó su cuerpo y vi como respiraba, como su tripa se hinchaba al coger el aire.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Josh, soy Andy, ¿me recuerdas?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No conseguía mantener la mirada fija en mis ojos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Te voy a llevar a casa.</span><span style="background-color: white; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">—</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">volví a llorar.</span></span><span style="line-height: 18px;">—A nuestra casa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Abrió los labios, y me miró.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Dijo con apenas fuerza.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Quién eres?</span><br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><span style="line-height: 18px;"><i>En una calle de Irlanda..</i></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">Salí. Seguía viendo su rostro, me miraba, lo hacía durante minutos, sin dejar la </span></span><span style="line-height: 18px;">vista</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;"> en mi. Sus ojos mostraban lágrimas. Se me encogió el corazón, ardor. Parecía que era él. Pero era la cara de un desconocido, que me miraba con sus ojos, con su pelo, sus labios.</span></span><span style="line-height: 18px;">—Una simple imagen Alice.—mordí mis labios.—Debo correr.—Y así hice, me adentré entre las calles, llegando al puerto marítimo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Qué me debe deparar..—suspiré cogiendo aire. Miré al cielo, las calles, todo estaba vacío, solo se oía mi respiración agitada y mis ganas de caer. Dejé de estar en mis pensamientos cuando oí una sirena.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me introduje en una calle.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Oscuridad, era familiar, pero aún no sabía donde me encontraba. Apoyé mi peso en una pared, rozando los ladrillos con las yemas, imaginándome que era su rostro. La empujé, como si quisiera sostenerla, como si se fuera a derrumbar, sepultando mi cuerpo. Dejando un destrozo en una calle de Irlanda.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Oí un susurro, un tintineo de dientes, noté como una vena se hinchaba, los suspiros de alguien familiar. Un gesto fruncido, una sonrisa satisfactoria.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Por fin nos encontramos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Reconocí su gélida y grave voz.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Mi padre.</span>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-83780228821221196442012-10-26T07:44:00.000-07:002012-10-26T07:44:06.705-07:00~Capítulo veinticinco.Caminaba. Dos, tres segundos. La luz parpadeaba a la misma velocidad que mis latidos. Cuales ascendían por segundos. Oscuridad, y después, una tibia luz. Todo había cambiado con una llamada<i>.<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">«</span></span>—Todo, ¿todo?—»</i>, pensé.—Todo.—dije suspirando. El pasillo no terminaba. Me acordaba de su sonrisa, que era lo único que me tranquilizaba en estos momentos. Angustia, arrepentimiento, decepción. A ese orden pasaron todos mis pensamientos. Miré al techo, una gotera era lo único que me acompañaba, hasta que oí unos pasos, y como una sombra se acercaba a la mía. No nos miramos, ni nos dimos ningún saludo. Cada uno por su lado, caminando por ese estrecho pasillo que parecía no acabar.<br />
Me llevé las manos al pelo, quitándome el sudor de la frente. Hacía calor, no recordaba muy bien como había llegado, pero esa fueron las direcciones que me habían dado. Fueron bajar unas escaleras interminables, parecidas a las de un hospital, pero llegó el momento en el que ya no recibía luz natural. En efecto, estaba bajo tierra, y lo único que no podía soportar era el agobio de tener toneladas de cosas encima de la cabeza. No, no me refería a la tierra, ni edificios, ni nada físico, sino mental, me refería a mis pensamientos.—¿Es el final?—dije, temblando. Temblaba, notaba como mis dedos ya no agarraban mis pantalones y se movían sin control.—¡Joder Charlie, no puede ser el final!—volví a gritar. Doblando mi espalda y clavando las rodillas en el suelo.—¡No puede serlo!—volví a gritar. Mi voz se oyó hasta el final del pasillo, donde se encontraba una puerta. Había llegado.<br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>En la habitación de Josh del hospital..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Me miró, yo tan extrañada como él, intentando </span>entender<span style="font-family: inherit;"> toda la información que me estaban dando.</span>—Es un fugitivo.—miré a Ralph. Me miró con decepción, asombro y miedo.—Una enfermera nos avisado de que estaba aquí.—suspiré, ¿Charlie? ¿Fugitivo? ¿De qué?—Secuestró y violó a Alice Flint.—un nudo en la garganta me impidió seguir respirando.<br />
—¿Alice Flint?—añadió Ralph, mirándome. No me habían reconocido. Solo tuve una idea, huir.<br />
—Así es muchacho.—agarró sus esposas.—¿La conoce?—negó con la cabeza.—¿Y la ha visto?—volvió a preguntar al ver su respuesta. Me cubrí con la bufanda, tapándome más la cara. Y bajé el gorro que llevaba para que se me vieran menos los ojos. Quería llorar, gritar, tirarme al suelo y patalear como una niña pequeña. Pero no reaccionaba, notaba que mis piernas estaban clavadas al suelo, sin poder moverme, sin poder huir. Miré a Ralph, y lo único que pude ver fue una imagen de Charlie. Mirándome con decepción.<br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>En esa misma habitación..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Continuaron las preguntas, cuales yo respondía por ambos. Alice no podía hablar, ni articular ningún gesto. Me miraba con pena, como si no me estuviera mirando a mi, como si hubiera mirando algo que no fuese yo. </span><br />
<span style="font-family: inherit;">Pero seguí mirando al policía.</span>—¿Usted es amigo de el señor Blair, verdad?—respondí, más seco que la paja. Le conté que hace unos días que no le veía.—Mentirme es delito.—volvió a comentar, pero yo seguí con la postura de que no sabía nada de él. Mintiendo.<br />
—Le puedo asegurar que no le veo desde hace semanas.—dije.<br />
—La enfermera ha confirmado que ha estado aquí, hace unos minutos.—pasó su mano por su cintura.—¿Acaso cree que soy estúpido?—preguntó con una risa irónica.—¿Y usted?—señaló a Alice. Le miró, y acto seguido me miró a mi.<br />
—Ella tampoco sabe nada.—respondí.<br />
—Hablo con ella.—me interrumpió antes de poder decir otra palabra más. La volvió a mirar.—Su cara se me hace conocida.—se le saltaron las lágrimas, y se pasó la manga intentando disimular.<br />
—Tengo una cara muy común.—dijo. Sonreí, sin darme cuenta.<br />
—¿Le hace algo de esto gracia?—se volvió a dirigir a mi.—¿Le ve la diversión a esto?—bufó.<br />
—No.—respondí.—En absoluto.—confirmé satisfecho. Dejaría de interrogar a Alice.<br />
—A mi no me lo parece.—se llevó las manos a las esposas, cuales sacó y empezó a jugar.—Usted deberá saber que su ''amigo''.—recalcó poniendo comillas.—Ha violado a Alice Flint.—alzó las cejas y con la mirada perdida, encontró la de Alice.—Usted se parece mucho a aquella muchacha.<br />
Segundos de pánico corrieron por mi sangre, pero ese policía con barriga parecía demasiado estúpido para darse cuenta. Había cambiado, el pelo más largo y desgastado. Rasgos físicos con magulladuras y en todo caso, había crecido, no era la misma niña de siempre. Le tocó madurar demasiado pronto, pero en el fondo, me gustaba. Sus ojos pintados con una raya negra recalcando su precioso color azul. Era lo único de maquillaje que llevaba en la cara, y, estaba preciosa.—Espera..—dijo. Le miré. Sacó el móvil y puso la clave <i>«guardiacivil». </i>Confirmé que no era muy inteligente al poner esa contraseña.—Un momento.—la miró.<br />
—¿Qué ocurre?—dije, me alteré.<br />
—Usted.—la miró.—¿Se cree que soy idiota?—rió, tan fuerte que se asustó.—¿Y usted?—me miró.—¿Creía que no me iba a dar cuenta?—sonrío.—Qué pena que no hubieras huido.—agarró a Alice.—Querida Alice, te tengo que llevar con tu padre.<br />
No sé si lo hice sin darme cuenta. No sé si fue un acto reflejo o algo que me salió del corazón. Pero empujé a Alice al suelo, dejándola caer, para que reaccionara a la situación. Se levantó y me miró. El policía se dirigió a mi rostro. Recalco, no sé si lo hice porque lo necesitaba, no sabía si era por furia, rabia o impotencia. No sabía si era porque a Alice no la hubiera pasado nada si se hubiera fijado en mi. Pero lo hice, cogí al policía del brazo y le di un puñetazo en el ojo. Dejando a Alice con tiempo. Tiempo para huir.<br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>En los pasillos del hospital..</i></span><br />
Me chocaba con todo lo que estaba de por medio. La última imagen que tuve fue como Ralph le proporcionada un puñetazo al policía. Corría, y los pasillos se hacían interminables. Insultos, disculpas, gritos, risas, todo lo que me rodeaba me agobiaba y me hacía más pequeña e indefensa. Debía huir. Esquivar guardias, debía hacer muchas cosas. Pero sobretodo una: Encontrar a Charlie.—Debo avisarle.—dije, mientras corría por un pasillo con solo una salida. La de incendios. Saltó la alarma e hice que mi huida fuese menos sigilosa y segura. Me trababa con las palabras en mi mente, su rostro era lo único que veía en las caras de la gente. Decepción, me miraba con una mirada perdida, con miedo y avisándome de las cosas. Pidiéndome a la vez perdón por tener que irse. Todo eso me decía su mirada, que en el fondo, era fruto de mi imaginación.<br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>En el ascensor..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Decidí volver. Me daba igual que Charlie me regañase después de verme en la habitación de Josh. Necesitaba verle, sentir el poco calor que desprendía su piel y darle el mío. Marqué el botón. </span><i><span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit; font-size: 13px;">«</span><span style="font-family: inherit;">Tercero.</span></span>» </i>Estaba en el tercer piso, una perfecta caía donde me llevaría con él.<br />
Entró gente y me sentí débil. Abrazados y mirándose, mientras lo que más amaba de mi vida se encontraba en una camilla del hospital. Caminé sola por los pasillos, hasta llegar a su habitación. No había nada. Ni nadie. Solo se encontraba él.—He vuelto.—le dije mientras me acercaba al pie de la cama.—He vuelto para estar contigo.—volví a decir, llorando. Me senté en la silla que se encontraba cerca de su cara, acariciando su rostro frío y pálido.—Te amo Josh.—solté, mientras pasaba la yema de los dedos por su pelo. Escribí, <span style="font-family: inherit;"><i><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18px;">«</span><span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 18px;">Te amo</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18px;">.</span>»</i> en la palma de su mano. Otra vez. Mis lágrimas cayeron en su rostro, como si él estuviera llorando, y luego en su mano, cual apreté con todas mis fuerzas. Solo hubo una diferencia. Él también apretaba.</span><br />
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>Bajo tierra..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">No sabía cuanto tiempo había estado enfrente de esa puerta. Ni lo que me esperaba. Aún no lo sabía. Solo sabía que necesitaba verla, y la había dejado tirada en un hospital. Resoplé. Apoyé mis zapatillas en la pared de enfrente, dejando mi espalda en la pared, y la cabeza entre las piernas. Mis mechones pelirrojos cubrían mi frente. Debería haber entrado, pero a la misma vez nadie salió. Miré el móvil, la tenía de fondo. Su preciosa sonrisa. No podía creer lo que estaba haciendo. La estaba abandonando en sí, había huido sin ella, sin nadie. Había huido solo. Tiré el móvil contra el suelo. Así nadie me encontraría. Yo podría dar con ella. Me sabía su número de memoria, no me hacía falta tenerlo apuntado. La luz de la pantalla se fue poco a poco, igual que su imagen. El pomo de la puerta empezó a girar. Y una sonrisa me recibía.</span><br />
—¿Cuánto tiempo llevas ahí?—sonrió dándome su mano para levantarme.<br />
Agarré su mano para impulsarme y me puse a la misma distancia que su rostro.<br />
—Mucho tiempo Reene, mucho tiempo.Unknownnoreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-28789021931657389692012-08-30T02:26:00.000-07:002012-08-30T02:26:10.763-07:00~Capítulo veinticuatro.<span style="font-family: inherit;">Noté
como mi alma se desgarraba al compás de los gritos de mi propio dolor.
Externo y a la vez interno. Repliqué mil veces a los médicos, a las
personas que me rodeaban, hudiéndome más en mis pensamientos.<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Despierta,
por favor.—repliqué, rozando sus manos.—Los médicos me han dicho que
puedes oírme.—supliqué llorando.—Por favor, despierta.</span></span><br />
<div>
<span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; font-family: inherit; line-height: 18px;">—No lo intentes Andy, no va a despertar.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit; font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Por qué?</span><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 18px;">—agonicé,
queriendo que esas palabras fueran las últimas que dijiese. Irme con
él. Volví a mirarle, pálido y serio. Siempre pensé que sonreía, pero me
hicieron ver que no volvería. No estaba muerto, pero a mi me parecía que
era un cuerpo sin vida, que </span><span style="line-height: 18px;">deambulaba</span><span style="line-height: 18px;"> sin rumbo. Y si despertase, no
recuperaría la memoria, incluso podía ser un vegetal. Fueron las únicas
razones que hicieron que pasara casi dos meses en el hospital. Sin
moverme de su lado. Cuidándole como si fuese mi propia vida. Y lo era.</span></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;"></span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;"> </span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Vete a comer algo, ya me quedo yo con él.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—sonrió dándome esperanzas que no había.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Aún hay tiempo para que se despierte. Mucho tiempo, y se acordará de ti.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—me gustaría que me lo prometiera, pero ya había perdido todo.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No se va a olvidar de la persona que siempre amó.</span></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No lo digas en pasado.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—pedí. Odiaba que hablasen como si no estuviera con nosotros. Cómo si no estuviese presente. Siempre </span></span><span style="font-size: small;"><i style="line-height: 18px;">«era...</i><i style="line-height: 18px;">»</i><i style="line-height: 18px;"> </i><i style="line-height: 18px;">«hizo..</i><i style="line-height: 18px;">» </i><span style="line-height: 18px;">cómo
si ya no tuviera la oportunidad de serlo o hacerlo. Habían aceptado que
se había ido. Unos tardaron más y otros menos, todos pasaron página. Yo
seguía estancada en la fase de </span></span><span style="font-size: small;"><i style="line-height: 18px;">«Negación</i><i>.</i></span><span style="font-size: small;"><i style="line-height: 18px;">»</i><span style="line-height: 18px;">
No quería admitir que estaba en coma. No quería admitir que los médicos
tenían razón al decirme que no se despertaría. No quería que le
desconectasen al ver que con la guerra había más heridos y necesitaban
camillas. Suplicaba a los médicos, pidiéndoles unos días más. En cuales
se despertaría. Abriría los ojos, y yo, estaría presente para verlo.
Para llorar al ver que me miraba. Pero el tiempo pasaba y yo no corría a
la misma velocidad que los segundos.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Me sigue amando.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—respondí, agarrando más fuerte su mano.</span></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Lo sé.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—suspiró.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Todos lo sabemos. Pero</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—me miró.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Andy, está en coma. Han dicho que es difícil que despierte.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—no quería oírle.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Y no recordará nada. Lo siento decírtelo pero tienes que aceptarlo.</span></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¡Cállate!</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—grité mirándole.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Acaso sabes qué es perder a alguien?</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—volví
a elevar la voz, liberando mi furia de dos meses por la boca. Cargando
mis penas al único que me había ayudado estos meses. Charlie. Mi querido
Charlie, notaba que era lo único que me quedaba.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Lo sabes?</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—volví a gritar, notando como emergían lágrimas.</span></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Sí. Sabes que lo sé. Y ahora vete.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—suspiré.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Voy a llamar a una enfermera para que te saque de aquí. </span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"> </span></span><br />
<span style="background-color: white; font-family: inherit; line-height: 18px;">Vi
como Alice se asomaba por el arco de la puerta, trayendo a Ralph
detrás. No sabía que había pasado estos meses, no pisé nunca la casa.
Pero las cosas habían cambiado desde entonces y nadie lo pudo </span><br />
<span style="background-color: white; font-family: inherit; line-height: 18px;">remediar. Ni yo, ni nadie.</span><br />
<i style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large; line-height: 18px;">En aquella camilla..</i><br />
<i><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">«Agarraba mi mano, como si no quisiera soltarme, observaba su pelo negro, desde el otro lado de la vida, pero a su lado. Intentaba mover los labios, intentaba decirle que no llorase. No sabía su nombre, pero tampoco sabía cual era el mío. Había oído nombres, muchos, pero estaba perdido. Recordaba palabras sueltas, disparos, llantos, discusiones. Recordaba como aquella chica me cuidaba día y noche, y yo, no podía agradecérselo, porque no era consciente de mi cuerpo, no podía moverme. Intentaba mover los dedos cuando me cogía la mano, pero, lo que más quería hacer, era sonreír. No sé si lo había conseguido, pero todo mi ser se había esforzado para regalar una pequeña sonrisa al mundo. Que como parecía desde mi punto de vista, yo era el mundo de esa chica..</span><span style="line-height: 18px;">»</span></span></i><br />
<i><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: x-large; line-height: 18px;">En esa misma habitación..</span></i><br />
<div>
<i style="color: black; font-family: inherit; line-height: 18px;"><span style="font-size: small;">S</span></i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">eguía cogida de su mano, mientras se resistía a que la enfermera la sacase de la habitación, pero por fin, </span></span><span style="line-height: 18px;">cedió</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;"> No le quedaba otra, tenía que comer, vivir, ver el Sol. No podía estar encerrada siempre con Josh en la habitación.</span></span></span></div>
<span style="background-color: white; font-family: inherit; line-height: 18px;">Luego, al oír sus llantos por el pasillo, suplicando que no se la llevasen, desvanecieron en un suspiro y nos quedamos los tres en el cuarto, bueno, Josh también. Había tensión, tanta que Alice se separó de mi y se aproximó a Josh. Charlie me ofreció la mano y acepté. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-size: small;">Entendí un </span></span><span style="font-size: small;"><i style="line-height: 18px;">«Cuídala</i><i>.</i></span><span style="font-size: small;"><i style="line-height: 18px;">» </i><span style="line-height: 18px;">salido de sus labios. ¿A quién se refería? ¿A Andy, Alice? Me limité asentir, sin saber a que se debía.</span></span><span style="line-height: 18px;">—Hola Josh,—dijo Alice.—Te estás dejando barba, ¿verdad?—río, con una triste sonrisa en la cara, actuando como si hubiera aceptado su pérdida, pero no, nadie la había aceptado, quién nos iba a engañar.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Miraba su figura, su increíble figura, que me perdía en ella cada vez que la veía. </span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Charlie rió chistoso, acercándose a ella, y rodeando su cintura con las manos. Apoyó su barbilla en sus hombros, mientras notaba su respiración en su cuello. Y bueno, yo estaba ahí. Observando cada detalle. Cada detalle que me mataba por dentro, haciendo un agujero en el pecho.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Nadie decidió hablar de nada, no decir ninguna palabra mientras Alice abrazaba a Charlie. Todo parecía ser normal, pero no lo era. Las cosas habían cambiado. Sonó su móvil.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Claro.—dijo al coger el móvil, sin saludar.—¿Pero es verdad?—volvió a decir. Miré a Alice.—De acuerdo, voy para allá.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Qué ocurre?—puso su dedo en los labios.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Luego, a la noche, nos vemos cariño. Me tengo que ir.—Posó sus labios en los suyos y se marchó sin dar ninguna explicación, dejando las dudas, la tensión y la curiosidad en el aire.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Otra vez.—suspiró y me sonrió mientras se apoyaba en la pared.—Se volvió a ir por causas desconocidas, que yo nunca sabré.—rió molesta.—¿Tú sabes algo?—preguntó.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No..no.—dije, mirando sus ojos. Azul mar, azul cielo. Ese precioso azul. Siempre me pregunté por qué seguían juntos, después de estos dos meses pasando casa segundo conmigo, mientras Charlie estaba fuera. Para mi fueron especiales. Pero nunca sabré que significaron para ella.—Pero no te preocupes.—y defendía a Charlie, en el fondo le quería como a un hermano.—No te está engañando.—no lo sabía con seguridad.—Para él eres su vida.—volví a decir lo qué sentía cambiando mi nombre.—Para él eres la voz que anima sus días.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero..—me acerqué, la aferré a mi cuerpo, dejando mi cabeza en la suya.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Te quiere, no plantees más preguntas.—supliqué. Aprecié como sus latidos se aceleraban a la misma velocidad que los míos, llegando a tal punto que los dos se unieron en uno solo. Podría besarle, se negaría, pero así me liberaría de ese peso en el cuerpo, de como sería al poder rozar sus labios. Apoyó su frente en mi frente, mirando mis ojos con el más profundo dolor. ¿Sería por Josh, por Charlie, por mi? Me dejé de preguntas y respiré lo mínimo, para no perder detalles de como parpadeaba, de como la curva se su sonrisa de elevaba iluminando su rostro, seguido al mío. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Nuestro beso podría haberse quedado en el olvido después de haberla dicho por una vez más que la amaba. Choqué su nariz con la mía y respiré su mismo aire, mientras posaba mis labios en los suyos. Agarré su cuello con una de mis manos, mientras ella pasaba las suyas por mi pelo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Todo saldría perfecto sino fuera porque entró la policía en la habitación. Buscando a un futuro detenido. Que había huido sin dar explicaciones apenas hace unos minutos. Que había dejado al amor de su vida en una habitación del hospital. Sin dar pistas de dónde estaría y con quién. Sin saber qué había hecho y por qué le iban a encerrar o reclutar. Llamado Charlie Blair. </span>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-80284550858560173302012-07-19T04:13:00.002-07:002012-07-19T04:13:52.210-07:00~Capítulo veintitrés.<span style="background-color: white;">Caminé, hice el mismo recorrido de todos los días. Los mismos árboles, las mismas personas en los mismos bancos. Todo era igual menos yo. No me agradaba hacer lo que hacía. Lo odiaba, pero en mi interior notaba que no me quedaba otra opción, que tenía que protegerla, tenía que separarla del dolor. Dos manzanas más, y llegaría a la casa, donde empezó todo. </span><span style="background-color: white;">Clavaba los pies en la nieve, hundiéndome en ella. Igual que mi dignidad y mi alma. Llegué a la puerta, y no me quedó otra opción que llamar.</span><br />
—Adelante.—me dijo un mayordomo.<br />
Caminé y saqué las manos de los bolsillos, notando un extenso calor.<br />
—¡Hola Charlie!—exclamó esa chica rubia.—Pensé que llegarías tarde, como de costumbre.—no dije nada y pasé por las escaleras, las mismas dónde la encontré tirada en el suelo, rodeada de sangre. Me estremecí y le sonreí, cansado de toda esta mentira.<br />
—Ah.—me limité a decir.<br />
Vacío, un gran vacío ocupó la habitación. Y ese <i>«ah.» </i>fue lo más parecido a una palabra que iba a decir el resto de la mañana. Me miraba, sonriendo, como si estuviera feliz al notar mi presencia. Como si no le importara todo el daño que le estábamos haciendo a su mejor amiga, a Alice.<br />
Me senté en el salón. Miré fotos, cuadros, observé absolutamente todo lo que me rodeaba, recordando que la estaba haciendo daño, sin que ella se diera cuenta.<br />
—Bienvenido Charlie.—me levanté acto de oír su voz.—No te esperaba tan puntual.—Siempre llegaba tarde, era verdad.—siéntate.—obedecí sus órdenes y me senté a su vera, observando su expresión. Cejas arqueadas y una sonrisa que iluminaba su horrible rostro. Escondía rencor y estrés. Y su mirada, era lo que más temía.—Hoy, quería comentarte una idea que hemos tenido Renee y yo.—la chica rubia me sonrió y yo pasé un tupido velo a la situación.<br />
—Qué queréis hoy.—añadí seco.<br />
—Tienes que hacer más daño a Alice, si no quieres que se lo haga yo.—vocalizó cada vocal, mientras el mundo se caía a mis pies.—Sabemos que eras un fugitivo, y un secuestro te enviaría inmediatamente a la guerra.—olí a quemado, y dejé de respirar. Un nudo en el cuello me apoderó y asentí a sus palabras.—Solo tienes que hacer lo que te pedimos.—sonrió, mostrándome una de sus peores facetas.<br />
—¿Hasta cuando?—me digné a decir, intentando aceptar sus palabras.<br />
—Hasta que se harte de ti y venga conmigo.<br />
—La volverás hacer daño.<br />
—De eso trata.—comentó.—Parece que no pillas las cosas muchacho.—respiré y me froté las rodillas.—Parece que te cuesta asimilar que Alice es mi hija, y yo hago lo que quiero con ella.—me hubiera levantado y abría posado las manos en su cuello, hasta que dejase de respirar y su corazón diese sus últimas señales de vida. Nadie sabría lo que habría pasado, Alice no sufriría y yo me iría a la guerra, a luchar. Pero dos guardaespaldas me rodeaban, apuntándome con un arma, cargada, preparada para disparar en cualquier momento.<br />
—¿Por qué no me matáis ya?—Estaría dispuesto a pegarme un tiro, pero mis acciones inmaduras no solucionarían las cosas. Sería un suicidio, que sería capaz de cometer, solamente por su felicidad.<br />
—Eres necesario.—comentó Renee.<br />
—Si tú no le haces daño, no se dará cuenta que no le queda nada más en la vida, y vendrá aquí, por mucho que le duela.—bajó los párpados por cansancio.—Pensaba que eras más listo.—sonreí.—Pero vemos que mi hija se ha enamorado de un idiota cualquiera.<br />
—Un idiota que si le ocurre algo, no saldrá las cosas como usted quiere.—alcé la mirada.—¿verdad?—le hice daño, lo sentí al ver que me enseñaba los dientes y apretaba sus puños. Le dolía oír la verdad, tanto como a mi.<br />
—Cállese.—ordenó.—Miro a sus guardaespaldas y ladeó a cabeza.—Marchaos.—los dos se extrañaron y alzaron los hombros, mientras desaparecían al cruzar por una pared.<br />
—¿Y yo..?<br />
—Renee, vete también.<br />
—Per..—la interrumpió con una mirada y se puso en pie. Mientras esa figura perfecta desaparecía en la penumbra del salón.<br />
—Qué quieres Charlie.—sonrió.<span style="background-color: white;">—¿Dinero, chicas?</span><br />
<span style="background-color: white;">—Quiero a su hija.</span><span style="background-color: white;">—respondí.</span><br />
<span style="background-color: white;">—Sabe que es mía, de mi propiedad, mi juguete.</span><span style="background-color: white;">—Mi mente se imaginó aquellas imágenes, donde abusaban de ella hasta que perdía el conocimiento. Cerré los ojos, intentando olvidar, que diese un cambio inesperado y que estuviera en el cielo. Pero en mi caso, iría al infierno.</span><span style="background-color: white;">—Y tú, terminarás siéndolo.</span><span style="background-color: white;">—me sorprendí.</span><span style="background-color: white;">—No, hijo no. No abusaré de ti, pero, ¿no te das cuenta de que eres una marioneta?</span><span style="background-color: white;">—rió.</span><span style="background-color: white;">—¿Un perrito faldero?</span><span style="background-color: white;">—cuestionó, sabiendo que era cierto.</span><span style="background-color: white;">—Digo que vengas, y vienes.</span><span style="background-color: white;">—volvió a reír.</span><span style="background-color: white;">—</span><span style="background-color: white;">pasando de las consecuencias que provocarías.</span><br />
<span style="background-color: white;">—¿Sabe usted que le podría matar en estos instantes?</span><span style="background-color: white;">—solté.</span><br />
<span style="background-color: white;">—Lo sé perfectamente. Un tiro en la sien y me dejarías tieso. Pero Charlie, para eso hay que tener valor, cosa que careces.</span><span style="background-color: white;">—sonrió.</span><span style="background-color: white;">—Pero yo la poseo. Yo también podría matarte. Pero..</span><br />
<span style="background-color: white;">—..soy imprescindible.</span><span style="background-color: white;">—acabé su frase, odiando la realidad.</span><br />
