domingo, 11 de marzo de 2012

~Capítulo tres.

Me aproximé a la única luz que había en mi habitación y me miré en el reflejo de la ventana, cubriendo parte de mi cuerpo con las sábanas y intentando ignorar diversos moratones que tenía por el pecho. Ya era lunes y tenía que ir al instituto aunque mis ganas fueran nulas. Me vestí rápido y decidí no desayunar, no quería ver a mi padre después de lo ocurrido, que seguramente os lo imaginaréis.
—Señorita, ¿no quiere llevarse nada?
Cogí de refilón la mochila y me la llevé a la espalda mientras salía corriendo de la casa, ignoré a la mujer que cocinaba y empecé cantar intentado disimular mi ida. En la esquina me encontré a gente de mi instituto, que me miró de tal forma que volví a recordar lo de mi madre, me tratarían con pena y me lo recordarían a todas horas, lo único que harían sería bajarme más la moral.
—Alice ¡todos estamos contigo!
Oí de fondo, yo respondí con una sonrisa falsa y seguí caminando. Me metí por un barrio que nunca me pise, la verdad, nunca lo había visitado y era bastante antiguo, por no decir pobre. Me resultaba agradable caminar por esos barrios aunque toda la gente me miraba extrañada por las pintas de ''niña pija'' que tenía y parecían no aceptarme.
—Tú guapa, ven aquí.
Miré al lado y un grupo de chicos me llamo, yo seguí caminando hasta que alguien me cogió del brazo, e intenté correr sin mirar a la persona a la cara.
—¡Suéltame!
Me resistí hasta que sentí que me ponía la mano en la cintura, agarrándome suavemente, ¿sería un violador educado?
—Alice, tranquila.
Me quité los pelos que me había puesto en la cara e intenté diferenciar a la persona que me agarró.
—¿Charlie?—Dije mientras dejaba de hacer presión y me sorprendía al verle.
—Eran mis amigos, déjales, no es muy habitual ver chicas tan..pues.
—Sí, como yo, ricas.—Dije un poco molesta, yo era normal.
—Claro, claro.
Los dos sonreímos. Y vi que los chicos que antes me llamaron empezaban a señalarlos y a gritar cosas a Charlie, que no llegaba a entender.
—¿Que te dicen?—Dije mientras me apoyaba en una farola, tirando la mochila al suelo.
—Hablan en noruego, todavía no se han acostumbrado al inglés.
—¿Eres noruego?
—Mis padres, yo nací aquí.
Los dos bajamos la mirada, yo no nací en Irlanda, yo nací en Francia, mi madre era francesa y mi padre irlandés, mi madre quiso que naciera en sus tierras y así fue.
—Yo soy francesa.
—Que pija.—Dijo con tono sarcástico.
Observé que me estaba mirando los pechos descaradamente. Y me sentó bastante mal, miré el reloj y vi que ya llegaba tarde. Le miré mal y mi expresión fue épica.
—No es lo que crees..
—Me estabas mirando el escote.
Cogí la mochila y empecé a caminar, pero sentí que me volvían a agarrar.
Tienes moratones.
Me quedé en blanco por unos instantes. No me di la vuelta por miedo. Pero.. ¿que estaba haciendo? No conocía de nada a ese chico, pero algo, había algo que me unía con él.
Anda, ven, ya irás luego a las clases.
Le hice caso y terminé por sentarme en el suelo mientras tiraba la mochila contra la pared y clavaba mi mirada en la suya.
No te conozco de nada, no sé que hago aquí.—Dije mientras me sentaba intentando no mancharme, él esbozó unas carcajadas y yo elevé una triste sonrisa.
—Eso yo también me lo pregunto yo, pero me has hecho caso, por algo será.
Tenía razón, a nadie le conté lo que me hacía mi padre a raíz de sus enfados con el mundo, a raíz de que le salieran las cosas mal.. todo lo pagaba conmigo, antes, cuando estaba mi madre se controlaba, pero ahora que no estaba, solo me esperaba un futuro bastante oscuro.
—Haber, ¿te has peleado con tus amigas?
A su pregunta reí chistosa, aunque él lo decía muy enserio.
—¿No me vas a responder?—Dijo mientras se acomodaba a mi lado y se apartaba el pelo.
—No es tu asunto..
—Cierto, pero vamos, si quieres puedes irte, he podido observar que no sabes donde estás y no sabes ni volver, así que tu sigue caminando, pero ten cuidado, pueden robarte, o incluso cosas peores.—Dijo más serio de lo que os podéis imaginar.
—Pero tengo el móvil.—Eso fue lo único que supe decir, mientras me ponía de cuclillas y me aproximaba a la mochila, intenté buscar el móvil, pero no estaba.—Mierda..—Susurré.
