jueves, 29 de marzo de 2012

~Capítulo seis.

Le miraba con desprecio, aunque él no se daba cuenta. Yo en una punta y él en otra, comiendo, no tenía opción, llevaba dos días sin ver su rostro, sin estar en la misma habitación.. y ya era hora de estar en la mismo lugar y establecer un tipo de conversación.
—Esta muy rica la comida.
Se llevó un trozo de carne a la boca, mientras sonreía, hace mucho que no le veía sonreír, no me gustaría saber que estaba pensando. Asentí con una leve sonrisa y luego bajé la mirada al plato. No sabía que estaba comiendo, había contratado a un nuevo cocinero y.. parecía que hacía experimentos con nosotros.
—¿Que tal en el instituto? ¿Son muy duras las clases?
Las clases, me hacía gracia la palabra, hace una semana que no las pisaba, parecía que nadie se daba cuenta y no preguntaron por mi.
—Sí, bueno..—Mastiqué y tragué lo que me pusieron en el plato.- son normales, ya sabes, lo de siempre.
—Ajá.
Volvió a asentir, parecía contento al oírme hablar, seguramente pensaría que no lo volvería hacer, pero no me quedaba otra, toda mi familia estaba en Francia y no podía irme de aquí, aunque día, minuto y segundo lo deseara.
—¿Y Renee?
En esos momentos estaba bebiendo agua e hizo que me atragantara del asombro, desde la muerte de mi madre Renee no pisó la casa, ya que acusaron a sus padres de que mi madre muriera, aunque no tuvieron nada que ver.
—Pues.. bien, estudiando.
Fue lo primero que se me pasó por la cabeza, estos días aunque no fuera al instituto tampoco estaba con Renee, me pasé días y días yendo al cementerio, ya que aún no me creía que mi madre estuviera bajo tierra. El remordimiento y el dolor me comía y lo único que se me ocurría era ir.
—¿Me puedo ir ya?—Le dije mientras me levantaba y sonreía falsamente.
Afirmó con la mirada y dejó que me marchara. Fui al baño y me miré también con desprecio, todavía no asimilaba lo que me había hecho mi padre, desabroché unos cuantos botones de la camisa que llevaba, dejando al aire moretones por el pecho y los brazos. Rápidamente me volví a tapar, recordar esa noche no era lo que mejor debía hacer en estos momentos.
Oí unos golpes en la puerta.
—Señorita Flint, hay alguien en la puerta.
Miré al mayordomo desde el espejo y le sonreí con la intención de que supiese que me había enterado. Me recogí el pelo con una horquilla y salí del baño sin hacer ruido. Fui caminando descalza hasta la puerta, y pude ver a lo lejos a un chico con traje, me asomé a la puerta y le miré.
—¿Quién eres?
La gomina de su pelo hizo que me sorprendiera, parecía que le había lamido una vaca.
—Me llamo William.
Encogí la nariz y pegué un grito a mi padre.
—Papá, es para ti.
Cuando estuve a punto de irme vi que el chico me cogía del brazo.
—Te busco a ti Alice.
Me volví y miré con cierta curiosidad al chico, no me sonaba, ni su rostro ni su voz. Estuve unos minutos mirándole fijamente a los ojos, dando un repaso a mis recuerdos para ver si él aparecía en alguno.. pero estaban demasiado borrosos, solo aparecían flashes con mi madre, momentos no muy agradables con mi padre, y la preciosa sonrisa de Charlie.
—No te conozco, lo siento.
Me giré y vi que una persona me interrumpía mi paso.
—¡Hombre William pensé que te pasarías esta tarde!
Parecía que las cosas encajaban, sería por algún negocio por el que ese chaval estaba aquí.. pero me seguía pareciendo extraño que supiera mi nombre. El chico asentió a las palabras de mi padre y se disculpó por haber llegado tan pronto.
—Esta es mi hija, pero parece que ya os habéis presentado.
Me dio un empujón para el lado del chico y yo sonreí inocentemente. Se sonrojó y yo decidi volver a mi anterior sitio.
—Papá yo me voy a dar una vuelta.—Giré el picaporte pero vi que me estaba mirando.—¿Ocurre algo?
—Este chico ha venido para conocerte, ¿y te vas así? ¿Crees que esos son modales Alice?
Respiré hondo y volví a cerrar la puerta, me introduje dentro del salón y me tiré desplomándome en el sofá. Mi vista fue hacia los dos, no sabía que se tramaban entre manos, veía que no sería algo bueno. Se sentaron cada uno en un sofá y yo decidí mirar al chico.
—Voy al grano Alice.—Dijo mi padre rompiendo el silencio.
Levanté las cejas y me dejé sorprender.
—Este chico es el mejor pretendiente que he encontrado, y creo que hacéis muy buena pareja.
Cada una de sus palabras pasaron por mi mente, pero por donde entraron salieron, me daba igual lo que me dijera, me daba exactamente igual.
—No.—Negué varias veces con la cabeza y volví a repetir una y otra vez la palabra hasta que me puse histérica.
—Me voy, papá, no vas a controlar mi vida, que lo sepas.—Me levanté pidiendo disculpas al chico con una mirada, igualmente no le habría gustado.
—Alice, tranquila.
No quise oír sus palabras y seguí con la vista en la puerta. Helada, de esa forma me dejaba ese hombre, ser, o cosa que le hacía llamar padre.
—Sé quién es Charlie, y no creo que quieras que le pase nada ¿verdad?
Por un momento sentí que el corazón se me encogía, que dejaba de latir y que se me llegaron a entaponar las venas, sentí que el cabrón de mi padre sabía cual eran mis puntos débiles, sabía que sentía algo por ese chico pelirrojo que me encontré en el funeral de mi madre.. me volví para ver su rostro, que después de todo lo que me había hecho mostraba felicidad.

1 comentario:

  1. asdfghjklñakljfdñal muero! Me encanta tia. Pero joder, que cabrón!:/ Siguela yaa! lalalala te quiero muchisisisisimo Lucy!<3 x

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