<span style="background-color: white;">—Muy bien. Empiezas a pillar los conceptos.</span><span style="background-color: white;">—le miré, clavando la mirada en sus ojos. Intentando adivinar sus pensamientos, sus futuras acciones. Suspiré. Me veía en todas ellas.</span><span style="background-color: white;">—Sabes que las cosas acabarán como yo quiero.</span><span style="background-color: white;">—asentí.</span><span style="background-color: white;">—Sabes que Alice vendrá por consuelo.</span><span style="background-color: white;">—bajé la mirada y seguí moviendo la cabeza.</span><span style="background-color: white;">—Sabes que no tiene a nadie.</span><span style="background-color: white;">—Paré en seco. Su padre tendría toda la razón del mundo, pero en una cosa se equivocaba. Alice no estaba sola, tenía a Ralph.</span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Mientras tanto en una cocina..</i></span><br />
Su reacción. La que menos esperaba y menos quería. Era un iluso por creer que reaccionaría diciendo <i>«yo también te amo Ralph..»</i> era demasiado imbécil. Pasé la mano por la taza de café, mientras cuatro chicos me preguntaban por ella. Por lo que había pasado en esa habitación. Por lo que no había ocurrido.<br />
<div>
—¿Qué tal con Alice?—me hablaban en noruego, muchas palabras se me habían olvidado, recordaba lo básico, pero siempre pensaba en inglés. Eramos al rededor de unos cuarenta hombres, y en estos momentos, solo había dos mujeres, entre ellas, a la que amaba.</div>
<div>
—Bien,—dije deseando que hubiera pasado algo.—Todo muy bien.—sonreí, sí, sonreí con café en los labios. Saboreando su sabor, amargo y a la vez adictivo. </div>
<div>
—Ten cuidado Ralph, sabes que es de Charlie..—me comentaron mientras me daban un golpe en la espalda. Tenían razón. Pero, ¿yo no la mercería? ¿Era menos por no haberla conquistado haciéndome el duro? ¿Tomando las decisiones por ella?</div>
<div>
—Yo la conozco desde los catorce años.—solté.—Él no la conoce ni de un mes.</div>
<div>
—¿A qué te refieres?—Rony sonrió. </div>
<div>
—Nada, déjalo.—salí de la cocina dirigiéndome a mi habitación. Todas las miradas iban hacia mi rostro. Caminé hasta mi cuarto, o eso es lo que mandé a mis piernas. Pero acabé en la puerta de Charlie. Intentando recuperar algo que no era mío. Algo de lo que había amado toda mi adolescencia. Nadie me avisó que sería estar enamorado. Pero me juré a mi mismo que no la perdería. Sería mía.</div>
<div>
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Tras esa misma puerta..</i></span></div>
<div>
<span style="font-family: inherit;">El silencio fue la peor respuesta que le pude dar. Al oír esas palabras mi única salida fue huir, para no hacerle daño. Pero, no podéis </span>negadlo<span style="font-family: inherit;">, le estoy haciendo sufrir. Noté la furia en sus ojos al verme caminar de espaldas, e intenté no mirarle a los ojos. </span></div>
<div>
<span style="font-family: inherit;">Restregué mis ojos hinchados, y me incorporé </span>débilmente. No había desayunado, había perdido fuerzas. Me apoyé en la pared, clavando mi frente con la piel rugosa de esas cuatro paredes que me encerraban. Solo se oían mis pensamientos, que rebotaban en mi cabeza una y otra vez, repitiéndose, haciéndome sufrir. <span style="background-color: white; font-family: inherit; font-style: italic; line-height: 18px;">«</span><span style="background-color: white; font-family: inherit; font-style: italic;"><span style="line-height: 18px;">—Alice Flint, que, que..—tartamudeó.— que yo te amo.</span></span><span style="background-color: white; font-family: inherit; line-height: 18px;"><i>» </i>pensé. Recordaba su sonrisa al verme. Como se arreglaba el pelo al notar mi presencia. </span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><i>«—Alice Flint, que, que..—tartamudeó.— que yo te amo.»</i> volví a recordar. Se paró el tiempo por un instante, eso o fue mi corazón al volver oír su voz pronunciar mi nombre. </span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><i>«—Alice Flint, que, que..—tartamudeó.— que yo te amo.»</i> E intentando darme cuenta de mis pensamientos. Caí que no solo estaba en mi cabeza, también en el corazón.</span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Al lado de la orilla del mar..</i></span><br />
—¿Está decido verdad?—el agua mojó mis dedos. Era invierno y decidí irme con él a la playa, no dando importancia al frío que hacía. Y las bajas temperaturas que me rodeaban.<br />
—Es lo más posible.—sonreí.—Es un buen futuro. Trabajo, y estaré en mi tierra.<br />
—Podrás formar una familia.—me sonrió.—Aunque no sea conmigo.<br />
—No quiero pasar el resto de mi vida con alguien que no seas tú.—cogió mi mano.—Prefiero pasarla solo.—Me estremecí.—Andy, te espero y envejeceré esperándote.—mi corazón dio un vuelco.<br />
—Seguro que encuentras a una persona maravillosa en Noruega.—intenté suavizar la situación.<br />
—Yo ya la he encontrado.—agarró mi mano más fuerte y miró el horizonte.—El mar está precioso a estas horas.—sonreí, hasta que vi como algo caía en el mar.<br />
Una luz cegadora nos dejó en el suelo. Intenté encontrar a Josh con las manos y acaricié su pelo. El ruido vino después. Los oídos me explotaron, dejando un pitido en mi mente, que se hizo insoportable.<br />
—¿Andy?—una figura borrosa vi en la oscuridad.—¿Estás bien?—cada vez la línea de su cuerpo estaba más difuminada. La arena recorrió mi cuerpo, me estaban arrastrando.—¿Estás bien?—volvió a repetir. Sus palabras quedaron en mi mente. Hasta que hice un último esfuerzo y reaccioné. Escupí agua y sonreí.<br />
—Tranquilo.—tosí más fuerte.—¿Qué ha ocurrido?—llevé la vista a los lados y observé el desierto que nos rodeaba, no había ni un alma en la calle.<br />
—No lo sé.—respondió nervioso, pero a la vez aliviado al oírme hablar.<br />
Todo pareció perfecto hasta que vi como una persona se acercaba en la oscuridad del humo y la niebla. No hablé y me quedé mirando sus ojos. Estaba entre mis piernas, apoyando las manos en el suelo. A centímetros de mi. Cada vez la sombra era más real, y descarté que fuese fruto de mi imaginación. Volví a mirar sus ojos, tan bonitos y llenos de sentimientos. Sonrió tímido.<br />
El hombre se paró a pocos metros de nosotros, alzando algo al vacío, dónde nosotros éramos la diana.<br />
<i>«Te amo Andy.»</i> fueron las últimas palabras que salieron de sus labios. Regalándome el último suspiro de su corazón. Cayó como un peso muerto al suelo, una bala alcanzó y atravesó su torso, hasta tocar el órgano más vital de mi vida, él. </div>Unknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-4180710936166476302012-07-02T10:25:00.000-07:002012-07-02T10:26:55.371-07:00~Capítulo veintidos.<b>Lectores, os suplico que me dejéis un comentario dándome vuestro twitter para poder avisaros, ya que subo capítulos cada vez que tengo ocasión, y no sé si lo leéis o no. Quiero un comentario abajo, ni en twitter, ni en mensaje privado ni nada. No os cuesta nada decir que os avise y comentar que os parece, solo os pido eso. Saludos. </b><br />
Podría ser la garganta la que se me estaba secando. Podía ser el corazón que no lo notaba. Podía ser tantas cosas. Vi mi reflejo en la ventana y miré más allá. Me mordí el labio inferior, conteniendo la rabia al no poder tenerla. De no ser yo él que le sostenía la mano. Un minuto, que pasó como si fuera una hora. Planté la mano en la ventana, como si pudiera llegar a tocarla. Pero solo veía la dulce imagen de ellos dos. De Charlie y Alice. De Alice abrazado a él. —¿Por qué?—agonicé. No podía contenerlo. Noté que algo húmedo me recorría el rostro. ¿Estaba llorando? Me daba igual. Todo me daba igual. ¿De qué servía llorar?<br />
—Ralph, espabila.—me animé a mi mismo. Era ridículo lo que hacía. Me daba cuenta de que cada vez estaba más solo, y cuando, había una oportunidad de tenerla a mi lado, se desvanecía, con el frío de la noche. Me alejé de la ventana y golpeé con todas mis fuerzas la pared. Floreció sangre en los nudillos. Dejándose caer por la muñeca. Pero no paré, la seguí golpeando con todas mis fuerzas.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>En esa misma mañana..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">No le miré a los ojos. Ni siquiera pude hacerlo. Contuve la mirada en sus labios. Sabiendo que no eran los únicos que deseaba besar. Josh dejando la mirada en la nada me dirigió unas palabras.</span><br />
—Me voy a ir a Noruega.—le miré, no pude contener una triste sonrisa. Pensando que me llevaría con él.—Hace unos días me ofrecieron un trabajo, y no quiero vivir para siempre aquí.—confirmó, no muy entusiasmado.<br />
—Es fantástico.—añadí, rocé sus manos con las mías.—¿Cuándo te vas?<br />
—No lo he confirmado.—respondió nada más percibir mi pregunta.—Pero.—bufó y negó con el rostro.<br />
—¿Qué ocurre?—pregunté, me senté a su vera y suspiré.<br />
—¿No lo entiendes, verdad?—arrugué el rostro, al decirme esas palabras me confirmó lo que ocurriría.—Andy, tú no puedes venir.—mostró una diminuta triste sonrisa.—No es que no puedas, no quiero.—dijo aún más convencido. Cerré los ojos, tan fuertes que noté como mis pestañas se humedecían.—Lo siento,—oí como si fuera el eco de su voz, como si estuviera a kilómetros de mi oído.—Sé que no podrás olvidar a Charlie.—comentó entre risas.—Le quieres, incluso.—hizo una pausa, le costaba más hablar.—me he planteado que le puedes llegar a amar.—Se me estaba cerrando el corazón, y la garganta me empezaba a fallar. Quise decir tantas cosas, pero decidí seguir escuchando.—Yo aquí soy un estorbo. Lo he entendido todo a lo largo de estos años. Me enamoré de ti tan solo conocerte, solo era un crío. Pero ahora, siendo un adulto, me doy cuenta de que este no es mi lugar. Dentro de unas semanas me iré, cogeré un avión.—Me llevé las manos al rostro, intentado asimilar cada palabra, cada vocal que salía de sus labios.—No quiero mantener contacto con ninguno. Puede que alguna vez os llame, pero no está seguro.—sonrió.—Quiero desaparecer un tiempo, y darme cuenta, de que si me sigues queriendo, me esperarás.—paró en seco. Dejando un largo silencio, esperando a que alguna palabra saliera de mis cuerdas vocales, pero seguía paralizada, tanto, que no pestañeaba.—Sé que no lo harás. Seguirás enamorada de Charlie, y estarás siempre con él. Aunque Alice esté de por medio, te entrometerás, te conozco muy bien.—ladeó la cabeza.—sé que eres demasiado fuerte y tozuda<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">.</span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—rió.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Lucha por lo que quieres. Sé más fuerte de lo que fui yo.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Bajo unos copos de nieve..</i></span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">Miraba el reloj nervioso. No podía seguir mintiendo a Alice, y dentro de unos minutos, me tendría que ir a buscar a Renee. No podía seguir con esta mentira. Miré sus ojos azules, sus labios estaban tan fríos que me quemaban al besarme. Estaba confuso, tanto que no sabía en que estaba pensando. La sostuve entre mis brazos, encajando mi barbilla en su hombro.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Tienes frío?</span><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 18px;">—le sugerí. Negó con el rostro, haciendo que nuestras mejillas se chocaran. Noté como se me erizaba el vello de la nuca. Produciéndome un leve escalofrío. En el fondo, Alice me había hecho cambiar. Ya no era la misma persona de siempre, que robaba para darse caprichos. Ahora, ella era mi única necesidad.</span></span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Ojalá pudiera congelar este momento.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—musitó, mientras un copo de nieve caía en su pelo. Le mordí la oreja, tan alegre que rió.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿No podemos quedarnos así siempre?</span><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 18px;">—siguió hablando, pero dejé de prestarla atención. Rodeaba su torso con mis manos. Atrapando esa pequeña figura en mi cuerpo. Mi temperatura subía con cada minuto que pasaba abrazándola. Miré sus muñecas. Tan finas como siempre, pero con una gran marca en la radial. Me estremeció recordar esa situación. Volví a mirar el reloj. Las doce y veinte. ¿Habíamos pasado tanto tiempo afuera? Me moví, intentando que Alice se diera cuenta de que quería levantarme. Y un golpe de frío brotó en los pulmones.</span></span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Alice, ves a casa.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—comenté en su oído.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Ves?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—sonrió.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿No vienes tú?</span><span style="background-color: white; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">—</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">Tenía que inventarme algo, improvisar, decirle cualquier escusa, escabullirme un par de horas. Piensa Charlie piensa.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Eh..</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—vocalicé, no se me ocurría nada.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No, luego voy yo.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Bingo, ya tenía una cuartada.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Voy a ir a la comisaria, tengo que arreglar unos papeles.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—De acuerdo.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—sonreí a mi victoria.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No tardes.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Se elevó unos centímetros para ponerse a la altura de mi rostro, dejando caer sus labios en los míos.</span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><span style="line-height: 18px;"><i>Bajo los mismos copos de nieve..</i></span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">No estuve muy segura de sus palabras. Pero no le volvería a seguir, no tendría que parecer una obsesionada. Tenía que dejar de comerme la cabeza, dejar de pensar por un instante. Me paré en el toldo de la casa. Esperando a que algún noruego me abriese.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Alice! ¡Pasa!—exclamó uno de ellos. No me sabía ningún nombre, pero parecía que a mi me conocían todos. Pocos sabían inglés, y si lo sabían, no era muy fluido.—¡Te estaba esperando!</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿A mi?—cuestioné. Intenté decir pocas palabras, la mayoría no las entendería.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sí.—me señaló. Sonreí.—Ralph ha estado nombrando..—paró en seco. Miró al resto y gesticuló unas palabras.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Número?—dí como opción. Negó y se volvió a girar. Miré a sus amigos. Me reí por la situación.—¿Nombre?—volvió a mirarme a los ojos, acerté.—¿Nombre?—repetí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sí. Nombre.—dijo despacio. Vocalizando cada letra.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Afirmé y le rocé el hombro, agradeciéndole que me abriera la puerta. Al fin y al cabo, no eran tan malos como la gente los pintaban. Todos tenían sus historias, noches las pasaba escuchándolas, traducidas por Ralph o Josh. Andy, me acompañaba, ofreciendo cobijo, y Charlie. Charlie estaba desaparecido.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Giré. Me volvieron a gritar y sonrieron. Unos cuantos se enrojecieron y otros se daban golpes. Mostré una sonrisa y seguí caminando, hasta llegar a su puerta. La habitación en la que había pasado tardes, tantas, que no tenía tiempo para contarlas. Agité mi puño, mientras gritaba su nombre.</span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><span style="line-height: 18px;"><i>En esa misma habitación..</i></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—¡¿Qué?!</span></span><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 18px;">—grité. La grité sin ver que había al otro lado de la puerta. Sin saber quién me reclamaba y nombraba mi nombre. Mi furia se fue por la boca. Después, miré sus ojos. Clavados en los míos. Podría ser mi imaginación, pero mostraba tristeza, o a lo mejor era mi reflejo. Me limpié la sangre de los nudillos en la camiseta. Manchándome aún más.</span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Pasa.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—giré la cabeza, ofreciéndole pasar.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Ralph..</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—dudé, por un momento dudé que estaba aquí conmigo.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—me han dicho que gritabas mi nombre.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—observaba su respiración, no me podía contener en perderme en ella.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Y pensé pasarme, a ver que estabas haciendo.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—paró y volvió a ver mis heridas. Las escondí y sonreí.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Practicando.</span><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 18px;">—no pude ser más ingenioso, y fue el primer verbo que le surgió a mi mente.<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-small;"><i> </i></span></span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><i>«Practico como poder amarte, hacer que te des cuenta de que estoy aquí delante, esperándote..</i></span><span style="background-color: white; font-style: italic; line-height: 18px;">»</span><span style="background-color: white; font-size: 13px; font-style: italic; line-height: 18px;"> </span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">pensé. Ojalá lo hubiera dicho.</span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Y lo de tu nombre..</span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—y ahí, mi mente se quedó más en blanco que la nieve. Que estaba cayendo en estos instantes.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Si, siéntate.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—tartamudeé. Señalé una silla, pero decidió tumbarse en el suelo. Dejó caer las prendas que lucía su cuerpo. Bufandas, abrigos. Hasta quedarse en un simple camisón azul.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Quieres algo?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—pregunté. Tenía la sensación de que solo hablaba yo. ¿No? Me estaba volviendo loco, no podía dejar de hablar, de pensar. De observar sus labios. Su pálida piel. Notaba el corazón en el cuello.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Me sirves algo calientito, por favor?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—sonrió. Un puñal se me clavó en la espalda. Recordando que no era mía. Que no era la razón de su sonrisa.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Claro,</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—dije, no tenía otra opción.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—ahora mismo, princesa.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—me llevé las manos al cuello. Mordiéndome los labios, hasta hacerme sangre.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Eres un animal.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—se colocó de rodillas, hasta alcanzarme.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Ven, acércate.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—obedecí como un fiel esclavo a su reina, acercándome más de lo que pude desear. Mi corazón no latía, o lo hacía tan rápido que no podía diferenciar cuando enviaba sangre al resto del cuerpo, que en estos momentos, sería a las mejillas.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Te has hecho sangre en los labios.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—hizo una mueca y sonrió.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿te importa?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—alzó su dedo, mientras se mordía el labio al sonreír. Se me empañó la vista. Negué con la cabeza, si moviera cualquier otra parte del cuerpo, no me haría responsable de mis actos e iría a sus labios. Pasó el indice y el pulgar por mi rostro, mientras me quitaba la sangre que fluía con rapidez. Agarré su cintura, al notar que se tambaleaba al limpiarme.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Explícame, ¿por qué tienes heridas en los puños?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—preguntó.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Te has peleado con alguien?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Me había peleado conmigo mismo, una lucha entre mi corazón y yo.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Es imposible.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—sonrió mientras agitaba la cabeza.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Eres un amor, a nadie le tienes que caer mal.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—hundí los dedos en su piel, notando el calor que desprendía. Ella, no se daba cuenta. Mejor, supuse. </span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—me digné a hablar. Seguía mirando sus labios. Deseando que colapsaran con los míos. Que hubiera un ligero rozamiento. </span><i><span style="background-color: white; line-height: 18px;">«Cualquier cosa</span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;">»</span></i><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: 13px; font-style: italic; line-height: 18px;"> </span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">pensé. Me bastaba cualquiera, no podía conformarme con tenerla tan cerca.</span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Ha sido..</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—dudé.</span><span style="background-color: white;"><span style="line-height: 18px;">—algo muy extraño. Prefiero no recordarlo.</span></span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—sonreí.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Por favor.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Vale. ¡Terminé!</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—exclamó. Sin darme cuenta había desaparecido toda la sangre. Ese momento había desvanecido mientras estaba en mis pensamientos. En otra parte.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Y tú?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—arrugué la frente.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿de dónde vienes?</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Estaba con Charlie.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Sabía perfectamente que estaba con él, pero me torturaba recordándolo.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No te merece.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—la interrumpí.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—¿Quién?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—preguntó, la agarré con más fuerza, pero a la vez más suave. No sabía que decir, no sabía por qué estaba diciendo eso. La amaba, en eso no había duda. Pero ella amaba a otro, ¿no?<i> </i></span><span style="background-color: white; font-style: italic; line-height: 18px;">«Venga Ralph, declara, ¡declara tu amor!</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;"><i>» </i>me exigí y pensé. Di miles de vueltas.<i> </i></span><i><span style="background-color: white; line-height: 18px;">«</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">Uno, dos, tres, cuarto, siete, veinticinco, cien, tres mil.</span><span style="line-height: 18px;">»</span></i><span style="background-color: white; line-height: 18px;"> No sabía ni contar en estos momentos, me estaba volviendo imbécil.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Él, Charlie.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—la miré, extrañada de su respuesta se soltó de mis brazos.</span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No, no te entiendo.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—tartamudeó.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Ralph, ¿qué ocurre?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—me planteé inventarme cualquier historia, y por fin, sería mía, ¿verdad?</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Dímelo, sea lo que sea.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—No estaría bien visto. Pero en estos momentos mi cabeza no controlaba mis impulsos ni mis decisiones. Estaba tan seria que me aproximé a sus labios. No se apartó. </span><br />
<span style="background-color: white; line-height: 18px;">—Alice Flint, que, que..</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">—tartamudeé.</span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">— que </span><span style="background-color: white; line-height: 18px;">yo te amo.</span>Unknownnoreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-4145341904452201752012-06-02T04:48:00.000-07:002012-06-02T04:48:28.638-07:00~Capítulo veintiuno.Me resguardé del frío con los antebrazos. Salí de la casa sin que nadie notara mi ausencia. O eso pensé. Aunque ya sabía que nadie se daría cuenta. Empecé a oír otros pasos a mi espalda. Notaba como la nieve congelaba cada dedo del pie. Y el contacto con la piel hiciera que se derretía en segundos. El frío calaba cada centímetro de mi cuerpo. Me cubrí el pelo con el gorro, al ver que pequeñas gotas de agua se deslizaban por cada mechón. Me cubrí los ojos con el pelo rojizo que adornaba mi rostro y observé quién imitaba mis pasos, intentando que no se notara su presencia. Abrí los ojos.—¿Alice<span style="color: #141414; font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">?</span></span><span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—sugerí al ver su rostro entre bufandas. Me paré en seco, para poder estar más cerca de ella. No entendía que hacía aquí. Tampoco sabía por qué había salido yo.—¿Me estás siguiendo?—planteé y sonreí. </span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—La verdad.—suspiró. Escondí las manos en los bolsillos.—Sí. Siempre desapareces.—admitió cabizbaja. </span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Suelo desaparecer por la tarde.—comenté chistoso.</span></span><span style="color: #141414; font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Ahora, solo quería pasear. Estar solo.</span></span><span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—reconocí. Sus labios mostraban un color rojizo como el cobre, a causa del frío. Parte de mi cuerpo querría que colapsaran con los míos, fundiéndose, convirtiéndolos en uno.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Pero, has estado solo toda la noche.—añadió.—¿Quieres estarlo más tiempo?</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Hombre—sonreí victorioso, ella sola había sacado el tema.</span></span><span style="background-color: white; color: #141414; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">—</span><span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">gracias por recordarlo<span style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: x-small;">.</span></span></span><span style="color: #141414; font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—suspiré cansado de sus palabras.</span></span><span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Así, por lo menos me acostumbro para cuando te vayas a Francia, ¿verdad?—comenté. Noté como sus ojos se encharcaban, pero con el frío apenas podría soltar una lágrima. No entendía su reacción, era la verdad. Se iba a ir.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—¿Te lo ha dicho Ralph?—preguntó nerviosa, mientras dejaba mostrar su rostro apenado.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Lo dijiste tú.—me quité el pelo del rostro y formé un silencio de apenas unos segundos, que parecieron ser años.—Ayer.—rectifiqué,—mejor esta madrugada, fui a la habitación. A disculparme.—balanceé los brazos, como un niño pequeño.—Y sin darme cuenta, noté como de tus labios salían: ''Me iré a Francia''—imité, no muy convincente mi actuación. Sabía mentir, pero no poner otras voces. Intenté quitarme los pensamientos que pasaban por mi mente. Las miles de voces que hacían que me empezara a doler la cabeza.</span><span style="line-height: 18px;">—¿Sería mi conciencia?—musité. Apenas fue imperceptible, y vi como Alice suspiraba y se cubría aún más con las bufandas. Dejó de mirarme. Y yo, aunque me costase admitirlo, también dejé de mirar. Caminé confuso, como si me costase levantar cada pie del suelo y luego, volverlo a plantar en la nieve. Hundirlo en el frío ambiente que me rodeaba. Oscilarían unos -2ºC y la presencia de Alice, hizo que mi pulso bajase a la misma velocidad. Mi respiración cada vez era menos contaste, perdía calor con cada suspiro, que acababa siendo una nube de vapor.—¿Hago bien?—me pregunté a mi mismo mientras frotaba ambas manos. Hasta que sentí una cálida ráfaga de calor. </span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Hace mucho frío,—comentó.—Vuelve a la habitación.—sonrió. Me congelé por dentro al verla tan cerca de mi rostro. Tan sonriente, tan risueña. Como si no hubiera pasado nada.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—¿Cuál?—pregunté.—¿A la nuestra o, a la de Ralph?—continué y le miré ingenuo. Sabía que la pregunta la dejaría confusa, y así fue, como si fuera adivino me imaginé como reaccionaría y no cambió nada. Era tan transparente, tan sincera. Gruñó.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Bueno,—sonrió, siguiéndome el juego. Cuál me gusto.—Donde te sientas más cómodo.—volvió a sonreírme y dejó soltar una carcajada. Me eché a reír.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Prefiero estar aquí.—sugerí, mientras me frotaba las orejas.—Tengo que acostumbrarme a este frío. Dicen que va a ser el invierno más frío de años.—seguido me froté la nariz, notaba que se me erizaba la piel.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Estamos en otoño.—alcé los hombros. Su murmullo fue como un grito, en aquellas calles solitarias de Irlanda. </span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Entonces,—hice una pausa y me aclaré la voz.—No quiero imaginarme como será cuando sea invierno.—solté. En mi vida, nunca había estaciones, pasé mucho tiempo en Noruega, y me acostumbré que el frío y la oscuridad se relacionara con el invierno, aunque fuera cualquier otra estación. Observé su rostro, pestañeaba a cada palabra que salía de mis labios. Y no dejaba de prestar atención a cada movimiento que daba, como si le fuera la vida en ello. Ella, estaba cubierta por abrigos, uno era mío, no quise imaginar como había dado con ello y sonreí sin decir palabra.—Estás preciosa.—susurré al cuello de mi abrigo. </span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Gracias.—me estremecí al recordar el sentimiento al fijarme en sus labios, cuales ahora brillaban de una forma más intensa, más deseable. Me perdí en su mirada, o eso vi al notar que no podía hablar. —Charlie,—añadió. No supe que decir, me había quedado pasmado como un estúpido por la forma que acababa de decir mi nombre. En la forma en que los labios se habían movido para formar las vocales. El timbre de su preciosa voz, que resonaba en mi mente como una melodía.—Vayámonos a casa.</span></span><br />