—¿Que ocurre? ¿No encuentras esto?
Miré para atrás y vi que estaba en sus manos, mientras en su rostro había una sonrisa pícara.
—¿Cómo.. —No pude terminar la frase, estuvo todo el tiempo a mi lado, ¿como me lo había cogido?
—Eres demasiado inocente..
—¿Cómo lo has hecho?—Dije mientras me quedaba perpleja a su lado.
Soy delincuente, recuerda..
Su expresión no era normal, estaba triste, como si él no quisiera actuar así.
—Bueno, pues dámelo, que me voy.
—A no, te lo he robado, ya es mío.
Abrí los ojos más de lo normal, dejando que mis ojos azules miraran a los suyos verdes.
—Charlie, dámelo.—Dije más lento y con una expresión de enfadada, aunque no me duró mucho ya que volví a sonreír.
—Te lo doy si te quedas.
—No, me tengo que ir al instituto.
—Pero.. ¡que manía! Ahí no te enseñan nada de la vida, en la calle aprendes más cosas.
—¿Como hacerte un porro verdad?
Ambos sonreímos y el bajo la mirada.
—Yo no fumo, mi única droga es la música.
Me pareció bastante maduro lo que dijo y decidí quedarme, la verdad, podía faltar una semana por lo de mi madre, y mi padre ni nadie se tendría que enterar. Se acercó al grupo de chicos de antes y de él sacó una funda de un instrumento, yo sentada en indio me hacía diversas preguntas que nunca me había planteado.
—¿Quieres que te toque algo?Dijo mientras abría la cremallera.
Yo lo interpreté mal y me empecé a reír, él no sabía de que se trataba esa espontánea risa, pero parecía que le gustaba verme así.
—Lo siento, que le saco todo el doble sentido..—Dije mientras me quitaba alguna lágrima que se deslizaba por mis mejillas. Él levantó las cejas y abrió la boca mientras se empezaba a reír también.
—Yo pensaba que las señoritas eráis más educadas..
—¡Ay! No me llames señorita, estoy harta, llámame Ali, o Alice.
—Vale, Alice.—Soltó sonriendo mientras se ponía la guitarra entre las piernas y empezaba a tocar unos acordes.
—Tocas bastante bien, ¿fuiste a una escuela?—Dije mientras quise tocar el mástil aunque el me miró mal y aparte mis manos mientras me reía.
—Mi escuela es la calle, he aprendido a lo largo de la vida.
Esto, era lo que necesitaba en la vida, conocer a alguien que no era como yo, que era exactamente lo contrario.
—¿Y tú? ¿Tocas algo?-Dijo rompiendo el silencio que formo mientras tocaba y yo estaba en las nubes.
—El piano.—Respondí mientras movía el morro y balanceaba la cabeza.
—Me tendrás que enseñar.
—Cuando quieras.
Puede que no se notase, o puede que sí, pero ese cuando quieras significaba que le volvería a ver, y eso me hacía más o menos feliz.
—Ahora quiero que me cuentes que te pasa.
—¿Pasarme? ¿A mí?
—Sí, tus moratos, esas cosas.
—Ah.. bueno.. me caí.
—Sí, ¿cuantas veces? ¿Diez veces por las escaleras? Vamos, es lo más común.—Dijo mientras seguía tocando la guitarra.
—Bueno..
—¿Era el hombre ese?
Miré para los lados pensando que señalaba a alguien.
—¿Quién?
—El del funeral.
Mi cara se convirtió en hielo y respiré más de lo normal, haciendo que me alterara. El lo notó y dejó de tocar la guitarra bruscamente.
—Di en el clavo, ¿verdad?
Dio más que en el clavo, dio en la herida que poco a poco me iba abriendo mi padre cada día, cada minuto, cada segundo que pasaba a su lado.

5 comentarios:

  1. simplemente cada palabra entra por mis ojos y se queda en mi corazon, escribes con una precision increible.
    En esta novela tocas un tema muy duro, que hace estremecer, pero lo haces con una suavidad extrema. me encanta. :)

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  2. Hola, me encanto ya segui tu blog, por cierto soy @KrenP25 jajaja, tengo un blog desde hace tiempo, pero aun sigo mejorando ya que todavia no estoy contenta con mi trabajo ajaja (soy muy exigente conmigo misma,en fin me encanto el capitulo, continuala cuando puedas ;), te mando un enorme beso

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  3. No puede ser más perfecta. Me encanta Lucy:')

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  4. Algo que me saca un gesto parecido a sonrisa.
    Se feliz.

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