<span style="color: #141414; font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><span style="line-height: 18px;"><i>En un lugar no muy lejano..</i></span></span><br />
<span style="color: #141414; font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">Le miraba, aunque sabía que él no quería saber nada de mi. De mis pensamientos, de mis acciones. Paseaba mi dedo por la palma de su mano, intentando que dejara de mirar esos libros y clavara sus ojos en los míos, con la esperanza de aclarar las cosas. </span></span><span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Josh,—musité cansada, tirada en el suelo. Mirando al techo.—¿Puedes dejar de leer?—inútil, esa fue la palabra de mi intento a que me hiciera caso. Observé mi reflejo en la ventana, poco a poco el cielo empezaba a cambiar de color y presentaba un rosa palo entre las nubes, que se dejaban ver. Yo, mientras, tenía unas pintas horribles, ojeras, pálida.—</span></span><span style="color: #141414; line-height: 18px;">Normal que no me quisiera mirar.</span><span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—comenté en lo más profundo de mi mente. Volví a mirarle. Nada, parecía que aquellos libros eran más interesantes que su novia.—¡Josh!—exclamé acompañado de una carcajada. Me miró. Dejó caer los párpados, como si les pesaran demasiado para contener una mirada conmigo.—Estoy aquí,—comenté.—¿Lo sabías?—respiré. Volví a mirar el techo, tan blanco como siempre.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Claro que lo sé.—respondió a mi pregunta. Le miré, por fin se dignaba a hablarme.—Llevas dos horas dándome el coñazo.—contestó. No muy agradable a su respuesta retorcí el morro. Arrugó la frente y suspiró, intentando buscar sus labios con los míos.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—No.—le rechacé y volvió a sus estudios.—¿Desde cuándo estudias?—pregunté. Pocas veces le veía con libros, y menos tan voluminosos.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Desde siempre.—respondió seco como un desierto.—Antes de que mis padres me abandonaran, ¿recuerdas?—dijo irónico y molesto. Me limité a no contestar, ya que sabía que no había terminado.—¡Ah, no!—sobresaltó.—Estabas muy ocupado observando a Charlie, como si fuera un monumento.—deseé que fuera sorda en esos momentos, y que no hubiera escuchado esas palabras.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Exageras.—confirmé, intentando disimular el dolor punzante que sentía entre pulmón y pulmón.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Deberías haberlo visto desde mis ojos.—cerró los libros y los tiró a un rincón de la cama.—Ver cada mirada y sonrisa que le dedicabas.—me faltaban segundos para llorar, pero me contenía, intentando ser fuerte.—Con cada suspiro que daba para ti era un mundo.—siguió, sus palabras cada vez más serias y duras.—Recuerdo cada palabra, cada momento, como si lo volviera a vivir.—continuó.—Y sé que va a volver a pasar, que esto no ha cambiado. Sigues enamorada de él.—terminó. Maldigo el momento en el que decidí abrir la bocaza que mostraba mi cara. Era estúpida. Podría estar tumbada en el suelo, mientras él estudiaba. Pero no. Decidí hablar.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Lo, lo siento.—tartamudeé. Me quité el pelo de la cara.—Pero,—suspiré nerviosa de mis palabras.—Estás equivocado.—mentí, en lo más hondo de mi corazón volví a mentirme, me quería engañar a mi misma, a mis palabras, a mis sentimientos. No quería vivir esa situación.</span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Sé que mientes.—añadió.—No me creas tan ingenuo Andy, nos conocemos.—dejó de mirarme y se dejó caer en la cama, chocando su espalda contra la pared, mientras me observaba tirada en el suelo.—Prefiero saber la verdad que vivir en una mentira.—dos, tres segundos faltaban para que mi corazón saliera de sus órbitas. </span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Pero, entonces,—hice pausas a cada una de mis palabras, no tenía ordenadas mis ideas y temía en cometer más errores de los hechos.—¿por qué decidiste estar conmigo, sabiendo la verdad?—temí a mi pregunta, tanto que dejé de respirar por unos instantes y aprecié como una humeante lágrima recorría una de mis mejillas. </span></span><br />
<span style="color: #141414;"><span style="line-height: 18px;">—Porque te quiero, así de simple.—musitó. Lo que fue una lágrima terminó cayendo en el contorno de mis labios. Que fue desapareciendo al dejar caer sus labios en los míos. Expresando miles de sensaciones, pero, solo las sintió él. O eso pensé. Se separó y volví a mis andenes de dudas.—Te quiero Andy. Pero no quiero vivir en una mentira.</span></span>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-43744154184499856032012-05-20T06:58:00.001-07:002012-05-20T06:58:36.286-07:00~Capítulo veinte.El silencio de mi cuarto era demasiado abrumador, vacío. Caminar solo por la nieve me hizo pensar. La farsa que tenía con Alice no dudaría eternamente. Al fin y al cabo, descubriría quien soy, y lo que siento realmente por ella. Miré por la ventana y me llevé la manta al cuello. El frío empezaba a helar mis entrañas. Cerré los ojos.—¿Ralph?—mi nombre fue acompañado con unos pequeños golpes en la puerta. Miré el reloj. Las doce y cinco. Fui tambaleándome hasta la puerta, no tuve mucha prisa por contestar.<br />
—Es un poco.—me callé. El rostro de Alice esperaba enfrente de mi habitación, con los ojos llenos de lágrimas, pero ninguna derramada.—Pasa.—me eché a un lado y le di la manta que llevaba en los hombros. Estaba pálida. Y yo, por un momento, empecé a sentir calor.<br />
—Lo siento.—sonrió y pasó dejando los zapatos por el camino, como si estuviera en su propia casa. Mi corazón se encogía por cada suspiro que daba y sufría un golpe de calor cuando me dirigía una sonrisa.—Es un poco tarde, y no sé, no sabía que hacer.—me miró y sonrió.<br />
—No, no importa.—su agradable estancia hizo que la habitación dejase de parecer la soledad.—¿Tienes hambre o algo?—Me acerqué a la mesilla de noche, donde me esperaba un humeante café. Tomé un sorbo. Una parte de mi quería mantenerse despierto toda la noche.<br />
—Si insistes.—clavó sus ojos azules en los míos y se llevó el pelo detrás de la oreja. ¿Había sido coincidencia conocerla y que fuera a vivir aquí? Antes, para ella no existía, y ahora, en estos momentos, socorría en momentos de angustia. Sonreí por dentro y dejé mis pensamientos aparte. Empezó a hablar.—¿Tú crees que hago bien?—arrugué el rostro y me senté a su lado en el suelo. No la entendía.—Me refiero,—rió.—estando aquí, ¿hago bien?—Sin poder evitarlo me salió una sonrisa tonta en la cara. Demasiado estúpida para ser un chico. Su estancia aquí, en esta casa, había sido lo mejor en muchos años.<br />
—Pues.—no sabía si darle mi opinión y volví a tomar un trago. Le ofrecí del mismo vaso.—Eso no lo puedo saber yo. ¿Tú estás cómoda aquí?—Se llevo el filo del vaso a los labios y se los manchó de café. Me reí por no soltar alguna barbaridad.<br />
—Sí, sois buena gente, me habéis aceptado.—sonrió, mostrándome su radiante sonrisa. Parte de mi cuerpo empezaba a temblar, me froté el pelo, despeinándome un poco<span style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="line-height: 18px;">.</span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Que pintas tienes.</span></span><span style="line-height: 18px;">—elevé una pequeña sonrisa y me miré en el espejo de atrás.—Trae, que te arreglo un poco.—Pasó sus dedos por mi pelo, enredándose en él. Estaba muy cerca, demasiado. Podía apreciar el calor que liberaba su piel, podía contar cada una de sus pestañas. Pude hacer muchas cosas, pero no me atreví a acercarme a sus labios. </span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Bajo los copos de nieve...</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Caminaba torpemente a su lado. Miré a Josh y no mostraba ningún estado de ánimo. Y si tenía, seguramente sería de rencor. Charlie se había llevado el coche, sabiendo que era de él. Marcaba por la nieve mis pisadas, jugando como una niña pequeña. Me gustaba sentirme así, aunque tuviera dieciocho años.</span>—Habéis estado muy bien en el concierto.—le sonreí. Bien no era la palabra, sino regular. Se puso la capucha y siguió su camino en silencio. Le imité e intenté entrelazar nuestros dedos.—¿Ocurre algo?—paró en seco y me asusté. Sus pequeños ojos escondían algo. Pero dejé de pensar al ver que caían sus labios en los míos.<br />
—Estás cabreado, te conozco.—le solté mientras dejaba mis manos en su pecho. Tenía la respiración entre cortada, y sus labios estaban fríos como el hielo.—Cuéntamelo Josh.—le exigí con una sonrisa.<br />
—Vale.—admitió.—No me parece bien que Charlie controle la vida de Alice. No es una niña, ella también puede pensar.—Me hubiera gustado darle la razón, pero estaba con el pelirrojo. Alice no era muy consciente de sus acciones y necesitaba ayuda.—Vale.—le miré.—Sé en que piensas, ¿me equivoco verdad?—se alejó de mis manos y empezó a caminar, dejándome por el camino.<br />
—No, Josh, en parte tienes razón.—le alcancé con unas cuantas zancadas y cogí su ritmo al andar. Apretaba los labios.—Josh, pero solo tiene dieciséis años.<br />
—Va a cumplir diecisiete.—bajé la mirada y retorcí el morro.<br />
—Vale, me da igual, pero es una niña.—introduje las manos en los bolsillos, empezaba a tener bastante frío. Intenté adivinar que pensaba Josh.—No te enfades por esto, tú no tienes la culpa.—le dije mientras cubría con el gorro mis orejas.<br />
—Siempre tienes.—dejó de hablar y me sonrió. No fue una sonrisa bastante sincera, ni humilde, volví a mi anterior hipótesis, escondía algo.—Tienes.—suspiró y dejé de mirarle.<br />
—Si no quieres hablar de este tema, no lo hagas.—me llevé las yemas de los dedos al rostro, intentando quitarme alguna gota de agua que se había cruzado por mi pómulo.<br />
—Has empezado tú.—dio un golpe a una piedra y dejó de mirarme.<br />
—Solo me he preocupado por ti.—suspiré, el camino a pie se me estaba haciendo eterno. Dejé la mente en blanco como la nieve. Y llevé mi mirada hacia la Luna, tan redonda y reluciente como de costumbre. Siempre tan sola y tan fuerte.—Querría ser como ella.—murmuré al cuello de mi sudadera.<br />
—Siempre le das la razón a Charlie.—le miré confusa. Podría a ver roto el silencio de otra manera, pero decidió hacerlo así.—Siempre estás de su parte.—seguí sin hablar, apenas le mirada, porque en el fondo, sabía que era verdad.<br />
—Yo solo digo qué.—me interrumpió.<br />
—Sigues sintiendo algo por él.—llevó la mirada al suelo y se resguardó del frío cubriéndose entre sus brazos.<br />
—Eso fue en otra vida, ahora, la quiero contigo.—no dije muy segura.<br />
—No me lo has negado.—En lo más oscuro de la calle encontramos una luz, en aquella ventana donde se podía ver el cuarto de Charlie. Intenté que mi garganta soltara algún sonido, diciéndole que no quería a Charlie, pero lo único que hacia era mover los labios. Paralizada, caminé sin ningún apuro, dándome cuenta de que todas las vías del cerebro se habían colapsado por las del corazón.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Entre cuatro paredes..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Seguíamos tan cerca como antes, solamente que él miraba al suelo. ¿Por qué no me miraba a los ojos? Mi pregunta pasó al olvido después de observar por la ventana.</span>—Me encanta el otoño.—le dije a Ralph mientras me alejaba de su rostro. No me contestó y siguió mirando al suelo.<br />
Pensé en Charlie, se encontraba apenas a unos metros de mi y tenía la sensación de tenerle a kilómetros. Intenté apartar ese pensamiento.—Es imposible.—dije entre dientes. Me levanté dejando la taza de café en el suelo. Me dispuse hacia el armario de Ralph.—¿Son tus amigos?<br />
—Amigos, conocidos, los de aquí.—Me respondió muy seco. Caminé cantando una canción, la misma que había escuchado en el coche hace un momento, con Charlie.<br />
—¡Dichosa canción!—volví a decir, pero en este caso, un poco más alto. Me di la vuelta y vi que Ralph sostenía una foto entre sus manos. Me acerqué a paso ligero y le miré curiosa.—¿La puedo ver?<br />
—No, es más.—negó con la cabeza antes de terminar la frase.—Prefiero no enseñártela.—soltó así. Por lo menos fue sincero. No me resistí mucho más y volví hacia la puerta, con la duda de irme.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>A poco metros de Alice..</i></span><br />
Mantuve la mirada perdida en la foto. Ahora, estaba un poco más delgada y tenía las puntas algo abiertas. Pero seguía igual de precisa. Me extrañó que no insistiera en verla, también me extrañaron mis propios actos, dejarla ahí, al intemperie.—Cada vez soy más estúpido.—dije en un suspiro. Miré su figura desde el suelo. Como elevaba los pies para dar cada paso, curiosa por su alrededor. Intenté no parpadear, para no perderme cada movimiento de su cuerpo. Miré el reloj. La una de la mañana, y aún, no sabía el por qué de su visita. Intenté hablar, pero me tragué las palabras al ver que me estaba mirando.<br />
—Sabes que veré la foto tarde o temprano.—volvió a sonreír y achicó sus ojos forzando la vista. No lograría verla, entonces, la doblé y guardé en el bolsillo trasero del pantalón.<br />
—Pues entonces, espero que sea tarde.—dije mientras me incorporaba y sentaba en la cama.—Todavía no me has contado porque estás aquí.<br />
—¿Quieres que me vaya?—añadió. Sonrió acto seguido y cambió de expresión.—Charlie y yo.—No quise imaginar que sería el resto. Pero era tan imbécil que me creé mi propio sueño mientras ella hablaba.—No estoy segura de hacer bien aquí. Sinceramente,—suspiró.—no sé que hago aquí. Tengo familia en Francia, y he estado pensando en.—no acabó la frase y me miró.<br />
—No, por favor, no te vayas. Para Charlie eres todo, eres el Sol que alumbra sus mañanas, y la Luna que le deja caminar por la noche. Eres y serás siempre lo que más le importa en este mundo.—acabé sonriendo por mis propias palabras. Dije lo que pensaba, lo que hacía que ella fuera especial para mi. Pero sustituí mi nombre por Charlie, ya que en el fondo yo nunca sería su héroe, su príncipe azul.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Al otro lado de la pared..</i></span><br />
Me encontraba enfrente de la habitación de Ralph, sabía que estaría con ella. Apenas había roce entre mis nudillos y la puerta. Apenas tenía aliento para hablar. Apenas tenía palabras que decir. Miré a ambos lados del pasillo. Quise apreciar las palabras que decían, y sin darme cuenta escuché con detalle la conversación.—Irme a Francia.—Apoyé la cara en la puerta, me destrozaba por dentro. Gemí sin hacer ruido y me quité el pelo de la cara. Salí de mi habitación con un propósito. Salí de mi habitación con el propósito de responderla a su pregunta, de decirla que la quería. Pero, si se quería ir, no la retendría.Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-35990829617844983022012-05-15T09:25:00.000-07:002012-05-15T09:25:09.931-07:00~Capítulo diecinueve.La miraba de tal forma que podía saber que estaba pensando. Yo, mientras estaba sereno, manteniendo la compostura. Apenas las diferenciaba por la luz. Luz y oscuridad se mezclaban continuamente y solo las veía hablando e intercambiando alguna que otra sonrisa. Miré a Ralph, no estaba sorprendido, y la verdad, yo tampoco. No me gustaba que estuviera con ella. Me froté el pelo y suspiré hondo. Me acerqué, ignorando lo que estaba pasando, ignorando lo que sabía, ignorando ese sentimiento tan distinto que sentía por ambas.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Mientras tanto..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Su pelo rubio era lo único que veía en estos momentos, la oscuridad parecía ser tan eterna y solo apreciaba su voz. Mis piernas empezaban a fallar por el cansancio, y veía algo borroso, pero no lo tomé muy </span>en cuenta<span style="font-family: inherit;">.</span><br />
<span style="font-family: inherit;">—Alice.</span>—sonrió.—Pensé que habías desaparecido.—Se me hizo un nudo en la garganta. Conociéndola me haría un interrogatorio, preguntas y más preguntas.—¿Dónde has estado?—Me agarró del brazo y una luz filtró el poco espacio que había entre nosotras. Vi que le temblaba el labio inferior. Ese recuerdo, demasiado familiar. Era un síntoma de que mentía. En este caso me estaba mintiendo.—¿Piensas decir algo?—le mostré una sonrisa bastante forzada, y al fin, decidí hablar.<br />
—Sí, estoy aquí, de fiesta.—solté. Fue lo primero que se me pasó por la cabeza. Hice varias pausas entre palabra y palabra. Debería decirle algo más inteligente, una escusa, una razón, pero, era demasiado ilusa y no sabía como salir de esta situación.—Divirtiéndome un poco.—no quise sacar el tema de los titulares y el periódico.<br />
—Ya lo veo.—acompañó con una carcajada y se llevó la boquilla de la cerveza a los labios.<br />
—Sí.—sonreí.<br />
—Bueno, ¿y qué haces? ¿Trabajas sin el permiso de tu padre o algo?—intenté asentir, pero era algo lógico, en esta edad nos hartábamos a la mínima y lo típico era huir. Pero en mi caso, no fue por una chiquillada, un enfado tonto, o eso pensaba. Cuando decidí responder a su pregunta, habiendo un margen de unos escasos minutos causados por mis pensamientos, noté el contacto de mi piel con una más cálida que la mía. Luego, fue hacia mi cintura.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Unos minutos antes..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Por fin me dispuse a caminar, Renee me divisó antes y daba cada paso con miedo. Mi conciencia se estaba riendo de mi, ¿miedo? ¿A una chica? Cada vez mis actos me parecían más patéticos y me avergonzaba de mi mismo. Reflexioné unos instantes en el camino, y llegué a una </span>conclusión<span style="font-family: inherit;">. Mis dudas se aclararon más cuando rocé mis dedos con los suyos, y dejando caer una de mis manos en su cintura. No querría perder a a Alice.</span><br />
<span style="font-family: inherit;">Encajé mi barbilla en su hombro, sufriendo la mirada de Renee en cada uno de mis movimientos. Acerqué mis labios a su oído, aprecié como los pelos de su nuca se erizaban. Sonreí.</span><br />
—¿Quién es?—dije en un murmullo, apenas apreciable. No me respondió, pero no me importaba, aquella chica me miraba con rabia en sus ojos, y a la vez despertaba tentación.—Alice.—volví a decir.<br />
Se dio la vuelta y rozó sus labios con los míos. Llevé una de mis manos a su barbilla, dirigiendo aquel beso. Pero, uno de mis ojos estaba pendiente de Renee, ¿qué estaba haciendo? Miraba aquellos ojos con calma, mientras la otra parte de mi cuerpo estaba pendiente de Alice. De la persona de la que en estos momentos estaba.. enamorado, ¿verdad?<br />
—Alice, presentarme a tu novio—exigió. Vi como se dirigía a mi rostro con cierta alegría.—Soy Renee.—Me aparté apenas unos centímetros y lo que iban a ser dos besos acabaron en un susurro.—Bonita actuación.—se apartó y elevó una sonrisa.<br />
—Él es Charlie.—soltó Alice al ver que ella ya se había presentado. Y yo, bueno, no tenía palabras. Ralph se acercó a mis espaldas y me sorprendió la reacción de Renee.<br />
—Hola Ralph.—añadió aquella chica rubia. Miré a Ralph, ¿la conoce? ¿Cómo sabía su nombre? Noté como Alice se hacía las mismas preguntas.<br />
—¿La conoces?—le susurré a Ralph. Mi rostro mostraba asombro.<br />
—¿La conoce<span style="font-family: inherit;">s?—soltó Alice unas milésimas de segundo de diferencia a mis palabras . La misma pregunta, la misma expresión. Puede que fuera un error, pero decidí actuar.</span><br />
<span style="font-family: inherit;">—Encantada Renee.—mis actuaciones mejoraban con el tiempo, aunque no me gustaba mentir.—Alice vayámonos.—La agarré de la cintura, pero impidió mi paso.</span><br />
<span style="font-family: inherit;">—¿Irnos? ¿Por qué?—Frunció el ceño y soltó mi mano. Suspiré. Miré al techo y volví a suspirar. </span><br />
<span style="font-family: inherit;">—Luego te lo explico, vayámonos.—No sabía que decirla, en cierto modo, quería irme para no tener que sufrir a Renee, ya tenía suficiente con verla casi todos los días. La verdad, me estaba acostumbrado.</span><br />
<span style="font-family: inherit;">—No, yo no me quiero ir.—respondió firme como una estatua. Ladeé la cabeza y posé la vista el Ralph, aún seguía intacto después de la pregunta que le hicimos, cual no contestó. Estaba blanco como la leche, incluso más sorprendido que nosotros.</span><br />
<span style="font-family: inherit;">—Alice, por favor.—le supliqué. Po</span>dría irme, y dejarla allí, no le pasaría nada. Pero, no quería. La volví a coger de la mano, haciendo algo de presión.<br />
—No. No quiero irme.—me volvió a repetir. Ya no sabía que decirla, sería capaz de hacer un número ahí, delaten de todos. La veía distinta. O, a lo mejor era yo, el que estaba cambiando. Me soltó de la mano y de sus labios salió una frase.—Me recuerdas a mi padre.<br />
Aquellas palabras me hicieron más daño de lo que ella pensó. Me introduje entre la gente. Manos, brazos, piernas, de todo se cruzaba por mi camino. Di un portazo al salir. Me paré unos instantes.—¿Qué estoy haciendo?—Llevé mis manos a los bolsillos, buscando las llaves del coche y al final di con ellas.—Luego, debería arreglarlo.—me comenté a mi mismo, pero tenía tanto orgullo que dudaba que lo hiciera ahora. Me froté las manos intentando entrar en calor. Caminé hundiéndome en una fina capa de nieve que rodeaba el local. Me introduje en el coche y puse la radio. <i>Won't Go Home Without you </i>de <i>Maroon 5 </i>resonaba en mis oídos. Esa canción expresaba demasiado sentimiento.—Podría cantarla, me sé la letra.—Andy siempre la ponía.—Hostia.—dije en voz alta.—¡Andy y Josh!—me froté los ojos. Bueno, no pasaba nada, se tenían uno al otro. No pasó muchos minutos desde que empecé a hablar solo, hasta que vi que alguien daba un portazo sentándose en el copiloto.<br />
No dijimos nada en el camino, bueno, mejor dicho, yo no dije nada. Ella hablaba entre dientes, no la entendía, hablaba en francés. Arranqué el coche y puse la música más alto, para que el silencio que había entre nosotros no fuera tan cargado y agobiante. Pero no sirvió de nada.<br />
Acercó la mano a la radio y la apagó. La miré y vi que tenía clavado su mirada en la mía. Volví a mirar a la carretera y ignoré esos segundos de presión.<br />
—¿Ahora dónde vamos?—apoyó la cabeza en el cristal. Y dejó caer sus manos en el asiento. Estaba preciosa. Era preciosa. La miré sin que se diera cuenta y suspiré hondo.<br />
—A casa.—le dije.—Bueno, a nuestra casa.—le volví a decir. Pocas palabras producía mi garganta, estaba tan pendiente de la carretera que me costaba establecer una conversación. Un semáforo en rojo, perfecto para disculparme.—Bueno, Alice, querría decirte que..<br />
—¿Tú me quieres Charlie?—me tragué las palabras y volví a mirar a la calzada. ¿La quería? Sí, no había duda, pero.—No nos conocemos mucho.—bajó la mirada y suspiró. La imité.<br />
—Para eso estamos, para conocernos.—Cambié de marcha y le regalé una pequeña sonrisa.<br />
Llegamos antes de lo esperado, y no dirigimos ninguna palabra en el camino. Le dí mi abrigo para que se cubriera. Hacía demasiado frío.<br />
—Gracias.—Me miró y lo cogió.—Aunque te vas a congelar.<br />
—Ahora vamos a llegar, no pasa nada.—Estiré los brazos y el cuello. Seguía sintiendo algo de tensión en el cuerpo. Entramos y varios chicos nos saludaron. La miré y abrí la puerta mientras la cerradura chasqueaba. Cedí el paso y entró dejando la ropa en una silla.<br />
—¿Tienes hambre?—añadí a ese silencio.<br />
—No, ¿y tú?—me preguntó mientras se descalzaba y soltaba el pelo.<br />
—Tampoco.<br />
Esa fue la mínima conversación que tuvimos, hasta que ella empezó a hablar.<br />
—Antes no me has respondido.<br />
—¿A qué?—me froté el pelo y dejé el cinturón en la cama.<br />
—A que si me quieres.<br />
Me volví a quedar en blanco, ¿no se lo había dicho? Estaba seguro de que sí.<br />
—Si te lo he dicho.—me negó con la cabeza y se apoyó en la pared.<br />
—Creo que los periódicos tienen algo de razón.—La miré confuso.<br />
—¿A qué te refieres?<br />
—Esto es algo parecido a un secuestro.—Rió chistosa, pero lamentablemente, yo no me lo tomé igual.<br />
—¿Secuestro?—salté.<br />
—Sí, no me diste a elegir.<br />
—¿Enserio?—sonreí.—Bueno, pues si quieres irte con tu padre, puedes.—Me senté en la cama y dejé los zapatos tirados por la habitación. Había cambiado, yo ya no era Charlie Blair. Abrió los ojos y volvió a coger la chaqueta.<br />
—Tengo razón, decidiste tú por mi.—volvió a replicar. Deseaba que esta conversación no hubiera empezado, debería haberla dicho que la quería desde un principio.<br />
—Yo solo quería lo mejor para ti.—suspiré y miré cabizbajo.—Si quieres irte, puedes hacerlo.<br />
Antes de terminar aquella palabra un portazo retumbó entre pared y pared del cuarto. Me llevé las manos a la nuca.—No, no, no.—me dije a mi mismo. Me levanté y empecé a dar vueltas. ¿Por qué le había dicho eso? Miré para todos los rincones, e incluso en el baño. Abrí la puerta y asomé mi cabeza a ambos lados. No estaba. Se había ido. Cerré los ojos y volví a entrar, dejando caer mi peso en la puerta y deslizándome hasta el suelo. No era consciente de lo que estaba pasando. Y aunque no me lo podía creer, el sonido del portazo aún seguía retumbando en mis oídos.Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-33112800003879293522012-05-06T04:22:00.000-07:002012-05-06T04:22:23.363-07:00~Capítulo dieciocho.Un amargo sabor abundaba en mi boca. Era una extraña combinación entre dulce y salado. Era a la vez sólido y líquido. Pero nada, estaba perdida, no sabía lo que estaba comiendo. Intentaba hablarle pero era imposible, con cada leve movimiento de mis labios me daba una cucharada de ese experimento.<br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te gusta?</span><span style="line-height: 18px;">—dijo. Volvió a acercar la cucharra a mis labios, la cual negué como puede y la esquivé. Sonreía sin más, a lo cual me parecía extraño. Llevaba así unos días, que parecía que la felicidad circulaba por su sangre. Yo, mientras, me decaía en mis penas.</span><span style="line-height: 18px;">—Alice tienes que comer.</span><span style="line-height: 18px;">—Había perdido varios kilos, y era preocupante.</span><br />
<span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—No quiero más por</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—me interrumpió. Otra cucharada fue hacia mi boca. Pasé la manga de mi camiseta y me quité algunos restos de esa comida, que aún no sabía exactamente que era. </span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—favor.</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—Terminé, sonreí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—Tienes que comer.</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—respondió. Hizo un leve movimiento de pelo, apartándolo de la cara, dejando a la luz esos preciosos ojos verdes. A los que estaba enamorada.</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—Estás muy delgada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—Comer, ¿pero comida no?</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—le solté. Seguramente lo habría preparado él, no quería herirle ya que le habría hecho ilusión, pero estaba llena, ya era el segundo plato que tomaba sin ganas.</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—Y por lo de delgada...</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—Quiso volver a coger la cuchara, pero me adelanté. La llené hasta arriba y se la acerqué.</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—¿Quieres? ¿Quieres probarlo cariño?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Asintió, pero ambos sabíamos que no quería ni olerlo. Puso mala cara y al final se lo di. Lo saboreó unos minutos, en los que ponía diferentes rostros de dolor y deseo. Me había perdido. Pero no me importaba, y menos si me perdía con él. </span><br />
<span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—Está...</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—le costaba hablar, seguramente porque no tendría ni lengua.</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—¿Delicioso?</span><span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;">—alzó los hombros. Me quitó la cuchara de las manos. Tenía posibilidades de que le volviera a dar por venganza y se quitó ese mal trago de encima. </span><span style="line-height: 18px;"> </span><br />
<span style="line-height: 18px;"></span><span style="line-height: 18px;"> </span><span style="line-height: 18px;">—Entonces como te gusta tanto.</span><span style="line-height: 18px;">—Le sonreí antes de acabar esa frase, no sabía porque lo hacía, pero estaba algo contenta.</span><span style="line-height: 18px;">—Todo para ti.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero.</span><span style="line-height: 18px;">—Arrugó la frente y retoció el morro con dulzura.</span><span style="line-height: 18px;">—Tenemos que compartir las cosas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Quién lo dice?</span><span style="line-height: 18px;">—Me erguí y me estiré. Estábamos en su habitación, como siempre, con este invierno a ninguno nos apetecía salir. Una rafaga de frío pasó por la ventana. La volví a cerrar rápidamente y alcancé una chaqueta negra.</span><span style="line-height: 18px;">—¿Te importa?</span><span style="line-height: 18px;">—señalé la chaqueta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No, cógela.</span><span style="line-height: 18px;">—Apartó el plato de la mesa y tiró lo poco que quedaba a la basura. Podría darselo a alguno de la casa, pero dudaba que les gustara. Noté como ponía las manos en mi cintura.</span><span style="line-height: 18px;">—¿Te gusta mi ropa?</span><span style="line-height: 18px;">—murmuró en mi oído. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Puede.</span><span style="line-height: 18px;">—le dejé en la duda. Puso su barbilla en mi hombro y ambos miramos la ventana. Deslicé mi dedo en ella y dibujé un pequeño corazón. Noté sus labios en mi nuca.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tenemos que irnos.</span><span style="line-height: 18px;">—Los separó y los llevó a mi cuello.</span><span style="line-height: 18px;">—Le he dicho a Josh que estaríamos a las siete, y son las siete menos cuarto.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">En estos días había tenido menos comunicación con Josh, por el tema de Andy. Ralph me daba clases mientras Charlie nos miraba constantemente. Estaba celoso. Me gustaba, por qué negarlo. Luego, cuando Charlie desaparecía casi todos los días a las seis de la tarde, me quedaba sola en la habitación.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Hoy no te vas?</span><span style="line-height: 18px;">—dije. Mi tono tenía una pizca de rabia. No sabía a donde se iba, ni que hacía, ni con quién. No tenía que contarme todo, pero tampoco ocultarme las cosas. Me di la vuelta y le miré con dulzura.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Hoy vamos a ver a Josh tocar.</span><span style="line-height: 18px;">—dijo más serio que un libro. Se cerró por completo y apartó la vista de mis ojos, mientras observaba sus pies.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Por qué desapareces todos los días?</span><span style="line-height: 18px;">—añadí. Todas esas noches preguntándome que hacía y quedándome con la duda. Solo le veía por la mañana, no sabía si volvía por la noche, ni si dormía conmigo o no me enteraba. Siempre le veía con un desayuno y sonriendo. Sin una explicación convincente. </span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><span style="line-height: 18px;"><i>En el reflejo de un espejo..</i></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">A la derecha. No, mejor a la </span></span><span style="line-height: 18px;">izquierda</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">.</span></span><span style="line-height: 18px;">—No sé como peinarme.—le dije a mi reflejo. Parecía estúpido hablándome a mi mismo, pero no sabía con quién compartirlo, ya que me mirarían mal, o me dirían lo típico. Mejor revuelto, sí, era lo mejor. Dejé uno de los peines en la mesilla y pasé ambas manos. Alocándose aún más el pelo. Me parecía a Charlie, tenía un cierto aire. Me miré los dos perfiles y salí de la habitación.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Tenía el corazón a mil, y mis mejillas parecían manzanas de lo rojas que estaban. Acababa de salir de la ducha y lo único que llevaba era la roja interior. Mis pies desnudos se deslizaron por la madera de la casa, que por casualidad no estaba muy fría.</span><span style="line-height: 18px;">—Será obra de Dios.</span><span style="line-height: 18px;">—volví a decir en voz alta. Tenía que quitarme esa costumbre, pero el silencio de mi habitación era demasiado seco y agobiante. Me daba la sensación de estar siempre solo. Bueno, siempre lo estaba. Cogí unos pantalones verdes y una sudadera gris. Converse negras e iría perfecto, pero se las presté a Charlie.</span><span style="line-height: 18px;">—Mierda.—suspiré.—¡Otra vez hablando solo, por Dios Ralph!—me grité a mi mismo. Decidí ponerme la mano en la boca, ya que seguramente soltaría una gilipollez. Me vestí lo más rápido posible. Las siete menos diez. Quería cogerme las zapatillas, pero Charlie estaría en su habitación, con Alice.—Alice..— murmuré en el seco ambiente de mi cuarto. Era imposible que dejara de hablar, y me dí por vencido. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Antes de irme me acerqué a la mochila del instituto y saqué unas cuantas cosas. Libros, apuntes etc. Y en el tropiezo de la búsqueda de mi móvil, encontré una foto. No era de hace mucho. Dos o tres meses. Cuando en su vida era simplemente un compañero más. Era un lunático. Di la vuelta a la foto y vi tenía apuntado el día que la tomé con mi cámara. No tuve mucho disimulo, pero ella estaba centrada en su amiga Renee, y yo, mientras, la quería en silencio. Mi actuación ese día en el baño fue lo mejor que hice, hacer que no la conocía. Aunque llevara meses que no salía de mi mente. Así, tendría la oportunidad de que ella supiera como era, y con mucha suerte, le gustara.—Dios, si existes, por favor.—Me froté la nariz y volví a observar su rostro, mientras lo recorría con dulzura, como si pudiera tocar su pelo. Pero nada, estaba enamorada de Charlie, y él era mi amigo, y no podía hacerle eso, estaría muy mal visto. Pero, el amor era el amor. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">El sonido de unos nudillos frotando constantemente la puerta resonaron en mi cuarto, hasta llegar a mis oídos. Me levanté y dejé caer la foto mientras cogía el móvil con la otra mano. La dejé ahí tirada, estaba seguro que nadie entraría en mucho tiempo. Me acerqué con paso ligero, mi habitación era la más grande de todas. Y de momento yo era el más pequeño de la familia, si se le podría llamar así. Calcé unas Vans viejas y giré el pomo con miedo. Pero disminuyó en segundos al ver su preciosa sonrisa.</span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><span style="line-height: 18px;"><i>Detrás de un micrófono..</i></span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">Mis yemas rozaron el metal frío y seco de los platillos. Hacía mucho que no actuábamos con público. No eramos muy buenos, y la verdad, era de sorprender. Miré al cantante y a los guitarristas. Yo, estaba practicando con la batería. Era una de las mejores cosas que tenía en mi vida, ese pequeña sensación que tenía al tocar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Josh, ¿estás nervioso?</span><span style="line-height: 18px;">—me dijeron. Me cubrieron los ojos con ambas manos. Sabía quién era, ¡quién iba a ser! Andy.</span><span style="line-height: 18px;">—Dentro de poco vendrá el resto, pero esto ya se está llenando.—deslizó sus dedos hasta mi barbilla y los dejó en mi nuca.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Es verdad.—La besé. Yo más ganas que ella, pero no lo tomé en cuenta. Miré el público, no diferenciaba los rostros. Eso era lo mejor, apenas les veías.—Estoy un poco nervioso, hay más gente de lo común.—La miré, iba de azul marino, normalita, pero a la vez perfecta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo he avisado a mucha gente.—añadió en un suspiro ya que se acercaba un guitarrista. Era de esperar, Andy por muy sencilla que fuera, la conocía medio país. Y yo, tuve suerte, y la conocí. La miré con el rabillo del ojo, estaba hablando con uno de ellos. Antes dije que tocar la batería era la mejor sensación. Pues, estaba equivocado, tenerla a mi lado le daba mil vueltas. ¿Estaría enamorado? Seguramente, estaba nervioso porque era la primera vez que tocábamos en grupo y ella asistía al concierto. Bueno, concierto no era exactamente, pero me hacía ilusión pensarlo. Los focos fueron hacia mis ojos.—Me he quedado ciego.—susurré, pero bueno, por lo menos aún tenía voz, y las muñecas estaban intactas.</span><span style="line-height: 18px;"> </span><br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i><span style="line-height: 18px;">Entre la multitud..</span></i></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Buscaba a Charlie, ¿le había perdido? Hace unos minutos le cogía de la mano y ahora estaba entre la gente. Perdida. Salté varias veces y pude ver a Josh tocando la batería. Se le daba bastante bien y hacían buen grupo. </span>—¿Charlie?—Agarré a un chico del brazo.—Lo siento, me he equivocado.—Le miré con vergüenza y aparté la vista mientras caminaba nerviosa. El local era enorme y yo era demasiado pequeña. Muchos chicos me miraban, incluso me hablaban, pero la música estaba tan alta que era imposible escucharles. Me acerqué a la barra.—Un vaso de agua por favor.</span><span style="line-height: 18px;">—le dije al camarero. Noté como alguien se sentaba a mi lado, pidiendo alcohol.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te invito a algo preciosa?—me dijo. Era extraña la situación, casi tenía diecisiete años y nunca me había ocurrido esto. Casi nunca salía a la calle, prefería quedarme en casa, leyendo.—No te cortes, solo quiero invitarte.—sonrió, le miré. Tenía los ojos azules.—Mi amigo me ha dado cincuenta euros por error y bueno.—se llevó las manos a la nuca e hizo esperar al que servía las bebidas porque hablaba conmigo.—¿Qué mejor que gastarlo en una chica tan preciosa?—demasiados cumplidos, no era preciosa. Seguramente estaría borracho y no me vería bien.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No gracias, solo quiero agua.—Volví la vista hacia el camarero, le asentí a mi propuesta del vaso de agua y me lo sirvió en un abrir y cerrar de ojos.—Creo que me voy, que he perdido a mi novio.—añadí con una carcajada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero antes, dime como te llamas.—me agarró el brazo suavemente, sin hacerme daño, lo suficiente para mantenerme unos segundos con él.—Yo me llamo James, ¿y tú?—Me seguía mirando a los ojos. Borracho no era la palabra, le faltaría poco para tener un coma etílico. Le sonreí y le aparté la mano de mi brazo. No perdía mucho por decirle mi nombre.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Se llama Alice.—noté como alguien dejaba su brazo en mi hombro. No me quise dar la vuelta, ya que sabía quién era.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Es tu novio?—dejó la copa en la barra.—Lo siento, solo quería invitarla.—me reí por dentro. Me di la vuelta para poder besar a Charlie, pero otro rostro me estaba mirando.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Ralph?—dije entre dientes, apenas imperceptible.—¿Qué haces?—no me inmuté mucho y seguí casi abrazada a él.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Quitarte a este de encima, no creo que a Charlie le parezca bien.</span><span style="line-height: 18px;">—sonrió, tenía una bonita sonrisa.—¿Vamos a bailar?—Miré al otro chico pícara, estaba avergonzado y seguramente no saldría otra vez de la barra. Me despedí de él con la mano mientras Ralph me llevaba al centro de la pista.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Sabes dónde está Charlie?—No me quiso responder, tenía la sensación de que lo sabía. Pero yo me movía al compás de la música. Pude ver a Andy a lo lejos, con otras chicas. Josh estaba en el escenario, dándolo todo. Y Charlie. Desaparecido. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No, le perdí de vista hace media hora.—me dijo al oído, ya que antes me había hablado y no me había dado cuenta. Una música lenta empezó a sonar en el local. También la estaban tocando los chicos. ¿Bailaba con Ralph? Sería de mala educación no hacerlo. Busqué con la mirada a Charlie, pero nada. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Bailamos?</span><span style="line-height: 18px;">—me dijo con una tierna sonrisa. Tenía que reconocer que me estaba derritiendo por dentro. Notaba que su mirada podía atravesar la mía.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Voy a buscar a Charlie mejor.—Le dije sin apenas pausas. Me solté de su mano y me introduje entre la multitud. La música era demasiado lenta, y tenía la sensación de que mis párpados caían del cansancio. Cogí a varios chicos del brazo, creyendo que eran Charlie. Me estaban tomando por loca. Pero siempre me acababan sonriendo.—¿Charlie?—volví a gritar cuando hubo un descanso.—¡Charlie!—volví a decir. Me iba a quedar sin voz. Resoplé. Abrí los ojos. Un pelirrojo se asomaba por mi vista. Caminé hacia él. Pero me encontré con otra persona de por medio.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Noté que el corazón se me encogía por segundos. Había visto a mi madre. Se me encharcaron los ojos nada más pensarlo. No tenía que llorar. Así que seguí caminando aunque pensase que no era fruto de mi imaginación, que la había visto de verdad.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Alice?—alguien me agarró del brazo e hizo que retrocediera a mis pasos. Mostraba cabello rubio. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Re, re, ¿Renee?—tartamudeé. No podía creerlo. Estaba aquí, me estaba viendo. Hacía dos semanas que no sabía nada de ella. Y ahora, le tendría que contar todo, darle explicaciones. </span>Unknownnoreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-62875573676162967822012-04-30T12:31:00.000-07:002012-04-30T12:31:07.094-07:00~Capítulo diecisiete.Aquella mirada era la que me hacía dudar de la gente que me rodeaba. Guardaba rencor y a la vez entusiasmo, sus labios estaban elevados formando una leve sonrisa. Sus cejas arqueadas como dos puentes en el que encerraba a sus ojos. Mostraba felicidad, pero si te fijabas bien, quiero decir, en el fondo, no veías eso. Me aproximé con paso ligero mientras silbaba una canción, no recordaba el nombre.<br />
—Rony me ha dicho que preguntabas por mi.—Sonó grave y serio. No debería haber dicho su nombre, ya que no venía del tema. Crucé los brazos y me dispuse delante de su rostro.—¿Quieres algo?<br />
—¿Tú no me buscabas?—Pasó su lengua por el filo de sus dientes, estaba dispuesta a provocarme. Ladeó la cabeza y llevó el cigarrillo a sus labios.—El caso, quiero ver a Alice.—Rió, y echó el humo formando pequeñas hondas en el aire.—Sé que está contigo.<br />
No me inmuté. No moví ningún musculo de la cara y seguí estando serio. No sabía si decirle que estaba conmigo. Pero no me daba buena impresión. Era su amiga recordé en ese instante. Pero Alice nunca me habló de ella, nunca me la mencionó.<br />
—Alice está desaparecida.—Me llevé las manos a la espalda, mostrando un buen porte. Decidí mentirle. No era muy propio de mi, pero en el fondo, en lo más fondo de mi, estaba cambiando.—Supongo que lo habrás leído en los periódicos.—Decidí responder, ya que había pasado más de dos minutos sin que mi garganta diese ningún sonido y que todos mis pensamientos rondaran por mi mente.<br />
—Mientes.—Rió satisfecha a mi respuesta.—No sabes mentir Charlie, no sabes mentir.—Volvió a reírse y dio otra calada a su cigarrillo que al final decidió tirar y apagar con la suela de su zapatilla. Odiaba el humo, notaba como lo filtraba y no podía evitar toser.<br />
—¿Qué crees?—Pregunté. No sabía que pensar, ¿tan mal mentía? Tendría que entrenarme.—Cada vez soy más estúpido.—Dije al cuello de mi camisa. Por suerte Renee no tenía tan buen oído como Josh y no apreció mis palabras.<br />
—Que está contigo.—Me recorrió con la mirada desde los pies hasta los ojos y soltó un leve bufido que al cabo de unos segundos se convirtió en un extenso y cargado silencio.<br />
—Yo también querría que estuviera conmigo..—sollocé. Mi leve actuación pareció no dar factura y que mi rostro, cansado y triste pareciera que fuera por ese asunto.<br />
—¿Entonces no está contigo?—Bingo. Quería cantar victoria, pero aún era demasiado pronto. Debía esperar a que se fuera.<br />
—No, no está.—Afirmé a su respuesta. Respiré, estás situaciones me agobiaban. La pregunta sería que le diría a Alice. No sabía si contarle que conocí a su amiga Renee en el pasillo del hospital y que se esfumó con su propio humo. Y que ahora, apenas unos minutos, estuvo preguntando por ella.<br />
—¿Y tienes idea de dónde está?—Pareció preocuparse, y noté cierta tristeza. No sabía si estaba fingiendo como yo, o en realidad también estaba preocupada.<br />
—La habrán secuestrado.—Secuestrar, ese verbo pasó por mi mente varias veces. Y la imagen que pasó por mi cabeza fue la cárcel, reformatorios, campos militares. Yo decidí por ella, decidí que vendría aquí con nosotros y que no debería decírselo a nadie. Huir de su familia, de sus amigos, de todo. Y todo porque lo decidí yo, por simple egoísmo para que estuviera a mi lado. No lo entendía, nunca me lo había planteado de esta forma, ¿y si ella no quería? ¿Y si no quisiera que no me involucrara en el asunto?<br />
—Daremos con ella, lo sé.—Puso la mano en uno de mis brazos. Regalándome una triste sonrisa. No supe que decir, tampoco que hacer. La compasión pudo conmigo y antes de que diera los pasos suficientes para alejarme empecé hablar.<br />
—Alice está aquí, conmigo.—Cualquier gilipollez podría haber salido de mis labios, cualquiera, pero no fue así. Empecé a temblar debido al agobio que se me acumuló en la garganta. Un nudo se me hizo en ella y no dije nada más.<br />
Su reacción, su propia reacción hizo que fuera a mi primera conclusión. No debía confiar en gente como ella, no debía. Mi victoriosa actuación no sirvió de nada y la eché a perder. Cada curva de su rostro mostraba alegría, como si hubiera conseguido lo que quería. Metió la mano en uno de los bolsillos de la chaqueta vaquera que llevaba y dejó a la luz una pequeña grabadora de voz, en este caso mi perdición.<br />
—Listo.—Dio al stop y sonrió.—Gracias por decirme lo que quería oír..—volvió a guardarla y me miró fijamente a sus ojos, su inquietante mirada invadió el silencio.—O en este caso la verdad.<br />
Me llevé las manos al cuello y suspiré. Guardé mis deseos de desahogarme para otra ocasión. La policía me la tenía guardada. Afirmaron que si cometía otro delito me llevarían al reformatorio o a los campos militares. Fruncí el ceño e intenté sonreír. Ni pensando en Alice se me calmaba el cuerpo.<br />
—Que quieres.—Todo el mundo querría negociar, y dudaba que me equivocara con ella.—¿Dinero? ¿Ropa? ¿Cita para la peluquería?—La última pregunta sobró, pero dio cierto tono gracioso al asunto y ella se cabreó.<br />
—No, no necesito eso.—No se me ocurría otra cosa que darle, ya que no tenía absolutamente nada. Vivía con cuarenta hombres más. Mi casa no sobrepasaban los veinte metros cuadrados y el dinero no me abundaba. No tenía dinero, ni joyas, ni cualquier cosa que quisiera una chica. Si fuera un hombre, habría llamado a Josh, actuaría como un cobarde y pediría su ayuda. Pero se trataba de una mujer. Especificando una amiga de Alice.—Te quiero a ti.<br />
No entendí esa respuesta y hice que la volviera a decir. No sé si me estaba quedando sordo o si lo habría interpretado mal, entonces, para asegurarme quise que la repitiera.<br />
—A ti, a ti Charlie Blair.—Suspiró cansada y se frotó uno de los codos. Cruzó el lado de su bufanda por su cuello cubriéndola parte de la cara.<br />
—Estás equivocada.—Su respuesta me dejó estupefacto, sin saber que decir, y apenas asimilé todas las palabras por miedo.—No me conoces de nada.—Froté una de mis manos en la barbilla. Una gran nube nos cubría las cabezas y algo de frío recorría las calles. Y yo en un polo de manga corta. Ralph. Podría estar con una sudadera y estaba en manga corta.<br />
—Pero Alice sí.—Elevé los hombros, sin aún saber a que se refería.—Es una larga historia, una larga y extensa historia..—debía irme, coger la grabadora e irme, pero tenía algo de miedo. Era imbécil, tenía miedo de una chica.—Sé que Alice sufrirá si te pierde, ¿y que mejor que con su mejor amiga?—Sonrió maliciosa. El aire me estaba llegando a los huesos, y sus palabras me helaron el corazón.—Ella pensará que eres tú y yo solo fui una víctima.<br />
—Pero eso no es así.—Repliqué, no me lo creía, me estaba arrastrando a esa mujer. Me acerqué a ella y apenas hubo dos palmos entre nuestros rostros.—Se lo diré.<br />
—Ah, no.—Volvió alzar la grabadora y puso justamente las palabras que me delatan del crimen. En el fondo no era un crimen, pero ella quería que lo pereciese y lo estaba consiguiendo. Podría haberme tragado la lengua, que me diera un golpe en el camino o directamente estar con Alice, disfrutando de sus labios.<br />
—Eres...—no seguí, poso uno de sus dedos en mis labios.<br />
—Soy muy lista.—intentó terminar mi frase, la mejoró más bien. De mi boca en estos momentos saldría de todo menos cumplidos.—Mañana.<br />
—Mañana—repetí sus palabras, como si fuera un loro, me estaba manejando como un títere.<br />
—Te quiero aquí a las seis de la tarde, ¿de acuerdo?—No me quería arrastrar, tampoco quería estar con esa chica, no quería nada de esto.<br />
La miré con desprecio y me di la vuelta mostrándola la espalda. Caminé sin ganas, decaído y poco convincente de mis pasos, de mis decisiones, de mis actos. Mañana, a las seis de la tarde estaría ahí. Cumpliendo las órdenes como un soldado. Sonreí chistoso. Me estaba preparando para el ejército. A medida de mis pasos varios copos de nieve decoraban las calles de mi barrio, cada rincón mostraba un tono y apacible blanco. Volví la vista para atrás, y como de costumbre, ya no estaba. Ahora tenía dos opciones, confesar lo ocurrido o callarme como un buen negociador.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Detrás de una botella..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Beber agua en estos momentos era lo que mejor que me podía meter en el cuerpo.</span>—<span style="font-family: inherit;">No más alcohol</span>— mascullé<span style="font-family: inherit;">. Josh se había ido con Andy y aquel chico del baño me acompañaba en el cuarto de Charlie. No sabía sus intenciones, pero tenía tanta bebida y cosas en la cabeza que ni me las planteé.</span><br />
—¿Ralph verdad?—Sabía que se llamaba así, pero el silencio que había entre nosotros dos era muy incómodo. Y la verdad, seguramente soltaría alguna estupidez en breves.<br />
—Sí, me llamo Ralph.—afirmó con una sonrisa. Intenté diferenciar el color de sus ojos, pero veía tan borroso que por mucho que forzara la vista no vería nada.—Me suenas, te he debido ver antes.<br />
Si me paraba a pensar también aparecía en algunos de mis recuerdos. No sabía su por qué, ya que nunca había conocido gente de aquí.<br />
—Tú también a mi.—Volví a la Tierra, ya que constantemente me metía en mis pensamientos.<br />
—Creo que ibas a mi instituto.—Se frotó el pelo y al segundo se miró en el reflejo de la ventana para arreglárselo. Me hizo gracia y sonreí, luego asimilé su respuesta y vi que era verdad.<br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—¡Es verdad!</span></span><span style="line-height: 18px;">—Exclamé algo entusiasmada y como una niña pequeña. Efectos del alcohol.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Vas a mi clase de Química.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Y a la de Biología.—Visualicé otra vez mis recuerdos y que siempre me sonreía en las aulas. Pero estaba tan ocupada en Renee que apenas pude conocerle.—Siempre me sonreías.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Ahora no te reconocía porque estás más delgada.—No respondió a mis palabras y metió otro tema inmediatamente. Mi extraño sentido dio con una conclusión, pero no la quise dar muchas vueltas y la descarté.—Eres muy lista.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Habló el que siempre suspende, te tenía como favorito el profesor.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tengo mis encantos.—Frotó su barbilla y sonrió. Recordaba que era más pequeño que yo, un año recuerdo que mencionó un día el profesor.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Cumpliste dieciséis verdad?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Afirmó a mis palabras con un leve movimiento de cabeza y chasqueó los dientes. Una taza de café la esperaba en una de las esquinas de la habitación. Humeante, desprendía un olor agradable y apetitoso.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Tan enchufado estás?—Pregunté chistosa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Superdotado.—Respondió a mis palabras con algo de amargura. Por unos segundos noté que no estaba en la Tierra, sino en sus recuerdos, no serían muy agradables pude notar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pues me tendrás que dar clases.—Aparté el tema y lo cubrí con un tupido velo. Ya tenía suficiente y no le obligaría a que me contase todas sus penas.—No voy a volver al instituto.—afirmé alegre, la verdad, como a cualquier persona, no me agradaba mi estancia allí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Por?—Preguntó sorprendido. Él no sabía nada del periódico, ni mi supuesta desaparición. Estaba en el cuarto de Josh, y si apenas tenía fuerzas para hablar, menos tendría para levantarme.—¿Tanto lo odias?—calmó el silencio y le sonreí dulce y sincera.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Estoy desaparecida.—Hice una pausa y antes de que diera un trago al vaso de café, me lo llevé a la comisura de los labios. Saboreando su dulce y cálido sabor.—Está rico.—Sonreí y le dejé con la boca abierta, pero sonrió.—¿Me darás clases entonces?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Si me devuelves mi café puede.—Volví a saborear su sabor por unos segundos y me calenté las manos con el vaso. Lo posé en ambas manos del muchacho y sonreí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Todo tuyo, ¿pero me darás?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Claro, igualmente te las habría dado.—Tragó y sonrió.—Es verdad que está rico.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Delicioso.—Le rectifiqué. Esa situación era cómoda y me aportaba tranquilidad, aunque mi cabeza estuviera dando tumbos y no la encontrara encima de mis hombros. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿A que el de química es muy retorcido? Siempre hace complicados los exámenes.—Añadí feliz. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—La de lengua está muy buena.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero si es feísima, y una anciana.—Arrugué el morro.—Te van las maduras, ¿o qué?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—La tuya será, porque la mía no.—Resopló y hizo que pensaba en ella mientras se ponía colorado. No sabía si sería por la profesora o por mi. Pero notaba cierta química y eso que no entendía mucho del tema. Empecé a reírme sin razón o con ella, no lo sabía. El caso es que me estaba riendo y por fin notaba que los malos momentos pueden desaparecer.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Un pequeño silbido del viento gobernó la habitación. Había entrado por la puerta, la corriente llevaba en si a Charlie. Parecía enfadado, pero no lo pude apreciar con detalle, ya que tenía lágrimas en los ojos al reírme tanto con Ralph. Luego, predominó el silencio.</span>Unknownnoreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-51951584526863737962012-04-28T08:52:00.000-07:002012-04-28T08:52:01.326-07:00~Capítulo dieciséis.Me humedecí la yema de los dedos para poder pasar la página del periódico. Miraba con detalle cada palabra que había en aquella noticia, cada coma y cada punto. También fingía estar preocupada, porque sinceramente no me importaba. Josh me miraba con curiosidad y se reía de vez en cuando.<br />
—¿Qué ocurre?—le dije mientras lanzaba el periódico a sus pies, con el fin de que también lo leyera. Arrugué la frente y soplé a mis manos. Tenía frío.—¿Por qué te ríes?<br />
—No lo sé—añadió con una sonrisa.—¿Hablaste con Charlie?<br />
—Charlie..—Me llevé la mano a la frente y reí chistosa. Sentir sus cálidos labios en los míos hacía que no tuviera los pies en la Tierra.—No sé a que te refieres.<br />
—Si lo sabes.—Me respondió con un marguen de tiempo.<br />
Me llevé a la comisura de los labios la boquilla de una botella. Bebí y sonreí, dejándolo en suspense la situación. Quería que algo de alcohol se me subiera a la cabeza y asimilara lo que había pasado con él, no me había mirado desde entonces y tenía la sensación de que no debería a ver pasado.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Detrás de esos ojos verdes..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Su aroma permanecía aún en mi ropa. En mis labios, eso, o era fruto de mi imaginación. Me daba igual, todo me daba igual. Abrí el armario y me miré en un pequeño espejo. Me peiné con las manos y sonreí inconscientemente.</span><br />
—¿Qué estaba haciendo?—Nunca me había comportado así, nunca había sentido algo por alguien. Empecé a sacar ropa sin control, tirando las cosas al suelo.—¿Dónde está la sudadera azul?—seguí buscando pero seguía sin aparecer. Un nombre pasó por mi mente, Ralph. Salí de la habitación y golpeé con los nudillos la puerta de su habitación.<br />
—Ralph, ¿estás ahí?—grité y golpeé más fuerte el marco de la puerta.<br />
Después de estar esperando tres minutos decidió abrirme, no quise preguntar que estaba haciendo, era un crío que acaba de cumplir dieciséis años y aún no sabía de la vida. No recordaba porque le trajeron aquí, la noche era muy oscura y lo único que se oían eran sus llantos a la madrugada. Solo tenía siete años.<br />
—Pasa Charlie.—Entré a su habitación y me senté en una de sus sillas.<br />
—Mi sudadera azul, te la dejé, ¿dónde está?—Me llevé las manos al cuello y le sonreí.<br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Creo que...—dejó de hablar y empezó a buscar debajo de su cama</span></span><span style="line-height: 18px;">—. Estaba aquí, ahora..—se frotó el pelo—.No sé donde está.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Ahí? ¿Con las pelusas?—Pensaba ponerme esa sudadera para ver a Alice. Tenía ganas de abrazarla. Pero alguna preguntaba pasaba por mi mente. Solo fueron dos simples besos, o tres. Puede que fueran cuatro. No fue nada más.—Tienes que dármela, la necesito.—Recordaba como Josh entraba en la oscuridad y nos llamaba. Nos alejamos antes de que nos pudiera ver y en el resto del camino no nos miramos. No sé si fue por vergüenza o por ver que lo que ocurrió fue un error. No lo sabía.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Creo que la vendí.—Volví a la Tierra y le miré. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tienes que estar de broma Ralph.—Aquel chico con ojos negros me miró sonriendo y encogiendo los hombros, supuse que para él eso sería una disculpa.—Si la vendiste...dame el dinero que te dieron por ella.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Dinero...—se calló y me miró confuso.—Me lo he gastado.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿En qué<span style="font-family: inherit;">?</span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Alcé las manos y me planté delante suya. Podría ponerme otra cosa, pero estaba empeñado en ponerme esa prenda. Respiré hondo y esperé a que me respondiera.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Gomina.—Sonrió victorioso.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No pude evitar reírme. Puede que por dentro estuviera enfadado con él, pero sabía que era así. No podía hacer nada. Me acerqué a su armario y lo abrí. Estaba cubierto de gorras y alguna que otra foto con los chicos de la casa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Me vas a coger algo?—Se acercó y miró con atención lo que estaba haciendo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Hombre, no sé que ponerme.—Volví la vista hacia el armario y saqué un polo negro. Lo miré y vi que aunque fuera solo un chaval, tenía muy buen gusto.—¿Me dejarías este?—Cerré la puerta del armario antes de que afirmara a mi pregunta y le sonreí con armas de venganza. Me dispuse a irme, pero la pregunta que salió de su garganta me hizo quedarme.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Quién es esa tal Alice?—No quise contestar, ni siquiera me apetecía hablar de ese tema. Pero era Alice, era mi Alice. Le miré y vi que estaba cabizbajo con las manos en los bolsillos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Una amiga.—Respondí al fin. Mintiendo supongo, porque.. ¿no solo era una amiga verdad? Me intenté tragar las palabras y seguí con la frase.—Supongo, ¿por? </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me volvió a mirar a los ojos y se rió escandalosamente, no lo entendí y fruncí el ceño.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sí, hoy me ha abrazado.—Puñales, fueron como puñales en la espalda lo que sentí. Alice no era extremadamente cariñosa con la gente que conoce en un día. En el ejemplo estaba yo.—Pero..</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Pero qué?—Sobresalté más de lo esperado. A lo que hizo que se sorprendiera de mi reacción.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pensaba que eras tú.</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Ladeó la cabeza a un lado y me miró con </span></span><span style="line-height: 18px;">culpabilidad</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">.</span></span><span style="line-height: 18px;">—Para ser una amiga te abraza con mucha ternura.—No respondí a sus palabras y esperé a que siguiera con la frase.—¿Tú crees que tendría algo conmigo?—Reí chistoso en mi mente y le di un golpe en la espalda.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sueñas mucho Ralph, ¡sueñas mucho!—Cerré la puerta y la mayoría de las palabras se quedaron en su habitación. Mientras me dirigía a la mía pasé por la de Josh, donde estaban él y Alice bebiendo, no precisamente agua. Josh por muy caballero que fuera siempre le gustaba beber, ya que decía que así se acabarían las penas antes. Yo nunca fui un aficionado, pero si quería gustar a Alice.. tendría que planteármelo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Charlie!—exclamaron en una de las habitaciones. Una camisa de cuadros roja se asomaba por el arco de la puerta. Era Andy.—¿A dónde vas?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—A Cambiarme.—No quería entretenerme ya que me quería unir a la fiesta que estaban montando los otros dos.—¿y tú?—La pregunté para ser amable, siempre había apreciado mucho a Andy, aunque tuviéramos nuestros baches en años anteriores.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Bien, aquí.—respondió más seca que la paja. Me preocupé. Miré la camiseta y luego miré la habitación donde estaba Alice. Tendría tiempo para hablar con ella, cambiarme e ir. Dejé caer la camiseta en mi hombro y fui hasta su habitación.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Que ocurre.</span><b style="line-height: 18px;">—</b><span style="line-height: 18px;">No me enrollé mucho, fui directo, me senté en su cama y me dejé caer como un peso muerto.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Es Josh, está raro conmigo.—Su miraba la delataba, demasiados años a su lado. Antes de plantearme en llevar a Alice aquí pensé en Andy. Creí que se llevarían bien, pero, aún no habían tenido mucho tiempo para conocerse, ya que pasaba la mayor parte con Josh. Me estremeció en pensar en ella y volví a mirarla.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Es Alice, ¿verdad?—No me respondió, pero ese silencio sirvió de afirmación.—Alice no está interesado por Josh.—Dije no muy seguro—.No te preocupes, Josh lleva enamorado de ti años.—No debería haber dicho eso, pero sino se lo decía yo, se acabaría tarde o temprano.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Vale, gracias.—Abrió la puerta y me quiso echar con la mirada. No lo entendí y por no darle muchas vueltas me levanté. Quise darla un abrazo antes de irme, cual rechazó con mucho descaro.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te ocurre algo?—Respiré, no me quería ir.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No, ya lo hablaremos otro día mejor.—su pelo se deslizó por su cara y me sonrió forzudamente.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo quiero ahora.—No era consciente de lo que decía.—Venga Andy.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Cerró de un portazo y vi como ya empezaban a desvariar, oía la voz de Alice a gritos. Y Josh cantando alguna que otra canción en noruego. Caminé con un ritmo acelerado y entré en la habitación. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Estaba como una pocilga, debería recogerla antes de que alguien la viera, ya que me conocían como el ordenado. Me quité la chaqueta de rayas y la camiseta de manga corta que llevaba y me puse el polo negro. Me miré de arriba a abajo y puse varias caras para verme en el reflejo del espejo. Era imbécil, fue a la conclusión que llegué al ver que estaba haciendo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Listo—cerré la puerta y cogí las llaves antes para poder luego entrar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me miré la mano y vi que tenía algo escrito, <span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: x-small;"><<</span> Díselo<span style="font-size: x-small;"> >></span> que la dijera que la quería. Que no veía un futuro sin ella, y si lo veía sería demasiado nublado.</span></span><span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Demasiadas cursiladas—dije en voz alta mientras caminaba. Recorría cada letra con uno de mis dedos intentando recordar cuando lo escribí. Pero nada, mi memoria no se estiraba.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Me asomé y vi como Josh brindaba en el aire. Decía palabras pero apenas se le entendía. Mi mirada fue hacia Alice, tenía escondida su cabeza entre las piernas mientras se reía.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Menuda fiesta os estáis montando.—Sonreí y me senté en uno de los cojines que había por el suelo. Alcancé con las manos una de las botellas y la miré antes de llevármelo a la boca.—Cerveza.—Había probado cosas peores, me llamaban fino ya que prefería el vino antes que la cerveza.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Alice no bebe mucho ¿verdad?—Me dijo Josh, o eso distinguí, porque entre palabra y palabra había alguna que otra carcajada y ruidos extraños.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—No, no bebe, si le pasa algo será por tu culpa.—No lo dije con humor, aunque él se lo tomó así—. Debes saber que no está para fiestas.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—¿Y está para llorar en un rincón Charlie?—Se llevó la botella a los labios y dio un trago.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—No me gusta que beba.—Negué con la cabeza. Josh no era muy agradable cuando bebía y más cuando estabas en contra de sus decisiones.—Yo tengo que decidir por ella, no tú, ¿vale?</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—¿Y si decide ella que tal?—Empezó a toser, se le habría ido la bebida por otro sitio.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Charlie tiene razón.—Volví su mirada a ella, la tenía perdida en mis pensamientos. Me sonrió.—No debo beber, Josh, ¿me puedes traer un vaso de agua por favor?—Dejó la botella en el suelo y echó la cabeza para atrás, tendría la sensación de pesadez en los ojos.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Era la excusa perfecta para quedarse asolas conmigo o eso pensé. Me ilusioné y vi como Josh se iba tambaleando por el pasillo. Cerré y me puse nervioso. Notaba como cada latido se adelantaba y mi ritmo cardíaco cambiaba. </span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—¿Qué tal estás?—Fue la primera cosa que salió de sus preciosos y rojos labios. Estaba pálida, pero sería normal.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Bi, bien.—Tartamudeé. Su pelo se deslizaba por su espalda y algún mechón cruzaba su cara. No estaba precisamente preciosa para la vista de los demás, pero para mi siempre estaba perfecta.—¿Y tú?</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Bueno.—Bufó y se llevó una de sus manos a la nuca.—Siento que me va a explotar la cabeza.—Rió y se acercó a mi.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—No vuelvas a beber tanto con Josh, que a él se le va la mano con la botella aveces.—Tampoco bebía mucho, no era rutinario, pero no podía decir que había noches que le oía más a él cantando a causa del alcohol que a mis pensamientos. </span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Vale, me tienes que controlar.—Rió y dejó caer su cabeza en mi hombro, rodeándome con uno de sus brazos. Puse la mía en la suya y vi como recorría cada centímetro de mi brazo con uno de sus dedos. Se levantó y antes de decirle nada me cogió los mofletes con las manos.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—¿Estoy muy fea verdad?—Soltó así, sin más, no me lo esperaba.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—No, no estás fea.—Acompañé con una sonrisa y la miré con dulzura.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—¿Y por qué no me besas?</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">No quise responder, dejé caer mis labios en los suyos convirtiéndolos en uno. Sabía a alcohol pero no importaba. Notaba como rodeaba mi espalda con sus manos y yo deslizaba las mías por su nuca. Pero alguien entró en la habitación.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Charlie, preguntan por ti.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Ignoré ese comentario, pero ella no. </span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Ves.—Me susurró en mi oído.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">—Pero..—Me interrumpió mientras me proporcionaba otro dulce beso en los labios. Me levanté y maldije a la persona que me estaba reclamando. No sabía quién era, pero fuera quién fuera me había estropeado un momento con ella.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Me quedé tan sorprendido como ella al ver mi rostro. Recordaba solo a verla visto una vez. No sabía que hacía ahí, ni que quería, no sabía como había descubierto donde vivía. No sabía absolutamente nada. Pero aquella chica, esa tal Renee había venido para algo.</span></span>Unknownnoreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-28203506952930345112012-04-24T10:06:00.000-07:002012-04-24T10:06:21.366-07:00~Capítulo quince.Encuadraba ambas sonrisas en el objetivo de mi cámara. No quería hacer la foto, pero no me quedaba otra. Tenía que aparentar que era feliz e ignorar ese desgarre que sentía en el pecho cada vez que les veía juntos. Sus miradas permanecerían vacías en la foto, pero ambos sabían su significado. Capté ese momento en la pantalla de mi cámara y realcé en mi rostro una sonrisa bastante forzada. Quería vivir engañada.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>En el otro lado del objetivo..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Su mirada se mantenía en suspense como las palabras que me dijo en la habitación. Primero empezó a tartamudear mientras mantenía su preciosa sonrisa en el rostro. Luego bajó la mirada y antes de volver a cerrar la puerta, me dijo que me fuera vistiendo, que me enseñaría su ciudad. Me quedé con la sensación de tener un vacío entre pulmón y pulmón que lo pude disimular con una sonrisa. Y ahora, estaba más raro que antes.</span><br />
—Ya está hecha.—Miré su sonrisa, se le formaron dos hoyuelos en ambas mejillas.—Salís muy guapos la verdad—. Parecía que lo decía con cierto sarcasmo, e intenté no sacar ese pensamiento a la luz.<br />
Charlie sonrió a su respuesta y evitó mi mirada, ya que la tenía clavada en sus ojos. Estaba perdido en sus pensamientos, y yo intenté poner en orden mis ideas.<br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Charlie.</span></span><span style="line-height: 18px;">—no me miró nada más llamarle—. ¿Estás ahí?—agarré su brazo con los dedos de mi mano derecha y rocé los pliegues de su chaqueta.—¿me estás haciendo caso?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Su mirada fue hacia mis labios.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sí, si lo siento.—me volvió a mirar a los ojos. Resoplé, no entendía nada. Acto seguido estornudé.—Parece que no estás—declaré con pocas palabras lo que pensaba. Mantuve su mirada unos minutos y continué con la frase<span style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: x-small;">.</span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—¿Te ocurre algo conmigo?</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">Negó a mis palabras como un niño pequeño y miré a Josh, fue como un bote salvavidas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Luego hablamos—le solté mientras dejé de mirar es verde. Ese extraño y precioso verde.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me dirigí a ese chico, que por poco que le conociera, ya sabía mucho más de mi que mi familia. Me paré a pensar unos instantes. Yo ya no tenía familia. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me sonrió al ver que me aproximaba a su lado.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—¿Puedo?</span></span><span style="line-height: 18px;">—señalé el bordillo donde me podía sentar con él.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Claro—sonrió y me dejó un hueco para sentarme.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No supe que conversación establecer entre nosotros, principalmente porque observaba con el rabillo del ojo la conversación y las sonrisas que estaban compartiendo Andy y Charlie.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Se nota demasiado—murmuró en el silencio que había formado.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me di la vuelta y apenas sonreí, para que fingir si Josh ya me había descubierto. Le volví a mirar para que siguiera con su frase, ya que yo apenas tenía palabras.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Supuse que no te lo diría—sonri<span style="font-family: inherit;">ó, yo también</span>—. Se acobarda.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No le vi el sentido a sus palabras y asentí aunque no las entendiera.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Sabes que le pasa? Me tiene preocupada.—decidí por fin hablar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Esta mañana estaba muy bien.—Me dijo extrañado, parecía que no sabía la razón de su comportamiento.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Hasta que me ha visto.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Planteé mi hipótesis en alto y no me gustó mucho a la conclusión que había llegado.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No pienses eso—colocó las manos en sus rodillas y se frotó los nudillos; tendría frío—. </span><span style="line-height: 18px;">No quiere ser pesado..</span><span style="line-height: 18px;">—por mucho que me dijera, no estaba muy convencida de sus palabras. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿No quiere ser tan pesado que llega a ignorarme?—no le veía el sentido, aunque le diera mil vueltas—. No lo entiendo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Decidió no responderme, supongo que no querría meter la pata entonces no me molestó. Volvió a predominar el silencio en nuestra conversación. Me fijé en la gente que nos rodeaba, estábamos en el puerto. En la foto que nos había hecho Andy se veía el mar. Preciosa la foto. No el momento. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">La olas del mar chocaba con las rocas de un pequeño desprendimiento que hubo anteriormente. Miré hacia el cielo, varios aviones del ejercito volaban en él, por encima de nuestras cabezas, la guerra estaba empezando pude oír en las noticias. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Recorrí el cielo y la mirada fue hacia un chico, ni Josh ni Charlie. Observé que era lo que sostenía en las manos. El periódico del día pude apreciar. En portada aparecía una imagen. Diferencié el rostro ya que era el mío. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Lo que me hizo recordar a ese chico era su pelo engominado y su amplia sonrisa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Wi, ¿William?—murmuré. Josh pudo percibir mis palabras y me volvió a mirar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Le conoces?—Se dio la vuelta por curiosidad.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Mi padre me quería emparejar con él.—Solté apenas sin hacer pausas entre palabra y palabra.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—¿Con ese?</span></span><span style="line-height: 18px;">—frunció el ceño y rió—Menudo pretendiente escogió tu padre.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Él no era lo que más me preocupaba, sino aquello que ponía en el periódico, no sabía el por qué de una foto mía en la portada. Forcé la vista y achiné los ojos. Mi vista cansada pudo distinguir solo las letras más grandes: <span style="font-size: x-small;"><<</span><span style="font-family: inherit;"><i>Desaparecida</i></span><span style="font-size: x-small;">>>. </span><span style="font-family: inherit;">Los pelos de la nuca se me erizaron al segundo de asimilar lo que estaba viendo. Luego empecé a temblar y busqué con la mirada a Charlie, aunque él ya me había encontrado, pero no era el único, William también me había reconocido.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Me está mirando—dije apenas en un suspiro.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me puse la capucha de la sudadera que llevaba y recé que fueran más que imaginaciones mías. Pero así no fue ya que tuvo el orgullo de levantarse. Josh le miró con cierto desprecio a lo que él ni se inmutó.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Alice?—oí e ignoré. O eso quise hacer, pero se puso enfrente mía.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Ho, hola.—Tartamudeé indecisa, no sabía que hacer.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Qué haces aquí?—parecía preocupado, me miraba extraño, supuse que no sabía nada de lo que había pasado y le pilló de sorpresa mi desaparición.—En los periódicos dicen..</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tomando el sol.—Le interrumpí y le sonreí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Alice.. está nublado.—Miré al cielo y mascullé, mierda.—Estoy sorprendido.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Por qué?—exclamé, Charlie se estaba acercando a nosotros, no muy contento pude ver.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tu padre me llamó y me dijo que desapareciste.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pues ya lo ves.—Hice la gracia y reí, no sabía nada del hospital.—Estoy aquí.—tensé la frente y sonreí de nuevo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Bueno pues.. ya se lo diré, estaba preocupado.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me esperaba cualquier cosa de ese ser menos eso. Su vida no era como la de los demás. Utilizaba a las personas y manipulaba las cosas a su alcancé. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Ya.. preocupar..—mascullé entre dientes. Volví a repasar la frase anterior, pero no me dio tiempo, Charlie ya estaba mirando con desprecio a William.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Soy William encantado—alzó su mano a Charlie, cual él contesto sonriendo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo Char, Charlie.—tartamudeó, intentado parecer superior, pero Charlie era tan dulce que no sabía.—Alice, ¿quién es este?—me soltó con un cierto tono.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">William pareció ofenderse y le volvió a hablar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Su futura pareja.—Tiró el periódico al suelo.—Por si te queda más claro.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Lo recogí con los pies y recé de que Charlie no dijese nada, pero por muchos rezos o ave marías que rezara fue inútil.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Enserio?—alzó los hombros y puso las manos en ambos costados.—¿Enserio Alice?—me volvió a mirar.—¿Te has cogido a este chico? ¿A este pijo?—rió sarcásticamente.—Pensaba que era diferente.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Pijo? Mejor que gente de la calle..—no debió decir eso William, pero tenía tanto orgullo como él.—Bueno, de la calle y con mal gusto, si te refieres a ti.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me llevé las manos a la cabeza. Todo esto por el periódico. Josh se levantó y se puso al lado de Charlie.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Gente de la calle?—Saltó, le había hecho daño.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sí, de la calle, ni sabréis pensar.—Era imbécil, cada vez que escuchaba sus palabras veía con el hombre que mi padre me quería juntar, un cabrón como él.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Por lo menos sé defenderme.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Rió chistoso de su contestación y le miré con cierto desprecio.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Vamos Alice.</span></span><span style="line-height: 18px;">—Agarró mi brazo y de inmediato le solté.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Qué haces?—me alejé de él y me puse al lado de Josh, Charlie había desaparecido. Miré atrás. Tampoco estaba con Andy.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Nos vamos a casa.—gritó.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Esa no es mi casa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pues con tú familia—intentó atrapar mi mano, pero la esquivé.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Esta es mi familia.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero tú eres mía, tú padre me lo dijo.—Me cogió de la cintura y pegó mi cuerpo al suyo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me separé con el mínimo roce.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo no tengo padre.—solté, no me hacía daño decirlo, y menos gritarlo, que fue lo que empecé hacer al ver sus acciones.—Vete.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Qué?—elevó sus manos provocando.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Que te vayas.—respiré, rabia recorría por mi sangre. Todo el odio que estaba descargando con ese chico no era la mayor parte por él, sino por mi padre. Me miró a los ojos con desespero a lo que yo respondí con asco. Caminé y me fui de ese sitio, cediéndole William a Josh. —no le hagas nada—mascullé a su oído antes de irme. Respondió con una sonrisa y me dio su palabra.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Caminé entre restaurantes del puerto, con el final de encontrar a Charlie. Me metí por varios callejones sin salida. Caminaba sin miedo. Si antes estaba raro conmigo no quise imaginarme como estaría ahora.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Siempre tengo problemas..—me dije a mi misma en voz alta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Unos segundos. Fueron esos en los que divisé la ropa de Charlie. Corrí hacia ese callejón de ladrillos y me introduje en la oscuridad.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Charlie?—pregunté mientras extendía las manos para no chocarme con nada. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me dolía la cabeza y no pude forzar la vista, ni siquiera pude diferenciarlo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Charlie?—volví a repetir, pero seguí sin obtener respuesta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me froté las manos, la falta de luz hacía que el frío aumentara y helaran mis huesos. Me di la vuelta, seguramente se habría ido al oír mi voz. No querría hablar conmigo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Te quiero..—debería haberle dicho.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Mientras caminaba me choqué con alguien. Pero la oscuridad aún era demasiado intensa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No me esperaba esto.—Diferencié su voz perfectamente, y sonreí.—Creí que eras diferente.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Y lo soy..—intenté agarrarle las manos pero esquivó mis caricias—. Quiero decir, ese chico no sabe nada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sabe como te llamas, conoce a tu padre seguramente.—me replicó serio.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero no me conoce a mi.—su voz era cansada y decaída.</span><br />
<span style="line-height: 18px;"> Lamentaba cada segundo de lo ocurrido. Con tal solo dieciséis años mi vida había sido de una novela. Agarré sus manos y las dirigí hacia mi cintura, dejándolas caer. Un cosquilleo recorrió mi estómago y por un momento noté que se me paraba el corazón al tenerle tan cerca de nuevo. Después de esto le daba por perdido. </span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>En el otro lado de la oscuridad..</i></span></span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Sentir el roce de mis manos en su cintura era la mejor sensación que había sentido hasta ahora. En estos momentos no había móviles, tampoco gente. Ningún ser podía quitarme esa oportunidad que había esperado desde el momento en el que la conocí. </span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Te quiero.—Pude apreciar ese murmullo que salieron de sus labios.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Mi corazón latía tan fuerte que me daba la sensación de que Alice podía escucharlo. Me di cuenta de que era el momento perfecto. Y entonces la besé. Mis labios rozaron los suyos en una caricia suave, controlada. No pude analizar la situación, preguntarme como reaccionaría Alice y qué pensaría de mi, maravillarme ante el temblor que me había tensado la piel, conté los segundos que pasaban desde que nuestros labios se tocaron hasta que ella abrió los ojos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo también te quiero.—murmuré en su oído.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Volvió a posar sus labios en los míos, pero esta vez el beso fue distinto, muy distinto. Fue un beso que valía por toda mi vida. Sus dedos se enredaron en mi pelo y luego se anudaron en mi nuca. Por primera vez en mi vida, mi mente no se separó de mis sentimientos y no hubo más mundo. Solo estaba ella.</span>Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-19447281467682511182012-04-21T09:35:00.000-07:002012-04-21T10:41:32.514-07:00~Capítulo catorce.Un tramo de luz iluminaba una parte de la habitación. Miré el suelo y solo encontré las sábanas y almohadas que había utilizado Charlie para dormir. Corrí la sábana que cubría mi cuerpo y puse los pies en el suelo. Bostecé. Era muy pronto, al rededor de las seis y media de la mañana pude distinguir en el reloj. La luz que me había despertado venía del cuarto de baño. El ruido que producía el agua al correr por el lavabo llevaba a mi imaginación a Charlie bajo el agua. Aún estaba demasiado dormida.<br />
Me desplacé al baño sin hacer ruido. No levanté los pies del suelo, me deslizaba al caminar. Abrí más la puerta y vi como tenía la cabeza bajo el chorro del agua. Sonreí inconscientemente y me acerqué a su cintura.<br />
—Buenos días Charlie.—Murmuré mientras rodeaba su torso con mis manos.<br />
Elevó la cabeza y también me sonrió.<br />
—Buenos días..—murmuró como yo.—Pero, ¿tú quién eres?<br />
Al oír esas palabras abrí los ojos y observé el reflejo del chico al que estaba abrazando. No era Charlie. Dejé de acariciar su piel con mis yemas y me choqué contra la pared.<br />
—Eso lo tendría que decir yo—añadí con una sonrisa bastante forzada.<br />
Se dio la vuelta y alzó su mano con señal de presentación.<br />
—Soy Ralph—sonrió—. Ralph Cuddy, encantado.<br />
Quise alzar mi también mi mano, pero el asombro aún me tenía absorbida. La alcé apenas unos centímetros y su mirada fue hacia mis muñecas que aún presentaban manchas de sangre.<br />
—Yo Alice—decidí sonreír y oculté mis manos tras mi espalda.—Y bueno.. ¿que haces aquí?<br />
—Lavarme la cara—señaló con uno de sus dedos su rostro y sonrió chistoso.<br />
Asentí a su respuesta como una estúpida.<br />
—Pensaba qué..—me interrumpió.<br />
—Que era Charlie, sí me lo imaginaba. Debería habértelo dicho, pero hace mucho que no me abrazaban así.—No supe como plantearme su respuesta y seguí indecisa.—Y al decir su nombre.. —sonrió—las cosas no encajaron.<br />
Bostecé a sus palabras y le regalé una leve sonrisa.<br />
—Lo siento—me disculpé por hacer algo, ya que no sabía como actuar.—No era mi intención molestarte.<br />
—No eres molestia.—Después de hablar se subió al borde del lavabo y me miró curioso.—Pensaba que la persona que estaba acostada era Charlie, por eso entré sin llamar.<br />
—¿Tienes la llave?<br />
—Sí, en mi habitación no hay agua caliente.<br />
—Entiendo..—respondí de inmediato a sus palabras.<br />
—¿Eres su novia o algo?<br />
Oprimí alguna carcajada y me estiré la sudadera que llevaba puesta. Me daba la sensación de que se me veía la ropa interior y no sería lo mejor para una presentación.<br />
—No, no soy su novia.—Dije cabizbaja, me dolía aún no poder decir que lo era para él.<br />
Se aclaró la voz y sonrió.<br />
—¿Y estás soltera?—dijo mientras frotaba sus nudillos en su pijama.<br />
Arrugué en rostro y sonreí sin más. Miré para otro lado, él me miraba a los ojos y no quería mantener esa conversación con alguien que acaba de conocer y que por confusión había abrazado.<br />
—¿Sabes dónde esta él?—Intenté deslizar ese tema y él lo aparto.<br />
—No la verdad—acompañó con un movimiento leve de cabeza.<br />
Tenía ganas de verle. De haberle abrazado a él. Y no a Ralph. Sonreí, su nombre me hacía gracia.<br />
—Voy a buscarle—me separé de la pared y me aproximé hacia la puerta. Parecía que le había dejado con las palabras en la boca. Tenía el presentimiento que esta no sería la última vez que le vería, entonces, no me preocupé.<br />
<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>En una de las cocinas..</i></span><br />
<span style="font-family: inherit;">Apenas sabía cocinar, siempre que comía en casa era comida </span>pre-cocinada<span style="font-family: inherit;"> y siempre andaba bastante justo. Y ahora, no sabía por cuanto tiempo tendría que alimentar a dos bocas.</span><br />
—¿Tú sabes?—levanté la mirada y sonreí a Josh, al contrario que yo él era todo un chef.<br />
Estaba haciéndose un sandwich y observó la sartén que sostenía en mis manos.<br />
—Sí, pero si quieres cocinar te aconsejo echar algo de comida.—Me dio un codazo y se rió de mi descaradamente.<br />
—Sabes que no se cocinar.<br />
—¿Ella lo sabe?—supuse que se refería a Alice y le miré mal.<br />
Negué con la cabeza. Apenas sabía de mi vida y yo de la suya. Pero tenía la necesidad de estar a su lado y más en estos momentos.<br />
—Anda—me empujó con la cadera y me arrebató la sartén de las manos.—Esta vez lo preparo y, pero tienes que aprender.<br />
—Enséñame—le exigí con una sonrisa.<br />
Miró para los lados mientras bañaba con un chorro de aceite la sartén.<br />
—Sabes que te hablo a ti—le dije mientras bajaba la mirada. Volvió a mirar hacia los lados y alzó varias veces los hombros al no encontrar a nadie más que a él. Me reí de sus estupideces y decidí sentarme en la encimera. Por lo que veía tenía una pinta espantosa lo que estaba preparando Josh, pero el olor que desprendía abría el apetito a cualquiera.<br />
—Te enseñaré con una condición.<br />
—Di.—Solté inconscientemente. Estaba mirando como pasaba la gente por la puerta de la cocina. Me saludaban en noruego, aunque fuera la lengua materna de mis padres, cada vez la utilizaba menos. Josh y Andy eran los únicos que hablaban en inglés conmigo. Echaba de menos Noruega, hacía dos años que no pisaba esas tierras nevadas y húmedas que me recordaban a mi infancia.<br />
—Quiero que le digas a Alice que la quieres—sus palabras hicieron que volviera a la tierra y asentí antes de asimilarlas.<br />
—¿Qué?—le miré confuso.—Eso no es verdad, sabes que yo no me enamoro así.—Una imagen pasó por mi cabeza, esa imagen que daría lo que fuera para que nunca se fuera de mis recuerdos. Apenas estaba a un suspiro de mis labios y diversos mechones le tapaban el rostro. Su respiración entre cortada al dormir y la leve sonrisa que expresaba su rostro.<br />
—Lo que yo sé es que nunca te has enamorado.<br />
Josh tenía razón, pero tenía demasiado orgullo para dársela.<br />
—¿Y crees que de Alice sí?<br />
Me planteé mi propia pregunta y la di demasiadas vueltas antes de que Josh me diera su respuesta.<br />
—Sí.—me miró—Lo pienso.<br />
—Estás equivocado—dije aunque dentro de mi sonreí al oírlo.<br />
Soltó la sartén y la dejó caer. Me sobresalté y me aparté por si saltaba algo de aceite.<br />
—Estás cabezón eh—resopló, pude ver en sus ojos que se estaba cabreando. Josh fue un hermano para mi. Aunque nos llevásemos dos años para mi él era lo más parecido que tuve de un familiar. Aunque eso era una larga historia.—Es la segunda vez que me lo niegas, ¿a la tercera me darás la razón?<br />
—Te diré la verdad.<br />
—Entonces ahora me estás mintiendo.<br />
Me tragué mis propias palabras y vi que me había contradicho a mi mismo—soy estúpido—murmuré.<br />
—Si que lo eres—añadió mientras se reía.—Al final el padre de Alice tendrá razón, tengo buen oído.<br />
Sonreí. Me revolví el pelo con ambas manos y me lo dejé más raro de lo normal. Dejé mis manos en la nuca y apreté fuerte los labios.<br />
—¿Tú crees que siente algo por mi?<br />
No me respondió en el mismo segundo, y pude asegurar que tampoco en el mismo minuto. Dejó en suspense mis palabras haciéndome sufrir con ese silencio.<br />
—Si no lo sintiera no estaría aquí.<br />
—Podría estar en cualquier sitio—repliqué a su respuesta.<br />
—Pero está aquí.—Me miró a los ojos y sonrió.—Contigo.<br />
Dejé caer el peso de mi cuerpo en el suelo plantando firme los pies. Me estiré la camiseta que llevaba puesta y me subí los pantalones. Caminé hasta el marco de la puerta.<br />
—¿A dónde vas?—se giró y me enseñó el plato del desayuno.<br />
—Voy a decirla que la quiero.<br />
—¡Eso!—Gritó como si fuera el eco de un público.<br />
—¡Que siento algo por ella!<br />
—¡Eso!—volvió a decir pero con más ánimos y alzando más la voz.<br />
Mi rumbo tenía un sitio, un lugar. Un destino. La tenía a ella. Caminé hasta el fondo del pasillo.<br />
—¿Y la comida?—oí en un grito.<br />
Pero a medida de los pasos que daba se iba convirtiendo en un susurró que acabo desapareciendo en un amplio y solo silencio.<br />
En el trayecto del pasillo me comí y trague todo el miedo que recorría por mi cuerpo. Respiré profundamente para tranquilizarme, pero fue inútil. Cada vez estaba más cerca y notaba como empezaba a temblar. Giré el picaporte y chirrió la puerta mientras la abría apenas unos centímetros. Sus preciosos ojos azules reflejaban una paz interior inmensa la cual necesitaba. El contorno de su rostro y algún que otro mechón suelto se movía a causa de la corriente que había entrado al abrir la puerta.<br />
Tenía dos opciones, dos futuros. Mi corazón y mi razón de ser quería que la dijera que la quería, que su presencia en este mundo era lo mejor que me había pasado, que me hacía ser otra persona diferente, mejor. Que con cada suspiro que daba me regalaba un día de vida. Pero mi cerebro, todas las vías del cerebro me decían que hoy no sería el día, ni el mejor momento.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-56428152589196219172012-04-20T12:39:00.000-07:002012-04-20T12:39:21.484-07:00~Capítulo trece.Miraba cada uno de sus rostros desorientada y un poco aturdida, aún no tenía los pies en la Tierra, y seguramente, faltaría bastante para que los tuviera. El chico de los tatuajes, ese tal Josh siempre iba muy pegado a Andy, aunque la chica.. miraba de una forma distinta a Charlie. Sacudí la cabeza y cogí inconscientemente de la mano a Charlie, tan solo fueron unos segundos y la volví a apartar.<br />
—¡Charlie la vuelves a traer!—exclamó uno de los chicos.<br />
Él le miró con tal mirada que decidió callarse y mirar para otro lado. Sonreí por dentro y seguí caminando a su lado.<br />
—Nosotros nos vamos ya a nuestra habitación—sonrió Josh.<br />
¿Los dos se iban juntos? ¿A una habitación? Retorcí el morro y seguí caminando con Charlie.<br />
—¿Tú crees que tienen algo?—me dijo al oído—no sé, llevan tres semanas muy raros.<br />
Me encogí de hombros y sonreí.<br />
—Les conozco desde hace unas horas—afirmé mientras me reía.<br />
Se llevó una de sus manos al pelo y se lo revolvió.<br />
—Todavía no soy consciente del tiempo—suspiró—parece que te conozco desde siempre—sonrió y yo hice lo mismo al oír esas palabras.<br />
—No si yo..—no me dio tiempo a terminar y le miré—¿que miras?—le dije mientras esbozaba una amplia sonrisa en mi rostro.<br />
—Nada, nada—movió la cabeza y volvió a sonreír.<br />
En estos minutos había compartido más sonrisas que en toda mi vida. Ya estábamos enfrente de la puerta de su habitación y se dispuso a sacar la llave.<br />
—Voy a entrar yo primero, que la tengo un poco..—se dio la vuelta para mirarme—desordenada.<br />
—Da igual, yo también la tengo siempre así.<br />
—Alice, he visto tu habitación, si eso te parece desordenado no sé que será mi habitación.<br />
No pude aguantar las carcajadas y me dejo en la puerta. Miré a ambos lados, estábamos en el fondo del pasillo, apartados de todos los demás. Apoyé la cabeza en una de mis manos y me di un par de golpes.<br />
—Me duele—rechisté.<br />
Un punzante dolor brotaba en uno de los laterales de mi cabeza, que cada vez aumentaba y se extendía más.<br />
Acerqué los nudillos a la puerta y golpeé un par de veces.<br />
—Charlie, ¿por qué tardas tanto?—suspiré—me duelen las piernas.<br />
Abrió la puerta en un abrir y cerrar de ojos y sonrió.<br />
—Bienvenida a este.. pequeño.. ¿palacio?—alzó los hombros y sonrió.<br />
Me mordí el labio y pasé mientras dejaba mis zapatos por el camino. Estaba como la última vez. Bonita y acogedora, tranquila y bastante simple, era tal como su dueño, Charlie. Me di la vuelta y me encontré con su rostro a pocos centímetros del mío.<br />
—Tu reloj—susurró y alzó su mano—te lo olvidaste la última vez.<br />
En esos instantes ni prestaba atención a sus palabras, miraba sus preciosos ojos verdes que de vez en cuando los cerraba. Pero pasó demasiado tiempo y decidí volver a la Tierra.<br />
—Gra, gracias—tartamudeé nerviosa, extendí mi mano y me lo cedió.<br />
Se volvió a dar la vuelta y se agachó para quitarse los zapatos, le eché un vistazo de arriba abajo y sonreí. No pude evitar ponerme colorada y miré rápidamente a otro lado.<br />
—La mochila—susurré al cuello de mi camisa.<br />
Me acerqué a ella y la cogí, corrí la cremallera y me dejó ver lo que había dentro. Abrí los ojos más de lo normal.<br />
—Charlie—me di la vuelta.<br />
Respondió a mis palabras y se acercó a mi lado.<br />
—¿Ocurre algo?<br />
—Bueno, es que..—pensé por unos segundos, a lo mejor no debía hablar—solo hay ropa de verano, y se acerca el invierno<br />
Se llevó las manos a la cabeza y se dio un golpe así mismo en la frente.<br />
—Lo siento, no me he fijado—mostró una triste sonrisa en su rostro.<br />
Alcé los brazos y rodeé su cuello.<br />
—No importa, ya me cogeré ropa tuya—sonreí y me incorporé mientras me acercaba a su armario.<br />
Noté que se había tirado a su cama mientras observaba cada curva de mi cuerpo. Sonreí de tal solo pensar que me estaba mirando.<br />
—Puede que te quede grande—añadió con una carcajada—y a lo mejor no te gusta.<br />
—Bueno, nos apañaremos con lo que hay—abrí una de sus puertas.<br />
Polos, camisetas, sudaderas, infinidades de pantalones y gorros de todo tipo. Me volví y le miré.<br />
—Tienes un montón de ropa—dije, me había quedado perpleja.<br />
—La mayoría son regalos.<br />
—Menudos regalos—extendí la manga de una sudadera y la saqué del armario para verla.<br />
—¿Te gusta esa?—bostezó—esa la compré yo.<br />
Me llevé la prenda a mi cuerpo y le miré sonriendo.<br />
—¿Crees que me quedará bien?—dije mientras intentaba verme de cuerpo entero.<br />
—A ti todo te queda perfecto.<br />
Intenté disimular la sonrisa tonta que brotó al oír esas palabras y me volví a dar la vuelta.<br />
—¿Me la puedo poner?<br />
—Claro—afirmó.<br />
—Mira para otro lado.<br />
Vi que alzó la cabeza y se tapó los ojos con ambas manos.<br />
—Ya no veo nada—dijo mientras se reía.<br />
—¿A no?—alcancé un gorro y se lo lancé.<br />
No veía, pero esquivó perfectamente.<br />
—Tengo muchos reflejos—añadió al ver que lo había esquivado.<br />
—Sí, y también ves detrás de las cosas—reí.<br />
Se quitó las manos de la cara y sonrió.<br />
—Lo siento, soy un chico, tengo curiosidad.<br />
Me puse la sudadera encima de la ropa y vi que me llegaba por encima de las rodillas. Deslicé los pantalones por mis piernas y me quité la camiseta que tenía debajo de la sudadera.<br />
—Lista—extendí mi pelo y alcancé una coleta que tenía en la muñeca para recogérmelo.<br />
—Me—hizo una pausa—tienes que enseñar eso.<br />
Me acerqué a donde él estaba y me senté a su lado. Miró mi vendaje y su cara pasó a ser de preocupación. Yo también estaba preocupada, los puntos aún me dolían y de vez en cuando me tiraban.<br />
—¿Te duele mucho?—dijo mientras se acercaba a mi y me miró la mano.<br />
—No mucho..—mentí, aún me seguía doliendo—y sino seguro que se me pasa.<br />
—¿Segura?<br />
Parecía que sentía lo mismo que yo en estos instantes, parecía que sabía que le estaba mintiendo y que aún me dolía. Me cogió la mano con firmeza, su piel estaba agradablemente cálida. Me estudió con la mirada, una mirada larga y luminosa que reflejaba el resplandor de una noche. Por un instante me perdí en esos ojos que había visto por primera vez en el rostro de un delincuente.<br />
—Segura—asentí a mis palabras y me estiré, bostecé, tenía sueño. Demasiado sueño.—¿Vamos a cenar algo?—Dije para apartar la sensación que tenía en el pecho.<br />
—Yo no tengo hambre, ¿y tú?—siguió agarrándome las manos, cada vez con más delicadeza, jugaba con mis dedos y yo me dejé enredar. Notaba como sus yemas rozaban las mías y él no apartaba la mirada de mis ojos. Aquellos ojos verdes.<br />
—Tampoco, después de todo esto he perdido el apetito.—afirmé.<br />
Sonrió a mi respuesta y dejo mis palabras en el aire.<br />
—Pero si que tengo sueño..—dejé caer mis palabras como un abanico mientras apartaba mis manos de las suyas y me las llevaba a la nuca.—¿Dónde voy a dormir?<br />
—Pues..—miró a ambos lados y incluso se dio la vuelta y observó el baño.—¿Te parece cómoda esta cama?—no sonrió.<br />
Me meneé en ella y boté un par de veces haciéndola crujir por mi propio peso. La observé y vi como una colcha verde la cubría, no era muy llamativa, pero era cómoda.<br />
—Sí, por qué no—apoyé la cabeza en la pared, me seguía doliendo.<br />
—Pues toda tuya—antes de que esas palabras salieran de sus labios, frunció el ceño y se levantó.<br />
—¿Mía?—me sorprendí, pero no por el tema de dormir con él, en esos momentos era lo que más deseaba.<br />
Movió la cabeza y sacó unos cuantos cojines de unos de los armarios. Los tiró a unos pocos metros de su propia cama y alcanzó una manta de lana.<br />
—Esta será mi cama—bajé la mirada y aunque quisiera decir algo, no pude.—No es lo mismo, pero es lo que hay.<br />
Seguramente querría una respuesta, pero no sabía que decir. No podía permitirle que durmiera ahí. Tirado. Pero fue demasiado tarde, en unos pocos minutos apoyé la cabeza en la almohada, hundiendo mi rostro en ella. Cada mechón paso por mi cara, rozando mis labios. La luz de la luna se filtraba por cada hueco que había entre cada pliegue de la cortina. No podía dormirme. Miré hacia el suelo y apoyé uno de los brazos en la almohada. Charlie era un bulto negro en la oscura habitación. Pero sonreí al oír su voz.<br />
—¿Duermes?—la voz de Charlie era poco más que un susurro, pero en las tinieblas de su habitación sonó como un grito inesperado.<br />
Tenía la sensación de que no volvería a dormir, al tener su presencia las veinticuatro horas. Su extraña y maravillosa presencia.<br />
—No.<br />
—¿Y eso?<br />
Me cubrí con la manta hasta el cuello. Estaba tiritando del frío.<br />
—No sé.<br />
—¿Tienes frío?—dijo mientras se tapaba con la manta.<br />
—No.—mentí. Necesitaba calor.<br />
—Yo sí—me encantaría abrazarle, pero estaba demasiado lejos.—Y dudo que tú no tengas.<br />
Sonreí en la oscuridad, y pude ver también como alumbraba su sonrisa en la noche.<br />
—Vale, ¿no tenéis calefacción?—dije contradiciendo lo que dije anteriormente.<br />
—No, por eso odio los inviernos, los pasamos muy mal.<br />
Aunque hubiera ventisca, granizara, lloviera. Hubiera huracanes, terremotos y un amplio etcétera, esa pequeña habitación era el lugar más seguro que tenía en esos momentos. Mejor que mi casa. Mejor que cualquier sitio.<br />
—A mi me gustan.—Esas tardes frías de invierno me encantaban.—Pero esta será la más rara que pasaré..<br />
—La pasarás conmigo—respondió casi sin pensar, justamente cuando terminé.<br />
—Sí..—no lo dije muy convencida, ni siquiera lo llegué a pensar, porque añoraba a mi madre.<br />
Volvimos a estar en silencio, incluso dudé unos segundos de siguiera despierto ya que no daba ninguna señal de vida. Respiré profundamente incluso gemí de rabia. Tenía frío y me sentía algo vacía. Pero no sabía en que sentido.<br />
—¿Duermes ahí cómodo?—su postura era espectacular, ni si quiera diferenciaba donde tenía la cabeza en la oscuridad.<br />
Me miró a los ojos.<br />
—¿Tú que crees?<br />
Me moví para un lado, dejando espacio para una persona más, pero parecía que él no quería. Que no se daba satisfecho conmigo. Puse mala cara y al final vino.<br />
—Gracias—se sentó y me miró—pero creo que no debería molestarte, debes tener tu espacio.<br />
—Es tu casa, tu habitación, tu cama..—todo era suyo, y me lo había dado, así, por las buenas.—Yo aquí sobro.<br />
Una de las yemas de su dedo hicieron el recorrido de mi rostro, marcando cada rasgo que tenía.<br />
—Buenas noches.—Se acercó a mi frente y me besó en ella.<br />
No me dormí en el mismo momento que él. Fingí que lo hacía para poder verle. Era tan perfecto como me imaginaba. Apenas estaba a unos centímetros de mi, incluso nos rozábamos con las piernas o brazos. Pero yo no quería ese tipo de roces. Yo quería más arriba. En los labios.Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-9461201302843284722012-04-14T09:02:00.001-07:002012-04-14T09:02:05.509-07:00~Capítulo doce.Lo último que recordaba era el traqueteo de un coche y el ritmo de una canción. No recordaba muchas cosas, ni siquiera era consciente de lo que estaba pasando a mi alrededor.<br />
Intenté despegar mis párpados y algo de luz filtraron mis ojos. Vi una figura borrosa y muy poco definida.<br />
—Char..—intenté decir, pero cada vez tenía menos fuerzas.<br />
Empecé a oír una conversación bastante fluida y no dudé en prestar atención.<br />
—Charlie, se ha despertado—dijo alguien que se encontraba a mi lado. Forcé la vista y vi el rostro de una chica a la que cual tenía apoyada mi cabeza en su hombro.<br />
—¿Se ha despertado?—exclamó alguien a lo lejos.<br />
Intenté vocalizar y aunque mis labios se movieran mi garganta no producía ningún sonido.<br />
Pude diferenciar su sonrisa, me miraban esos preciosos ojos verdes e intenté devolvérsela.<br />
—¡Charlie! ¿Este es el camino?<br />
Volvió la vista hacia la carretera y dejó de mirarme. Ahora reconocí el camino donde nos encontrábamos, era mi barrio, supuse que iríamos a mi casa.<br />
—Sí—afirmó—la otra vez vine por aquí, ¡mira!—hizo<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: x-small;"> </span><span style="font-family: inherit;">una pausa</span></span><span style="line-height: 18px;">—esa es su casa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Josh, ¿te queda gasolina?</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Suficiente para unos días.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">Moví lentamente los dedos hasta alcanzar la pierna de aquella chica. Pude apreciar que iba de gris y tenía el pelo recogido, pero, aún seguía viendo borroso. Ella cogió mi mano antes de que yo llegara a la suya. Charlie se lo habría contado y por eso me trataría con delicadeza.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">Una parte de mi sonrió pero otra se dio cuenta de que debería haberme quedado en el suelo, </span></span><span style="line-height: 18px;">bañándolo</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;"> de color de rojo.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">Volví a cerrar los ojos, hasta que noté que alguien me cogía en brazos.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te ayudo Josh?—oí en un susurro.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No, es bastante ligera.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No era consciente, pero sonreía.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Ya, le haré comer más.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Ambos esbozaron algunas carcajadas mientras la chica seguía agarrando mi mano.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Alice verdad?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sí, pero la puedes llamar Ali.—reconocí su dulce voz.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—O, cariño.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Ambos pararon y pude apreciar el rostro de Charlie.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No somos nada..—suspiró.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Entonces—hizo una pausa—¿qué hacemos aquí?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Esta mal, y no quiero dejarla así.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Supuse que dijo lo primero que le pasó por la mente, aunque, si me paraba a pensar, yo tampoco sabía que hacía con ese chico.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—De algo forma la quieres, sino, no harías esto.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">La chica me proporcionó más fuerza en la mano al oír esas palabras. Rechisté de dolor, sin querer me había apretado en la muñeca y aún no tenía completamente la herida cerrada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Charlie dejó esa conversación en un silencio. Estiré mis brazos y proporcioné un golpe al chico que me llevaba.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—<span style="font-family: inherit;">Lo..</span>—abrí los ojos—¿pe.. pero quién eres?—me moví bruscamente.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Charlie, la bella durmiente se ha despertado.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Dirigí la vista hacia Charlie, que estaba en la puerta de mi casa. Planté mis pies en el suelo, aunque no tenía demasiadas fuerzas para caminar sola.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te ayudo?—me dijo aquel chico con los brazos tatuados.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Sonreí y llevé la vista hacia mis pies, sola no podría y no me quedaba otra que aceptar su ayuda. Extendí la mano.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Con la mano no voy a poder—sonrió.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Se acercó a mi y me agarro de la cintura.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te hago daño?—dijo mientras intentando esquivar mis heridas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Negué con la cabeza y caminé al ritmo de su compás. No dije nada, ni quién era, ni que querían hacer en mi casa, ninguna palabra salió de mis labios. Hasta que Charlie me sonrió.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Crees que debo llamar?—dijo mientras se daba la vuelta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Tú que crees?—sonreí—seguramente no esté en casa, pero habrá personas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Bueno—se agachó y levantó el felpudo—a la próxima guardar mejor las llaves.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me parecía estúpido tener ahí la llave, pero eso era típico de mi madre, hacía las cosas que salían en las películas. Sonreí y llevé mi mirada a la suya, luego volví a la del chico que me ayudaba caminar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Y tú quién eres?—dije mientras apartaba su mano de mi cintura, con el tiempo notaba que tenía más fuerzas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Soy Josh, soy amigo del pelirrojo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Y ella?—moví la cabeza hacia un lado y la miré.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Ella es Andy.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo..—sonreí—yo Alice, supongo que sabréis quién soy.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—<span style="font-family: inherit;">Sí</span>—dijeron los dos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Charlie nos ha hablado de ti.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Miré hacia la puerta, estaba abierta. Pude diferenciar entre la oscuridad del recibidor a Charlie subiendo por las escaleras. Moví los pies con dificultad y caminé agarrándome a lo primero que divisaban mis ojos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te ayudo?—oí a lo lejos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Negué con la cabeza y seguí caminando. Me sorprendí, el rastro de sangre que había en la cocina no estaba. Eso podía significar una cosa, que mi padre había estado aquí. Mis pies se dirigieron hacia las escaleras.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Charlie?—grité con miedo de que mi padre estuviera.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Vi a alguien asomarse al borde de la barandilla.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Cuál es tu cuarto?—sonrió—he pasado a diez habitaciones y aún no lo he encontrado.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Encogí la nariz y meneé la cabeza.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Espera que subo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Nada más poner un pies en el primer escalón oí a Charlie gritar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡No hagas esfuerzos! ¡Ahora yo soy tu enfermero!</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Sus palabras llegaron a mis oídos y me senté en uno de los escalones. Restregué mi cara con la camiseta que llevaba puesta. Miré mi reflejo en un espejo, la ropa que llevaba...no me sonaba, no era mía, pero me gustaba.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Es mía—dijo la chica que había sujetado mi mano y se sentó al borde de otro escalón—te lo puedes quedar si quieres.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">—Es tu ropa, luego cuando me cambie te la devuelvo</span></span><span style="line-height: 18px;">—intenté alcanzar sus manos—muchas gracias de verdad.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No enserio, es tuya—dijo mientras se echaba atrás el pelo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me volví a mirar en el espejo. No me quedaba mal, no era mi estilo y nunca había llevado algo parecido, pero me gustaba.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Soy Andy, antes Josh no me ha dejado presentarme.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Yo Alice, y bueno.. me resulta incómoda esta situación—dije mientras me mordía el labio inferior.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Conocer gente no era mi hobby, siempre había sido demasiado tímida y nunca había tenido muchos amigos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tranquila, yo también estoy nerviosa—recorrió su rostro con su dedo—pero parece que vas a vivir con nosotros.</span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>Mientras tanto en un piso más arriba..</i></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">Por fin dí con su habitación. Abrí uno de sus armarios y busqué algo de ropa. Una gran cantidad de camisetas pudieron apreciar mis ojos. Revolví mi pelo y lo metí todo en una mochila. Busqué en los cajones, calcetines, </span></span><span style="line-height: 18px;">pantalones</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 18px;">, intenté no mirar su ropa interior y la metí sin apuros y con mucha prisa.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Uf ya—respiré y me reí de esa situación—venga, unas cosas más y ya tendremos que salir.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me senté en su cama y respiré, me parecía rara la situación, me faltarían dedos para contar las veces que me había colado en casas, pero.. de esta nunca.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Observé uno de los marcos que rodeaban su habitación, con su familia, con su supuesto padre y su fallecida madre.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">¿Por qué le habría tocado esto? Ni yo ni nadie lo sabía, pero parecía que se iba a calmar. Me llevé la mochila a la espalda e intenté girar el manillar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Que duro—dije en voz alta mientras volvía a girarlo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Tardé en darme cuenta de que la puerta estaba cerrada desde fuera. Primero fue el pánico, luego, fue pensar en Alice, ninguna de las tres personas que había abajo querrían que yo me quedara encerrado. Pero esto me daba a pensar de que habría más de tres personas en esta casa, en esta grande y escalofriante casa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Joder Alice!—golpeé con el hombro la puerta—¡Josh! ¡Andy!</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Los gritos fueron inútiles, la casa era tan grande que no podrían oírme.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Venga Charlie, estará bien</span><span style="line-height: 18px;">—me froté la cara con mis manos y tiré la mochila al suelo—Josh la cuidará.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Quería convencerme de que Alice estaría bien, y que si su padre rondaba por esta casa él la defendería.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Otra vez no—suspiré</span><span style="line-height: 18px;">—por favor no..</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Tenía otra vez la misma sensación de que no podría a estar a su lado. Otra vez recorría por mi cuerpo culpabilidad. Otra vez.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Debería haberla besado—sonreí al decir esas palabras en alto—debería haberlo hecho.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Recordaba el contorno de sus labios y se me erizó todo el vello del cuerpo. No me iba a rendir, y volví a golpear la puerta. Impulsé todo mi cuerpo contra esa tabla de madera hasta que conseguí forzar la cerradura. Apoyé mis manos en el suelo, mientras notaba que toda la sangre se me iba a la cabeza. Entré y cogí la mochila. Cerré y corrí por los pasillos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Josh!—dije gritando—¡Alice Andy! ¡Salir fuera!</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Bajé por las escaleras corriendo, intentando no caerme. Y allí estaban, hablando.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Por qué estás sofocado?—me dijo Andy con cierto tono gracioso—¿te has perdido y has tenido miedo?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Miré a Alice, me calmaba que estuviera bien y dejé las cosas en el suelo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Me han encerrado en tu habitación—la miré preocupado—y no creo que fuerais vosotros.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Ambas negaron con la cabeza, y buscaron a Josh con la mirada, yo también lo hice, pero no pude encontrarle.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Sabéis donde está?—me agaché y antes de coger la mochila miré a Alice, clavó su mirada en la mía e hizo que me estremeciera. Siempre nos quedábamos en esos instantes, donde ninguno nos besábamos, a lo mejor, ella no quería. Tendría que darme por vencido.—Voy a buscarle.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero..<b>—</b>la interrumpí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Iros al coche, Andy—suspiré aunque no estaba seguro de lo que decía—</span><span style="line-height: 18px;">sé que no sabes muy bien conducir, pero si en 10 minutos no estoy vete</span><span style="line-height: 18px;">—dije mientras la miraba, aunque por el rabillo del ojo observaba a Alice.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Afirmó y cogió a Alice del brazo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Alice, vayámonos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Y ellos?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Son muy fuertes, ya veo que no conoces a Josh—rió y yo también lo hice.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me acerqué a ellas y les di un beso a ambas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Vi como se alejaban hacia la puerta y las perdía de vista poco a poco cuando se introducían en el jardín.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Josh?—susurraba entre pared y pared.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Hablaba solo por esa casa, como un estúpido, ya que nadie me respondía.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Josh estás ahí?—miré entre el poco espacio que había entre el marco y la puerta. Y pude apreciar un par de tatuajes en un brazo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Abrí la puerta y di un portazo a la pared.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No me vuelvas a dar esos sustos—suspiré y observé que hacía.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Se dio la vuelta y me miro indeciso. Señaló algo con el dedo y lo busqué con la mirada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Es su padre, ¿verdad?—me dijo mientras abría la navaja.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Elevé la mano y se la quité.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Nosotros no hemos venido para esto—le dije, aunque yo tendía más ganas que él.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero lo que le hizo.. y está ahí, tan tranquilo, leyendo el periódico, ¿te parece normal?—me dijo mientras intentaba arrebatármela de las manos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Mira—le miré a los ojos, tanto dentro de mi como de él había rabia—ya se lo pagaremos, tranquilo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Hizo un giro brusco y le agarré del brazo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Soy mayor que tú, ¿recuerdas?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Sí, pero yo tengo más cabeza.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Ambos esbozamos una sonrisa y decidimos dar media vuelta. Una hipótesis pasó por mi mente, me había encerrado en su cuarto, ¿y se quedaba ahí? Podría a ver visto a Alice y Andy perfectamente, incluso a Josh, pero prefirió leer el periódico.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Un sonido chirriante hizo que me sorprendiera.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Qué haces Josh?—llevé la vista hacia el suelo y vi como un jarrón sé rompía en mil pedazos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Se ha caído, dios—se agachó y se dio la vuelta—¿crees que lo habrá oído?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Miré otra vez hacia el sofá donde se encontraba y no estaba.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Empecé a mover la cabeza y a buscarle por todos lados, pero no había rastro de él.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Josh vayámonos—dije nervioso.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Tienes miedo de un abuelo?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Que nos vayamos joder!—le cogí del brazo y le llevé hacia la puerta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">El silencio nos rodeaba y ambos caminábamos sin saber donde se había metido ese hombre.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Has oído eso?—me dijo en el oído.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me dí media vuelta y no vi nada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—He dicho oír, no ver imbécil—dijo serio aunque yo me había reído.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Negué con la cabeza y seguí caminando, aún no habíamos llegado a la puerta.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Era como si hubieran recargado..—dejo de hablar, supuso que ya estaba la situación bastante tensa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Di, ¿recargado el qué?—dije subiendo una ceja.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Un arma, ¿seguro que no lo has oído?</span><br />
<span style="line-height: 18px;">El corazón se me paró por unos instantes.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Un, un arma?—tartamudeé, mentiría si decía que nunca había llevado una, pero eso eran viejos tiempos, aunque la hubiera utilizado, aún la seguía teniendo miedo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Exacto, pero sigamos, casi ya estamos en la entrada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Los dos seguimos caminando, hasta que oímos más pasos que los nuestros.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tu amigo tiene buen oído Charlie—dijeron a nuestras espaldas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Estábamos enfrente de la puerta, pero pensar que ese hombre llevaba un arma encima hizo que se me paralizara el cuerpo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Salimos a la de tres—me dijo en un susurro, que apenas pude oír.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿No quieres mirarme muchacho?—volvió a decir.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Conté hasta tres en la mente y cogí el brazo de Josh y corrimos hacia la puerta, el coche no estaba muy lejos, pero ya estábamos oyendo disparos. Miré a Josh, y vi que estaba perfectamente.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Te vas a quedar mirándome?—dijo mientras corría delante mía.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Corrí con todas mis fuerzas y me metí en el coche con Andy y Alice.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Eso son disparos?—dijo Andy mientras intentaba arrancar el coche.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡No, son margaritas que vuelan!—dijo Josh, nunca era borde, apenas era irónico, pero en estas situaciones todos estábamos demasiado tensos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me puse en el asiento de atrás al lado de Alice, ella estaba tan atemorizada como nosotros, pero tenía algo diferente, supo mantener la calma.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡No puedo arrancar!—gritó nerviosa.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">El coche se había calado, y cada disparo se oía más cerca. </span><span style="line-height: 18px;">Josh se puso en el asiento del conductor </span><span style="line-height: 18px;">cediéndole</span><span style="line-height: 18px;"> el de copiloto a Andy.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero mira que eres..—rechistó—ya sabes que este coche es viejo, tienes que apretar aquí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Los tres miramos y vimos como poco a poco el coche empezaba a arrancar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¡Y a qué esperas!—gritó Andy.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">En menos de dos segundos el coche se puso en marcha y salimos de ese barrio. Ellos sonreían, parecía que estos momentos de angustia les gustaban y luego se reían. Yo, mientras miraba a Alice.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Alice, estamos aquí—puse mi mano en su pierna.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">La agarró con extrema delicadeza y apoyó su cabeza en mi hombro. Mi ritmo cardíaco aceleró sin ninguna razón y cada vez respiraba más deprisa, hasta, que comprendí que ese cosquilleo en el estómago, esos latidos descontrolados y todo, tenía una explicación, puede que nunca hubiera dicho esto, pero, Josh tenía razón, de alguna forma la quería.</span>Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-68350746809112522312012-04-09T10:26:00.000-07:002012-04-09T10:26:04.203-07:00~Capítulo once.<span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><i>En los bordillos de una escalera..</i></span><br />
Me colgó el teléfono dejándome con las palabras en la boca, pero así era Charlie, nunca daba explicaciones y apenas se enrollaba hablando, era demasiado directo.<br />
—¿Qué te ha dicho?—miré a mi al rededor y vi que Andy me hablaba.<br />
—Que está en el hospital.<br />
—¿Él?<br />
—Sí él.<br />
Vi en sus ojos angustia aunque su expresión no mostraba lo mismo.<br />
—No será nada entonces—sonrió, la conocía demasiado, estaba preocupada.<br />
No me había dado muchos datos, pero no se le veía muy preocupado sino algo despistado. Como si no estuviera en este mundo.<br />
—Sí, pero sería de ver a alguien.<br />
Andy se acercó a mis labios y me dio un dulce beso. Me separé y miré al otro lado.<br />
—No hacemos mal Josh—me rodeó con sus brazos—lo de Charlie fue pasado.<br />
Me di la vuelta y me senté en el bordillo.<br />
—¿Y si a él le sigues gustando?<br />
—Nunca le gusté, además fui yo la que me enamoré de él.<br />
—Y él de ti.<br />
—Mentira—me dijo cabizbaja—fue un error, solo fuimos amigos.<br />
—Y algo más, que no me queréis decir.<br />
Resopló y yo hice lo mismo. Miré sus preciosos ojos negros y como se apartaba el flequillo de un suave movimiento de cabeza.<br />
—Pero..<br />
—Venga, no hay peros, te quiero a ti.<br />
—Mentira—dije sonriendo.<br />
—¿No me crees?—abrió la boca—pues entonces..<br />
—A ver que vas hacer ahora..—observé lo preciosa que era—de ti me espero cualquier cosa.<br />
—Hacer bien—sonrió y acabé haciendo lo mismo.<br />
Volvió acercar su rostro al mío y me volvió a regalar un dulce beso.<br />
-Yo también te quiero.<br />
<i><span style="font-family: Times, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">Mientras tanto en una habitación de un hospital..</span></i><br />
Me miraba casi tirado en la puerta, yo no podía controlarlo, necesitaba llorar y esa enfermera.. fue mi pañuelo. Al hacerme las pruebas vieron que abusaron de mi, aunque yo no lo hubiera confesado. ''No pasa nada pequeña'' me dijo más de una vez. Pero sí pasaba.<br />
—Pasa si quieres—le dije mientras me colocaba la almohada detrás de la cabeza.<br />
Entro apenas tambaleándose, no sabía que tenía ese chico que le hacía tan especial. Se acomodó en el borde de la cama y decidió no mirarme a los ojos.<br />
—Gracias por venir—le dije con una triste sonrisa.—Aunque no hubiera echo falta.<br />
Hizo un recorrido con la mirada desde mis pies hasta mis ojos.<br />
—¿No lo recuerdas verdad?<br />
Fruncí el ceño y ladeé la cabeza hacia un lado.<br />
—¿Recordar? ¿El qué?—dije confusa, lo último que recordaba era como mis piernas se desplomaban en el suelo.<br />
—Yo fui quién llamé.<br />
Me quité alguna lágrima que aún seguía en el recorrido de mis mejillas e intenté hacer memoria. Dos minutos me hicieron falta para darme cuenta de que era inútil, estaba demasiado cansada y se me hacía imposible recordar lo que había pasado unas horas antes.<br />
Posó su mano en mi pierna. Gemí de dolor y él la apartó.<br />
—Lo siento—dijo mientras se quitaba el pelo de la cara.—Odio los hospitales, pero tenía que verte.<br />
Esbocé una sonrisa sincera, él me respondió de la misma manera y esbozó una carcajada.<br />
—Me curaré pronto, supongo que me darán ya el alta—bostecé y elevé los brazos estirándome.<br />
—¿El alta? ¿ya?<br />
—Sí..—tragué saliva—dicen que andan mal de camas y que si no me importaba me podría ir cuando quisiera.<br />
—Pero no quieres irte, ¿verdad?—se acercó aún más a mi intentando no rozarme.<br />
—A mi tampoco me gustan los hospitales Charlie..—cogí un cacho de tela y empecé a juguetear con ella entre mis dedos.<br />
—Pero si es por necesidad, tienes que estar aquí.<br />
—Por eso, yo no lo necesito, en mi casa tengo a mucha gente.<br />
Vi que negaba con la cabeza al oír mis palabras.<br />
—Tú no te vas a tu casa, te vienes conmigo—levantó una ceja y dejó ver sus preciosos dientes.<br />
—¿Para que pase lo de la otra vez?—dije sonriendo.<br />
No me lo creía, después de lo ocurrido tenía ganas de sonreír, vivir. Y pensar que quería acabar con mi vida, de la forma más horrible posible.<br />
—Controlaré a mis amigos—acompañó con una carcajada.<br />
—No me refiero a tus amigos—dije mientras me espabilaba.<br />
Me refería a ese beso, por muchas horas que pasasen aún lo necesitaba.<br />
—Estoy perdido—dijo mientras se mordía la comisura del labio inferior.<br />
Intenté apartar el tema, pero el siguió insistiendo, con cada palabra se acercaba más y más.<br />
—No me cambies de tema—dijo con cierto tono de enfadado.<br />
Pero pronto volvió a sonreír. Yo no podía evitarlo, algo dentro de mi quería cogerle y abrazarle, pero apenas tenía fuerzas y dudaba que él tuviera ganas.<br />
—Ya te lo contaré—sonreí—si me vas a cuidar cuando esté enferma tendremos tiempo ¿no?<br />
—Sí—me devolvió la sonrisa—lo tendremos.<br />
Relajamos la tensión que teníamos y ambos nos acomodamos en la camilla, sentados, uno delante de otro.<br />
—Entonces, ¿voy a vivir en tu casa?<br />
—Exacto—dijo afirmando.<br />
—Espero salir pronto entonces—soplé hacia arriba intentando quitarme un mechón de la cara.<br />
Acercó su mano y me lo llevó detrás de la oreja. Volvimos a estar tan cerca como la última vez, pero no era por el mismo motivo, o eso parecía. Compartimos el mismo aire unos minutos más, ninguno de los dos decidimos separarnos. Ese verde intenso, notaba su aliento e incluso podía apreciar sus pestañas en mis pómulos. La última vez fue el chasquido de la puerta, en estos momentos fue la música de su móvil la que empezó a sonar.<br />
—Perdona—lo sacó de su bolsillo y puso mala cara al ver quién era—tengo que responder.<br />
Leí sus labios y vi que decía el nombre de Josh.<br />
—No..—me restregué la frente—no pasa nada.<br />
Salió dando un portazo, y oí un par de gritos.<br />
Tenía la sensación de que el destino nos daba muchas posibilidades pero ninguno de los dos las aprovechábamos. A lo mejor era lo que tenía que ocurrir. Resoplé.<br />
—Joder, estaba tan cerca—me dije a mi misma en voz alta—tan cerca como la otra vez..<br />
Dejé que mis párpados cayeran con el cansancio que tenía en el cuerpo y por fin sentí que por una noche dormiría sin miedo.Unknownnoreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-50157711287867445222012-04-08T13:46:00.000-07:002012-04-08T13:46:35.617-07:00~Capítulo diez.Aunque no fuera mi sangre sentía la sensación de que se había derramado por mi culpa. No besarle fue el colmo que hizo que se intentara suicidar o eso pensé. Lo peor fue verla tirada en el suelo. Recuerdo esa situación como si hubiera sido hace unos minutos. Ese charco de sangre que la rodeaba.<br />
Alguien golpeó la puerta y entro. Una bata blanca se asomó y sonrió al verme.<br />
—¿Eres el chico que ha llamado?—Me dijo mientras se llevaba a la espalda la información médica de Alice.<br />
—Sí, soy Charlie.<br />
—¿Hermano?<br />
Negué con la cabeza y me entristecí, debería haber estado a su lado.<br />
—¿Novio?—Me volvió a preguntar al ver que no había acertado.<br />
—No, no lo soy..—Me sonrojé y eché la vista hacia la camilla.<br />
Estaba demasiado delgada, y presentaba diversos moratones y arañazos, pero lo que hacía estremecerme eran sus muñecas.<br />
—Bueno, como me han dicho tú has sido él que ha estado ahí.<br />
Asentí y me levanté para estar más cerca del médico.<br />
—Le has salvado la vida, si no hubiera venido antes abría perdido demasiada sangre y..—decidió no continuar al ver mi expresión de solo oír eso.—os dejo solos, a lo mejor se despierta, y puede que se alegre al verte.<br />
Le esbocé una sonrisa y me acerqué a ella. Miré cada uno de sus moratones y heridas, solo podía habérselas producido su padre, pero no sabía ni cómo, ni por qué. Llevé la vista a la ventana y vi que estaba nublado, el invierno se acercaba. Odiaba esa época, en la casa de acogida apenas había calefacción y los inviernos eran muy duros, él único calor humano que quería era el de Alice, pero no la veía muy dispuesta en estos momentos.<br />
Sentí como alguien rozaba la yema de mis dedos. Rápidamente bajé la vista. Se había despertado.<br />
—Char..—la interrumpí.<br />
—Calla, tienes que descansar.—La arropé con la manta y me quedé mirándola.<br />
Me quise dar la vuelta, pero su débil mano agarraba la mía.<br />
—Gracias por estar aquí—Dijo con mucha dificultad.<br />
—No dudes, que después de que estés bien, te vas a llevar la tuya—Todavía no me creía lo que había hecho, todavía no me creía la situación en la que me había encontrado. Al principio me costó reaccionar, pero llamé a tiempo.<br />
—¿Mi padre sabe algo?—Dijo mientras intentaba ponerse de lado, pero al ver que no podía se rindió.<br />
—Le han estado llamando, pero no da señales de vida.<br />
Rechistó y sonrió.<br />
—Es un cabrón, nunca se ha preocupado por mi, y tampoco creo que lo haga ahora.<br />
Los dos miramos a la puerta, alguien estaba entrando. Me imaginé que sería su padre y la rabia se apoderó de mi.<br />
—Soy yo, tengo que hablar un momento con Alice..—entró y dejo medio abierta la puerta.<br />
Me echó una mirada con intenciones de que me fuera.<br />
—¿No se puede quedar?—Dijo mientras me soltaba la mano y suplicaba a la enfermera.<br />
—Es mejor que se vaya, luego si quiere que entre.—dijo convencida.<br />
Obedecí y salir sin apenas hacer ruido, la enfermera se sentó al lado de Alice y empezaron a hablar.<br />
Si me paraba a pensar apenas había estado con ella. Dos o tres momentos como mucho. Pero ella me hizo experimentar lo que ninguna persona había logrado en mi. Sus ojos azules y su pelo castaño. Su personalidad su dulce sonrisa. Una persona pasó enfrente mía y se me quedó mirándome apoyada en la otra pared del pasillo.<br />
Levanté la cabeza y me coloqué el pelo. Era una chica rubia.<br />
—¿Qué estás mirando?—Me dijo indignada.<br />
Mostró su superioridad tan solo con esas tres palabras.<br />
—Me estabas mirando tú.—me reí— te lo tendría que preguntar a ti.<br />
—Soy Renee.<br />
—Yo Charlie.—aunque se hubiera presentado me parecía bastante egocéntrica.<br />
Ninguno de los dos dijimos nada, nos quedamos en silencio, hasta que de sus labios salieron unas palabras.<br />
—¿Charlie? ¿Charlie Blair?—Dijo mientras se aproximaba a mi lado.<br />
Mi rostro expresó sorpresa, ¿como sabía mi nombre?<br />
—S..sí. Soy yo.—dije curioso—¿cómo lo sabes?<br />
—Bueno, sé los nombres de los chicos guapos..—dijo mordiéndose el labio inferior.<br />
Se acercó a mi brazo pero yo di unos pasos hacia delante. Intentó disimular y se llevó el pelo atrás en un recogido.<br />
—Eres amiga de Alice.<br />
—En efecto.<br />
Asentí a su respuesta y asimilé lo que pretendía esa chica, ¿me había echado un piropo? ¿Así por las buenas? ¿Estando su amiga en el hospital?<br />
—¿No vas a verla?—dije intentando disuadir el silencio.<br />
—No creo que quiera verme—dijo mientras rebuscaba en su bolso.<br />
—Pero es tu amiga, no creo que rechace visitas.<br />
Elevó la mirada y dejó de buscar.<br />
—Pero mira que eres pesado—soltó.<br />
Abrí los ojos y fruncí el ceño. Vi que sacaba una cajetilla de tabaco de su bolso. Busqué rápidamente alguna señal en donde decía no se podía fumar, aunque, en un hospital era evidente.<br />
Señalé con el dedo el cartel ya que se había encendido un cigarrillo.<br />
Se dio la vuelta y levantó los hombros.<br />
—Nos van a regañar—dije mientras intentaba quitar el humo con las manos.<br />
—¿Y a mi qué?<br />
Era impertinente, borde, me ponía de los nervios, y sobretodo, era inmadura. Saber la situación de Alice y comportase así.<br />
Puse el oído en la puerta, y pude percibir aún voces en la otra habitación, aún no habían terminado.<br />
—Te van a regañan—me soltó con cierto tono burlón.—me caes bien.<br />
Soltó el humo y sonrió.<br />
—Pues tú a mi no.—No me ande con rodeos.<br />
Esbozó una carcajada y tiró el tabaco al suelo, mientras lo aplastaba con sus zapatillas.<br />
—Listo, ya no fumo.<br />
—Bien—respondí un poco distraído, seguía pendiente de la puerta—ahora voy a entrar.<br />
—Entraré contigo..—me susurró en el oído.<br />
Me di la vuelta y vi que estábamos muy cerca. Me choqué contra la pared al ver que estaba tan pegada a mi.<br />
Mi bolsillo empezó a temblar. Ella lo notó y se alejó dejándome espacio para respirar. Lo saqué sin apenas mirar quién era, me daba igual, tenía que salir de esa tensión que había creado Renee.<br />
—Charlie, ¿dónde estás?—me dijo alguien al otro lado del teléfono.<br />
—¿Quién eres?—Dije mientras me rascaba la cabeza, no me sonaba su voz.<br />
—Soy Josh.<br />
Cuando me quise dar cuenta la chica había desaparecido, miré a ambos lados del pasillo, parecía que se había esfumado junto al humo de su cigarrillo.<br />
—¿Estás ahí?—Oí en un eco del teléfono, me lo pegué de nuevo a la oreja.<br />
—Estoy en el hospital.—dije mientras me frotaba el brazo.<br />
Sentí como algo rozaba mi espalda, era el borde de la puerta, ya habían acabado de hablar.<br />
—¡Espera!—dije a la enfermera, pero ella siguió caminando.<br />
Dejó la puerta abierta, y pude observar a Alice y su rostro encharcado por sus propias lágrimas.Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-47909101558357818802012-04-08T09:25:00.001-07:002012-04-28T10:48:44.517-07:00~Capítulo nueve.Yacía desnuda en el rincón más oscuro de aquella habitación. Defenderse fue inútil, y apenas pude gritar. Con lágrimas en los ojos estuve cada segundo, rogando, que fuese una pesadilla. La yema de mis dedos recorría cada centímetro de mis heridas, cada señal que dejó en mi cuerpo. Después de haber abusado de mi, se fue, sin decir ninguna palabra, sin mostrar ningún síntoma de culpa o arrepentimiento. Dudaba que tuviera conciencia, que algo dentro de él le dijera que había hecho mal, que tenía que arrepentirse, dudaba que algo dentro de ese ser hubiera un corazón. Toqué parte de mi muslo, los moratones no era lo más importante que mostraba mi piel, sino arañazos. Froté mis ojos y solté un alarido de dolor. Llevé mi mano a la espalda y palpé la herida que me hice con la ventana.<br />
<span style="font-family: inherit;">—Charlie..</span>—<span style="line-height: 18px;"> susurré.</span><br />
<span style="line-height: 18px;"><span style="font-family: inherit;">Recordaba cada centímetro de su rostro como si fuera un sueño.</span></span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tengo que levantarme.. — Me erguí aunque dentro de mi sentía que tenía los huesos fracturados, como si fueran cenizas. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Después de varios intentos fallidos pude levantarme con ayuda del sillón. Miré a mis alrededores y observé que todas las persianas estaban bajadas, y no había ninguna luz. Forcé la vista y pude diferenciar un par de muebles.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Tengo que acabar con esto.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Giré el picaporte con miedo en el cuerpo. Tenía la sensación que alguien seguía en la habitación. El silencio siempre me había acompañado en mis días de pena y era el único que nunca me había abandonado.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">La puerta crujía al abrirse y parte de mi empezó a estremecerse. Observé la cerradura, estaba destrozada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Flashes de esa noche vinieron a mi cabeza. Abusar no fue la palabra exacto del acto. Recordaba cada grito y su cara de placer, recordaba cada movimiento. Me extrañó que no formase un charco de lágrimas, porque en ningún segundo paré de llorar.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Elevé la cabeza y la sacudí dos o tres veces.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">La plata de mis pies rozaba todas las alfombras que se extendían por el pasillo. No llevaba nada, ninguna prenda tenía mi cuerpo. Pasé la mano por la barandilla mientras bajaba por las escaleras, con el destino de ir al recibidor. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Supongo que estaré sola.—Respiré hondo y me fui hacia la cocina. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">En el trayecto pude observar fotos, cuadros, nunca imaginé que mi vida pudiera acabar así. Nunca imaginé que mi madre se iría antes de lo previsto, y que mi padre desahogara su ira y sus deseos en mi, nunca me hice una idea de lo que podía llamarse dolor, hasta que lo experimenté.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Entré en la cocina, y no había nadie, supongo que la casa estaría vacía. Mejor. Abrí la nevera.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Para qué la abro?—Achiqué los ojos y la volví a cerrar. </span><span style="line-height: 18px;">No tenía apetito.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me acerqué a una de las encimeras. Una cosa me llamó la atención. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No Alice, no.. no has llegado hasta esto—Me dispuse a caminar, hasta llegar a esa cosa brillante y puntiaguda. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Con un corte rápido acabaría con el dolor, sufrimiento y con todo lo que me pudiera deparar la vida. Jugueteé con ello varios minutos, en cuales pensaba como sería la forma menos dolorosa de morir. Me dijeron mediante el gas, ahogarse, arder. Pero la forma más rápida sería un corte en las venas. No volvería a vivir, no volvería a ver a mi padre, su rostro, su escalofriante y aterrador rostro. Me llevé las manos a la cabeza y asimilé lo que estaba pensando, lo que me planteaba. Mi propia reacción me extrañó, sonreí.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Puedo ser más fuerte—Dije y pensé.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Me alejé con pisadas firmes, aunque dentro de mi hubiera un mar de dudas, enlaces sueltos, cosas sin resolver. Fuerte, fuerte, fuerte.. no era fuerte, aunque lo pensase.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Volví sobre mis pasos y volví a coger el cuchillo. Era largo y afilado. Lo deslicé por unos de mis dedos, haciendo que pequeñas gotas de sangre recorrieran mis manos. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Rechisté y balanceé el dedo varias veces hasta que me lo llevé a la comisura de los labios.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No ha sido tan doloroso—Volví a cogerlo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Era ingenua, no pensé que las heridas que mostraban mi cuerpo también me acabarían matando.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Dibujos hacía en la encimera, como si mi dedo fuera un pincel. Tenía mucha habilidad para el dibujo y nunca había explotado mi potencial.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Giré la cabeza, tenía la misma sensación de antes, alguien había por ahí. Oía sus suspiros.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—¿Hay alguien?—Dije elevando un poco la voz, no tenía fuerzas.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No oí ninguna respuesta y supuse que sería fruto de mi imaginación. Sin darme cuenta observé el dibujo que había plasmado en los azulejos.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Charlie.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Apoyé la cabeza en mis manos, me estaba obsesionando.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No pasó nada, tengo que asimilarlo.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Pero, lo que había pasado ayer.. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—No..—me restregué la nariz—no pasó nada.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">La gente decía que era de locos hablar sola, pero yo decía que era decir tus pensamientos en alto, siempre reconocí que no tenía voz interior.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Al ver que la herida del dedo se estaba cerrando volví a coger el cuchillo. Un corte profundo y listo, adiós vida. Con más ganas que antes, pasé el filo por mi muñeca, no llegué a producirme un corte alarmante, aún no estaba convencida de ello.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Mamá no hubiera querido esto..—No hubiera querido esto, no hubiera permitido que me hiciera eso mi padre, ni que acabara con mi vida de esta forma. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">—Pero mamá no está—Empuñé el cuchillo con todos los dedos y me hice un corte en la muñeca del brazo contrario con la que sujetaba el cubierto, luego me dispuse hacer lo mismo con la otra.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">No llegué a pensar en lo que suponía este acto, tampoco llegué a pensar si acabaría con esto tan fácilmente. Sentía como la sangre discurría por mis manos. Caí apoyando las rodillas en el suelo, gritando alaridos de dolor. </span><br />
<span style="line-height: 18px;">Por mi cabeza pasaron más flashes de mi vida, buenos, malos, se decía que siempre que estás apunto de morir ves tu vida, como si fuera una película. La mía trascurría a cara lenta, pude observar momentos cuando era pequeña, como mi madre me quería y abrazaba. Luego fueron primeras amistades, que la mayoría no habían tenido éxito. Hasta en estos momentos, que me veía en la cocina de mi casa rodeada por un charco de sangre.</span><br />
<span style="line-height: 18px;">Infinidades de preguntas pasaron por mi cabeza, ¿tan mal estaba para hacer esto? ¿este sería el final de una historia? ¿qué pensaría la gente? Demasiadas preguntas, poco tiempo disponía para responderlas.</span>Unknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-11834885891385501512012-04-03T05:19:00.001-07:002012-04-08T07:06:12.340-07:00~Capítulo ocho.Aún nuestros labios no se habían unido, y seguíamos ahí, uno delante de otro, compartiendo el mismo aire, a centímetros para que una parte de nosotros se convirtiera en uno. Cada vez más nerviosa y a la vez feliz. Pasaba mi mano por su pelo, él con los ojos cerrados, esperando a que yo diera ese paso. Cuando por fin me armé de valor agarré fuerte las sábanas y me incliné.. faltó muy poco, demasiado, pero el chasquido del cerrojo fue el colmo. Ambos nos miramos, y él se dio la vuelta, observando como su amigo poco a poco se iba quitando la ropa.<br />
—Vete—Me dijo en un susurro.<br />
Apenas pude reaccionar ya que seguía en estado de sock. Seguía parada, delante suya, observando como su amigo en segundos apenas tenía prendas puestas. Dos, tres segundos más hasta que se movió bruscamente.<br />
—Alice, debes irte, ya solucionaré yo esto.<br />
Le miré parpadeando y vi que por la puerta no podría, di un vistazo rápido por la habitación, y por mucho que buscase solo divisé una pequeña ventana.<br />
—¡Corre joder corre!<br />
Vi como él chico se acercaba bruscamente a nosotros, salí sin coger mis cosas, abrí la ventana como pude y vi que no había mucha altura. Volví la vista hacia atrás viendo como sostenía Charlie a aquel chaval. Salté intentando no hacerme daño, pero parte de mi ropa se rasgó con la ventana. Mucha gente me vio saltar, y empezaron a cuchichear, yo avergonzada, caminé aunque no tuviera ningún destino. Miraba por todos lados, tenía la sensación de que alguien me seguía.<br />
—Eh chavala, ¿te hace en ese rincón?<br />
Ignoré un par de comentarios, y seguí mirando al frente. No sabía el estado en el que estaba, si por ese chico o lo que podía haber pasado con Charlie. Parecía que ambos queríamos, pero ninguno dio el paso. ¿Y si él no quería? Volvía a cometer el error de siempre, hacerme ilusiones. Di varias patadas a las piedras del camino, hasta que sin darme cuenta ya estaba en mi barrio. La gente me miraba con desprecio. Él agujero de la camiseta era más grande de lo que pensaba, y algo de sangre se asomaba, pero estaba bastante absorbida para pensar en eso ahora. Di varios golpes con los nudillos en la puerta, algo dentro de mi ardía de rabia, uno, dos tres golpes, hasta que llegué hacerme sangre en ellos.<br />
—Llegas tarde.<br />
Su expresión no fue agradable, pero no me resultaba nuevo. Pasé sin decir nada y caminé un poco despistada. Un fuerte tirón del brazo me hizo volver atrás.<br />
—He dicho que llegas tarde.<br />
Respiré y cerré los ojos.<br />
—Lo siento, no he visto la hora.—Dije pidiendo disculpas.<br />
—Normal, no llevas reloj.<br />
Me miré la muñeca, ahora lo recordaba, me lo había dejado allí. Achiqué los ojos y respiré.<br />
—Lo siento también.<br />
—No, Alice, no quiero disculpas.<br />
—¿Y que quieres?<br />
Me soltó el brazo, me había dejado la marca de sus dedos, aunque no sería la única señal que había dejado en mi cuerpo.<br />
—Quiero que me cuentes la verdad, ¿que has hecho? ¿dónde has estado?<br />
Me miró de arriba abajo y su expresión cambio, vi que se mordió el labio inferior mientras esbozaba una sonrisa.<br />
—He.. he.—Empecé a tartamudear, apenas podía respirar del miedo que recorría por mi cuerpo.—He estado con Charlie.<br />
Dos segundos, hasta que me mostró una sonrisa más amplia.<br />
—¿Con ese chico de calle?<br />
Se acercaba cada vez más a mi, mientras se iba quitando la chaqueta del traje que llevaba.<br />
<span style="line-height: 18px;">—</span>Sí.. con él.—Con cada palabra me empezaban a fallar las piernas.<br />
—Y qué.<br />
Ladeé la cabeza hacia un lado, no entendí bien lo que dijo.<br />
—¿Te gusta?<br />
—¿Gustarme?—Solté con una risa fingida.—Por favor papá, sabes que voy a estar con William..<br />
No, no, no, no. Decía y negaba en mi cabeza una y otra vez, no entendía que pasaba. Se quitaba la corbata, mientras poco a poco desabrochaba uno por uno los botones de su camisa.<br />
—Ya.. William, y dime, ¿que vienes de hacer?<br />
Sinceramente no había hecho nada, y me llegué a plantear que nunca lo haría.<br />
—Hablar.<br />
—¿Solo?<br />
-—Solo.—confirmé.<br />
Vi como poco a poco se quitaba el cinturón. Estábamos en el vestíbulo, y parecía que no había nadie más en casa, ni un alma recorría los rincones de este infierno.<br />
—Pues a lo mejor yo quiero que ocurra algo más.<br />
—¿Al..al..algo más? ¿Con Charlie?<br />
Dentro de mi sabía que no debía hacer esa pregunta, pero no pude evitarlo. Cada vez se acercó más a mi, y pude notar su aliento en mi nuca. Me temblaban las manos, y sudaba sin poder controlarlo.<br />
—No.. quiero que lo hagas conmigo.<br />
—Hubiera preferido un disparo en la frente.-Dije en un susurro.<br />
Pensé que no lo había oído, pero no estuve muy segura cuando de sus labios volvieron a salir palabras.<br />
—Pues puedes ir buscando una pistola.<br />
Me cogió de la cadera, agarrando parte de mi cuerpo, por muy pocas opciones que tuviera una fue defenderme, que se fue inutil. Al principio no estaba muy segura de sus intenciones, pero me quedaron bastante claras cuando un susurro vino a mis oídos.<br />
—Ya que no está tú madre, alguien me tendrá que dar lo que quiero.<br />
Vi como me acariciaba, a mi producía escalofríos y más que alguna arcada. Dos, tres segundos hasta que vi que me intentaba quitar el pantalón, giré la cabeza y vi que podía coger las escaleras, y encerrarme en algún lado. Apreté fuerte las manos y me libere de sus brazos mientras corría con pocas fuerzas. Notaba que parte de mi fallaba, portazos daba por la casa, metiéndome en habitaciones que nunca había pisado. Oía sus pisadas, ligeras pero precisas. Me encerré en una habitación, miré a los alrededores, había estanterías, sofás y alguna que otra televisión, no me sonaba. Resoplé, todavía no conocía ni mi propia casa. Eché el pestillo en la puerta y me quedé sentada enfrente de ella.<br />
—Alice, sé que estás por ahí.— Se oía de fondo sus susurros, pasé mis manos por mi cara con la esperanza que no entrara aquí.<br />
—Alice, te estoy llamando.<br />
Mis pulmones se llenaban de aire más rápido que nunca, por mi cuerpo recorría angustia y miedo.<br />
—Sabes que te voy a encontrar, cariño.<br />
Empecé a temblar, veía su sombra por la rendija de la puerta, y apreciar sus pisadas, cada vez estaba más cerca. Se paró enfrente de la puerta, y intentó hacer girar el picaporte. La cerradura se lo impidió, pero solo fueron unos minutos, ya que vi como la forzaba y chasqueaba, dejándome tirada en el suelo con mi padre mirándome.Unknownnoreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-25612668363376450212012-03-31T04:27:00.001-07:002012-04-08T07:02:56.156-07:00~Capítulo siete.No valía la pena pensar, ni plantearse la opción de huir, no había opciones, tampoco soluciones. No había nada. Cada vez tenía menos ganas de vivir, de seguir con los pies en la Tierra. Pasaba con cuidado cada página, intentado fijarme en todos los detalles de las fotos de familia. Parecíamos felices, lo éramos. Que tiempos aquellos que no dejaba de sonreír, que vivía día a día como si fuera el último y sin querer que se acabaran. Y ahora, lo único que quiero es que llegue la noche, para que la oscuridad inunde cada rincón, para poder lamentarme por mis errores, por mis enfados tontos, por todo.<br />
—Alice, ¿que miras?—Dijo una voz al fondo de la habitación.<br />
Miré y vi a la cocinera, era ella lo más parecido a una persona en esta casa.<br />
—Fotos, pero, ya me voy.<br />
Me levanté y dejé el álbum guardado en lo más alto de una estantería. Me estiré la camiseta que llevaba y me calcé unas zapatillas.<br />
—Lo siento, no quería molestarte.<br />
Oí de fondo al irme, la mujer solo querría hablar conmigo, se imaginaría porque estaba pasando y solo querría ayudarme, pero yo no quería ayuda, quería pasarlo sola. Salí dando portazos al cerrar las puertas, quería que mi padre supiera que me iba pero sin decírselo. Caminé por el barrio antiguo sin darme cuenta, hasta que vi a un chaval familiar.<br />
—Hola.<br />
Me dijo él sonriendo, moreno y de ojos azules.<br />
—¿Eres amigo de Charlie verdad?<br />
Frunció el ceño y alzó los hombros. No sabía inglés, había oído palabras noruegas, pero apenas sabía formar una frase, así que lo intenté por gestos. Empecé a describir a Charlie como podía, pero a medida que lo hacía me ponía más colorada, toda mi sangre iba a mis mejillas y mi corazón se aceleraba. Él chico a mi respuestas se rió y me cogió de la mano y empezó a guiarme.<br />
—¿A dónde vamos?<br />
—¿Charlie?—Me dijo él con un poco de dificultad.—Vamos con Charlie, ¿no?<br />
Intentaba hablarle, pero no sabía nada. Entramos por un callejón, bastante descuidado y con alguna caja tirada, pero yo iba igual de firme. Dio unos golpes en una puerta, hasta que un hombre gritó al otro lado y él respondió.. y yo sin saber que decían, todo lo hablaban en noruego. Un hombre de casi dos metros y calvo abrió la puerta y me sonrió.<br />
—¿Vienes a por Charlie verdad?<br />
Su perfecto inglés me sorprendió. Hablaba mejor que mi madre, que aveces decía palabras francesas.<br />
—Sí, sí.—Dije mientras asentía.<br />
Alzó su mano y me ofreció pasar. Por los pasillos veía a muchos chicos tirados y hablando a gritos mientras bebían y se reían. Parecían felices, me hubiera gustado experimentar esa sensación.<br />
—Es esta la última puerta, yo te dejo aquí que muchos se están descontrolando y me dejan las habitaciones como pocilgas, ¿vale pequeña?<br />
Su físico y su aspecto aterraba, pero su forma de ser era distinta. Caminé con cuidado, sin pisar manos o cualquier cosa que había por él suelo. Muchos chicos me gritaron, ofreciéndome bebida o señalándome una cama, preferí ignorarles y seguir caminando.<br />
—¿Se puede?—Dije mientras golpeaba con mis nudillos la puerta.<br />
-Prefería que no me molestasen, no quiero tener mañana resaca.<br />
Me mordí el labio inferior y pasé aunque él no quisiese.<br />
—Charlie.—Dije al cuello de mi camisa.<br />
Se dio la vuelta y se sorprendió.<br />
—¿Alice? ¿Qué haces aquí?<br />
—Pues, me apetecía verte, y como no sabía donde vivías.. pues, me he encontrado a un amigo tuyo y me ha traído aquí.<br />
—Esto es muy peligroso, debes de irte.-Se levantó y dejó lo que tenía en las manos en un rincón mientras me volvía a acompañar hacia la puerta. La cerré con el pie y me apoyé en ella.<br />
—No me voy a ir.<br />
Sonrió y resopló hacia arriba haciendo que se moviera el pelo.<br />
—Es muy peligroso que estés aquí, ¿te han dicho algo los chicos?<br />
—¿Peligroso? Pero si tú estás aquí.<br />
—Ya, pero yo siempre he vivido aquí, me conocen, a ti no, y los chicos cuando una chica pasa por estos lugares solo significa una cosa.<br />
Pensé unos instantes, bueno, rectifico, hice que pensaba en unos instantes, su preciosa sonrisa y sus ojos verdes hacían que no estuviera en este mundo, hacía que por unos instantes no tuviera otra cosa que hacer que observarlos.<br />
—¿Alice?—Dijo mientras ponía la mano en la puerta, y acercaba su rostro al mío.-¿Estás ahí?<br />
Le miré y me acerqué a él también, casi respirábamos el mismo aire, se podía decir que era lo más cerca que había estado de la felicidad.<br />
—¿Creen que soy una prostituta entonces?—Dije para romper el hielo.<br />
—Más o menos..<br />
Rechisté y asentí como una tonta.<br />
—¡Oh sí Charlie, dame más!—Dije mientras daba golpes a la puerta.<br />
Por un momento todo el ruido de fuera se esfumó dejándome a mi y a mis gritos sola. Pero rápidamente él puso su mano en mis labios.<br />
—Calla, que no quiero que piensen eso de mi.—Miró rápidamente a los lados mientras esbozaba varias sonrisas.<br />
—¿Entonces que quieres que piensen?—Dije mientras liberaba poco a poco su mano de mi boca.<br />
—No sé, pero, soy él único que no trae prostitutas, no quiero que se me vaya la reputación.<br />
—Mm, entonces tienes reputación.—Caminé viendo que tenía por su cuarto, una televisión pequeña, varias estanterías donde había libros y partituras, y al fondo una guitarra.<br />
—Sí, tengo.<br />
Al ver que estaba viendo sus cosas él se sentó en la cama, mirando cada movimiento que hacía. Sentía un cosquilleo en la tripa acompañado de alguna sonrisa. Encontré un marco con una foto desgastada. Vieja, pero en ella se veía una familia. Me giré y vi que se había tumbado completamente.<br />
—¿Es tu familia?—Dije mientras me acercaba a él.<br />
—Era, yo ya no tengo familia.<br />
—Bueno..<br />
—Mi única familia es la gente que hay fuera, si se le puede llamar así.<br />
—A mi también me tienes.-Me senté a su lado y le miré con cierta curiosidad.<br />
—Y qué..¿quieres ser mi hermana no?<br />
Se incorporó y se revolvió el pelo mientras sonreía. Querría ser algo más que eso. Al pensarlo me mordí el labio y parpadeé más de lo normal. Me llevé los dedos a la boca, mientras no decía ninguna palabra.<br />
—Alice, ¿que quieres ser en mi vida?<br />
Miré ese verde intenso y aunque intentara decir cosas ninguna palabra era capaz de salir de mis labios. Él se volvió a tumbar, esperando una respuesta que yo no le iba a dar, ya que todas las vías del cerebro se habían colapsado por las del corazón.<br />
—Eh, pues.—Apenas decía monosílabos, y cuando por fin pude formular una frase unos gritos rompieron ese silencio.<br />
—¡Charlie comparte a esa chica, hagamos una buena!<br />
Alcé un par de sonrisas mientras liberaba alguna carcajada. Él se ponía colorado y decidió ignorarle.<br />
—Si le hablamos querrá hacerlo, y no creo que tú quieras.<br />
—No, yo no quiero.—Dije mientras ladeaba la cabeza de un lado a otro mientras me negaba.—Pero a lo mejor otro día..<br />
Su cara fue épica, pero se dio cuenta de que no lo decía enserio.<br />
—Joder, ya estaba pensando que querrías.<br />
Alcé la mirada y vi que él chico seguía ahí dando golpes.<br />
—¿Se va a rendir?<br />
—No creo, pero da igual, a mi no me molesta.<br />
Pasé mi mano por su rostro hasta llegar a su pelo, le miraba sin saber por qué, yo no controlaba esos movimientos, ni esas sensaciones ni pensamientos. Se volvió a incorporar y pasó su mano hasta llegar a mi cuello. Cerraba los ojos varias veces, pero siempre los volvía a abrir, viendo como poco a poco se aproximaba a mis labios, se los humedecía con la lengua hasta que nuestras narices se rozaban, y lo único que salió de sus labios fue que esto no lo hacían los hermanos.Unknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-39945501335695481202012-03-29T06:59:00.002-07:002012-04-08T06:55:55.713-07:00~Capítulo seis.Le miraba con desprecio, aunque él no se daba cuenta. Yo en una punta y él en otra, comiendo, no tenía opción, llevaba dos días sin ver su rostro, sin estar en la misma habitación.. y ya era hora de estar en la mismo lugar y establecer un tipo de conversación.<br />
—Esta muy rica la comida.<br />
Se llevó un trozo de carne a la boca, mientras sonreía, hace mucho que no le veía sonreír, no me gustaría saber que estaba pensando. Asentí con una leve sonrisa y luego bajé la mirada al plato. No sabía que estaba comiendo, había contratado a un nuevo cocinero y.. parecía que hacía experimentos con nosotros.<br />
—¿Que tal en el instituto? ¿Son muy duras las clases?<br />
Las clases, me hacía gracia la palabra, hace una semana que no las pisaba, parecía que nadie se daba cuenta y no preguntaron por mi.<br />
—Sí, bueno..—Mastiqué y tragué lo que me pusieron en el plato.- son normales, ya sabes, lo de siempre.<br />
—Ajá.<br />
Volvió a asentir, parecía contento al oírme hablar, seguramente pensaría que no lo volvería hacer, pero no me quedaba otra, toda mi familia estaba en Francia y no podía irme de aquí, aunque día, minuto y segundo lo deseara.<br />
—¿Y Renee?<br />
En esos momentos estaba bebiendo agua e hizo que me atragantara del asombro, desde la muerte de mi madre Renee no pisó la casa, ya que acusaron a sus padres de que mi madre muriera, aunque no tuvieron nada que ver.<br />
—Pues.. bien, estudiando.<br />
Fue lo primero que se me pasó por la cabeza, estos días aunque no fuera al instituto tampoco estaba con Renee, me pasé días y días yendo al cementerio, ya que aún no me creía que mi madre estuviera bajo tierra. El remordimiento y el dolor me comía y lo único que se me ocurría era ir.<br />
—¿Me puedo ir ya?—Le dije mientras me levantaba y sonreía falsamente.<br />
Afirmó con la mirada y dejó que me marchara. Fui al baño y me miré también con desprecio, todavía no asimilaba lo que me había hecho mi padre, desabroché unos cuantos botones de la camisa que llevaba, dejando al aire moretones por el pecho y los brazos. Rápidamente me volví a tapar, recordar esa noche no era lo que mejor debía hacer en estos momentos.<br />
Oí unos golpes en la puerta.<br />
—Señorita Flint, hay alguien en la puerta.<br />
Miré al mayordomo desde el espejo y le sonreí con la intención de que supiese que me había enterado. Me recogí el pelo con una horquilla y salí del baño sin hacer ruido. Fui caminando descalza hasta la puerta, y pude ver a lo lejos a un chico con traje, me asomé a la puerta y le miré.<br />
—¿Quién eres?<br />
La gomina de su pelo hizo que me sorprendiera, parecía que le había lamido una vaca.<br />
—Me llamo William.<br />
Encogí la nariz y pegué un grito a mi padre. <br />
—Papá, es para ti.<br />
Cuando estuve a punto de irme vi que el chico me cogía del brazo.<br />
—Te busco a ti Alice.<br />
Me volví y miré con cierta curiosidad al chico, no me sonaba, ni su rostro ni su voz. Estuve unos minutos mirándole fijamente a los ojos, dando un repaso a mis recuerdos para ver si él aparecía en alguno.. pero estaban demasiado borrosos, solo aparecían flashes con mi madre, momentos no muy agradables con mi padre, y la preciosa sonrisa de Charlie.<br />
—No te conozco, lo siento.<br />
Me giré y vi que una persona me interrumpía mi paso.<br />
—¡Hombre William pensé que te pasarías esta tarde!<br />
Parecía que las cosas encajaban, sería por algún negocio por el que ese chaval estaba aquí.. pero me seguía pareciendo extraño que supiera mi nombre. El chico asentió a las palabras de mi padre y se disculpó por haber llegado tan pronto.<br />
—Esta es mi hija, pero parece que ya os habéis presentado.<br />
Me dio un empujón para el lado del chico y yo sonreí inocentemente. Se sonrojó y yo decidi volver a mi anterior sitio.<br />
—Papá yo me voy a dar una vuelta.—Giré el picaporte pero vi que me estaba mirando.—¿Ocurre algo?<br />
—Este chico ha venido para conocerte, ¿y te vas así? ¿Crees que esos son modales Alice?<br />
Respiré hondo y volví a cerrar la puerta, me introduje dentro del salón y me tiré desplomándome en el sofá. Mi vista fue hacia los dos, no sabía que se tramaban entre manos, veía que no sería algo bueno. Se sentaron cada uno en un sofá y yo decidí mirar al chico.<br />
—Voy al grano Alice.—Dijo mi padre rompiendo el silencio.<br />
Levanté las cejas y me dejé sorprender.<br />
—Este chico es el mejor pretendiente que he encontrado, y creo que hacéis muy buena pareja.<br />
Cada una de sus palabras pasaron por mi mente, pero por donde entraron salieron, me daba igual lo que me dijera, me daba exactamente igual.<br />
—No.—Negué varias veces con la cabeza y volví a repetir una y otra vez la palabra hasta que me puse histérica.<br />
—Me voy, papá, no vas a controlar mi vida, que lo sepas.—Me levanté pidiendo disculpas al chico con una mirada, igualmente no le habría gustado.<br />
—Alice, tranquila.<br />
No quise oír sus palabras y seguí con la vista en la puerta. Helada, de esa forma me dejaba ese hombre, ser, o cosa que le hacía llamar padre.<br />
—Sé quién es Charlie, y no creo que quieras que le pase nada ¿verdad?<br />
Por un momento sentí que el corazón se me encogía, que dejaba de latir y que se me llegaron a entaponar las venas, sentí que el cabrón de mi padre sabía cual eran mis puntos débiles, sabía que sentía algo por ese chico pelirrojo que me encontré en el funeral de mi madre.. me volví para ver su rostro, que después de todo lo que me había hecho mostraba felicidad.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-30830001978411047022012-03-16T08:16:00.001-07:002012-04-08T06:52:27.183-07:00~Capítulo cinco.¿Quién puso todas las normas? ¿Quién dijo que lo perfecto tenía que ser así? Escribía con delicadeza en un pequeño blog de notas, donde dibujaba y apuntaba frases que me gustaría recordar en un futuro, momentos, sensaciones. Recibí un pequeño golpe en la cabeza que hizo que me diera la vuelta. La miré extrañada y fruncí el ceño.<br />
—¿Te han dejado pasar?<br />
Miraba a Renee mientras me incorporaba sentándome en mi cama y le dejaba hueco.<br />
—Es fácil colarse por el jardín...<br />
—Avisaré de que lo cierren mejor—Dije sonriendo.<br />
—¿No quieres que venga?<br />
—Claro que sí, pero.. quiero que entres por la puerta.<br />
—Ya sabes que aquí no soy bien recibida.<br />
Bajé la mirada e intenté esconder el blog de notas entre mis piernas para que ella no lo viera, aunque no fue muy cantoso se dio cuenta.<br />
—¿Qué.. es eso? ¿Por qué me lo escondes?<br />
Mi miró curiosa y yo intenté no reírme y mantenía la compostura.<br />
—Nada, el instituto..<br />
—Conmigo no cuela, hoy no has ido.<br />
Me mordí el labio y esbocé una sonrisa mientras pensaba que no podía ser más torpe.<br />
—No quería ir..<br />
—Tampoco has estado aquí.<br />
Levanté una ceja mientras un millón de preguntas pasaban por mi cabeza, ¿me había espiado?<br />
—Es..<br />
—Verdad, sé eso, pero no sé donde habrás estado.<br />
—Pues la verdad es que..<br />
Posó su mano en mi pierna mientras su rostro expresaba tristeza.<br />
<span style="line-height: 18px;">—</span>¿Has ido al cementerio?<br />
Dos ideas pasaron por mi cabeza como dos bombas, podría contarle lo de Charlie, o podía no hacerlo. Podía mentirle y que sí, había ido a ver a mi madre.<br />
—Pues la verdad es que..<br />
—Tampoco has ido, enserio, me tienes intrigada. Haber, enséñame lo que intentas ocultarme.<br />
Miré para los lados y vi la ventana abierta, respiré y empecé a reírme, mi risa era contagiosa y no tardé mucho en hacerla reír a ella.<br />
—Alice, no enserio, enséñamelo.-Dijo mientras alargaba la mano y la ponía entre mis piernas.<br />
—Renee, enserio, sabes que lo nuestro no puede ser.<br />
Su reacción fue tan épica que me reía como si fueran los últimos suspiros que iba a dar. Pero tuve un pequeño despiste y ella lo aprovechó arrebatándome la libreta de las manos. Vi como pasaba cada hoja con cuidado mientras ponía caras extrañas y se reía.<br />
—¿Qué es exactamente lo que escribes?-Dijo mientras se acercaba más la libreta al rostro.<br />
—Frases, dibujos, un poco de todo.<br />
—¿Te lo inventas todo tú?<br />
—No todo no.. pero algunas, la mayoría si.<span style="line-height: 18px;">—</span>Dije mientras me estiraba y bostezaba, aún tenía sueño.<br />
—Uy, pues me gusta tu imaginación.<br />
Vi que subía una ceja y sonreía tontamente. Me miró y giró el cuaderno para enseñarme que observaba. Toda mi sangre fue directamente a las mejillas, haciendo que me pusiera colorada, había dibujado a Charlie, bueno.. una vez no, sino unas cinco o seis veces, al pasar la mañana con él se me quedó su rostro grabado en mi memoria y quise plasmarlo en algo.. y que mejor forma que hacerlo en papel.<br />
—Muy bonito, ¿dibujo bien verdad?<span style="line-height: 18px;">—</span>Dije mientras me echaba flores a mi misma.<br />
—Que tonta eres, enserio, ¿quién es? ¿Te lo has inventado?<br />
Inventármelo.. aveces dudaba que si ese chico podría ser fruto de mi imaginación, había aparecido de la nada y había entrado en mi vida casi formando un todo.<br />
—No me lo he inventado, ese chico existe.<br />
—¿Otro amor platónico pequeña?<br />
Bajé la mirada e intenté no volver a subirla, pero no pude.<br />
<span style="line-height: 18px;">—</span>No es platónico, somos amigos.<br />
—Pero tú te dedicas a dibujarle una.. dos.. —Pasó página por página observando las veces que plasmé su sonrisa y su pelo.- siete.. ocho.. nueve, Alice, mira que te aburres.<br />
—No lo entiendes.<br />
Le quité bruscamente la libreta de las manos mientras la guardaba en una cajón y me miraba en el espejo, haciendo como si ella no estuviera.<br />
—No quiero que sufras solamente, ya sabes las experiencias que has tenido..<br />
Me giré por unos segundos mientras la miraba fijamente a los ojos, por desgracia mi mejor amiga era preciosa, y todo chico que me llegó a gustar siempre a él le gustaba la amiga de los ojos bonitos, que para todos ellos, solo era eso.<br />
—¿Crees que le vas a gustar?—Le dije mientras me sentaba en el borde de la ventana.<br />
—No le conozco, no creo, además es tuyo.<br />
—Ya.. siempre me dices eso..<br />
Me balanceé varias veces en la ventana, mientras miraba la zona antigua de la ciudad, donde recordaba cada minuto que había pasado allí.<br />
—Alice, tú nunca me dices quién te gusta, y si no me lo dices, ¿como quieres que lo sepa?<br />
—Pues se nota Alice, puede que no te diga, me gusta ese, pero hablarte de él, ponerme nerviosa.. pero nunca te das cuenta.<br />
Vi que se quedaba callada y que ninguna palabra producía su garganta aunque ella moviera los labios. Miré el reloj y vi que era tarde.<br />
—Te tienes que ir, dentro de poco vendrá mi padre.. y ya sabes.<br />
Vi como poco a poco cogía la mochila y se despedía tristemente con la mano a lo lejos, yo me quedé unos minutos mirando la ventana, hasta que la vi a ella alejarse con la moto. Me introduje y bajé la persiana apenas haciendo ruido, me acerqué a la cómoda y volví a sacar el libro, ella tenía razón, sería otro cuelgue sin sentido, que no tendría futuro, pero estaba equivocada. Salí descalza de mi cuarto mientras encestaba tirando la libreta en la papelera.Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4277780902531967758.post-11372603495752206112012-03-12T10:42:00.001-07:002012-04-08T06:49:20.216-07:00~Capítulo cuatro.Miraba ese verde intenso como sino tuviera otra oportunidad de observarlos. Él no se daba cuenta, todavía quería asimilar lo que le había contado, no se lo esperaba, la verdad, yo nunca me lo llegué a imaginar.<br />
—¿Estás bien?<br />
Puse mi mano en su pierna mientras intentaba que dejara de mirar al suelo.<br />
—Sí si, es que me ha pillado..—Me dijo nervioso, tenía la sensación de que el también lo había vivido.<br />
—Bastante duro ¿verdad?<br />
—Pensé que sería tu novio o algo.<br />
Novio, para mis padres esa palabra no debía estar en su vocabulario, nunca quiso que me acercara al sexo contrario y menos que tuviera una relación.<br />
—No sé que es peor..<br />
—Yo tampoco lo sé.<br />
Los dos resoplamos como si fuésemos un compás y sonreímos.<br />
—Pero la verdad, no tengo novio.<br />
Me miró un poco extrañado y subió una ceja mientras yo observaba a sus amigos desde lejos.<br />
—¿Te gusta alguno de mis amigos?-Dijo mientras se volvía y me miraba sonriendo.<br />
No pude evitar ponerme colorada, aunque no me fije en ninguno.<br />
—No.. no son de mi estilo—Dije mientras tosía y reía.<br />
—Claro, lo tuyo son los que llevan corbata y viven de lujo, los de la calle no te gustarán.—Me dijo mientras me hacía burla.<br />
Al oír eso de inmediato me puse más roja y noté que me empezaban a sudar las manos, observé otra vez a sus amigos, no estaban mal.. pero, ¿amor a primera vista? Eso no existía.<br />
—¿Crees que es eso?—Solté mientras elevaba un poco la mano.<br />
—No me pegues, por favor, que te rompes una uña.<span style="line-height: 18px;">—</span>Soltó mientras me volvía a imitar.<br />
No pude controlarme y una sonrisa tonta ocupó mi rostro mientras esbozaba unas carcajadas.<br />
—Nosotros no somos así..<br />
—A lo mejor tú, pero yo he conocido a muchos y me han dado esa impresión.<br />
—Estás equivocado..<br />
Alcé la vista y observé una matrimonio feliz, dos hijos y un padre que quería a la madre, no pude evitar ponerme triste, a lo mejor con este chico desconectaba por unos minutos, pero era imposible no recordarlo. Noté que una pequeña lágrima recorría mis pómulos y Charlie me vio.<br />
—No llores Alice, lo que hace tu padre.. ya verás, todo se devuelve.<br />
—No, no es mi padre.—Pasé la manga de mi chaqueta por mi cara intentando quitarme las lágrimas.<br />
—¿Entonces?<br />
—Mi madre..<br />
—¿También te pega?<br />
—Falleció hace unos días.—Dije mientras mi vista se nublaba.<br />
Los dos estuvimos manteniendo un silencio bastante seco y cargado, ninguno supimos que decir hasta que él se acercó y me rodeo con sus brazos. Oí alguna risa al fondo, intenté diferenciar esa silueta borrosa y pude observar que eran sus amigos.<br />
—Lo siento, enserio..<br />
Me mordí el labio inferior y le mostré una triste sonrisa.<br />
—Todo se supera.<br />
Él también sonrió y se dio la vuelta mientras decía cosas a sus amigos en noruego. Por lo poco que había oído de ese idioma me pareció que les insultaba.<br />
—Déjales, tienen envidia.<br />
—¿De qué?<br />
—De mi.—Dijo mientras jugaba con su pelo.—¿No ves que soy perfecto?—Volvió a decir con ironía.<br />
Le miré de arriba y abajo y sí, era perfecto.<br />
—Bueno.. tienes tus defectos.—Dije mientras me cubría y me reía.<br />
—Tú no los tienes.<br />
Por unos segundos no parpadeé y asimilé cada una de sus palabras.<br />
—Si que tengo, solo que no los conoces..—Dije mientras quitaba un mechón que cruzaba mi rostro.<br />
—Me gustaría conocerlos.<br />
No supe que responder y intenté alcanzar mi mochila para intentar cambiar de tema, no la alcancé y me la acerco él.<br />
—No me has respondido—Dijo mientras posaba mi mochila entre sus piernas.<br />
—¿Era una pregunta o una afirmación?<br />
Se apoyó en su barbilla e hizo que pensaba.<br />
—Cierto, entonces te pregunto, ¿me darás la oportunidad de conocerte más?<br />
—Bueno...<br />
—... si insistes.-Terminó mi frase.<br />
—Yo no he dicho eso.<br />
—Pero lo piensas.<br />
Pensar, aún pensaba que hacía ahí, que tenía ese chico que estaba tan absorbida entre sus palabras y suspiros, todavía no lo entendía.<br />
—¿Te gusto verdad?-Dijo mientras alzó una sonrisa de oreja a oreja.<br />
Me quedé sorprendida y tal perpleja que no supe que responder.<br />
—Tranquila, es broma, no te me alteres.<br />
Alcé mi mano y fue hacia su hombro mientras le propinaba un golpe.<br />
—¡Ay!—Dijo sobresaltando.<br />
—¿Te hice daño?<br />
Me acerqué a él y me acerqué a donde le di, nunca había tenido fuerza para defenderme y menos para dar un golpe. Me sentía mal, solo había sido una broma, aveces era muy borrica. Su pelo le tapaban los ojos, hasta que se empezó a reír e intentaba hablar, pero su risa no se lo permitía.<br />
—Que poca fuerza tienes.—Dijo entre carcajadas—¡Mi abuela tienes más fuerza!<br />
Me crucé de brazos<span style="font-family: inherit;"> y me incorporé mientras cogía mi mochila y empezaba a caminar, me introduje en un bar y oí una pequeña música de fo</span>ndo, pude reconocer que era <i>Hey there Delilah.</i><br />
<div style="text-align: -webkit-left;"><i>—Dont yoy worry about the distantece</i><span style="font-family: Tahoma, Arial, Helvetica, Verdana, sans-serif; font-size: 12px;"><i>.. </i></span><span style="font-family: Tahoma, Arial, Helvetica, Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 12px;"><i>—</i></span></span><span style="font-family: inherit;">Empecé a </span>canturrear hasta que vi que alguien también lo hacía conmigo.<br />
—<i>I'm right there if you get lonely, give this song another listen<span style="font-family: Tahoma, Arial, Helvetica, Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 12px;">.. </span></span></i><br />
—<i>Close your eyes..—</i>Dije mientras me daba la vuelta para verle, me había seguido, abandonado a sus amigos e ido detrás de mi, vi que se sentaba conmigo al lado de la barra, y me sonreía sin ningún por qué, yo también lo hacía, me gustaba aunque no supiera la razón.</div><div style="text-align: -webkit-left;"><span style="font-family: Tahoma, Arial, Helvetica, Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 12px;"><i><br />
</i></span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com3