martes, 3 de abril de 2012

~Capítulo ocho.

Aún nuestros labios no se habían unido, y seguíamos ahí, uno delante de otro, compartiendo el mismo aire, a centímetros para que una parte de nosotros se convirtiera en uno. Cada vez más nerviosa y a la vez feliz. Pasaba mi mano por su pelo, él con los ojos cerrados, esperando a que yo diera ese paso. Cuando por fin me armé de valor agarré fuerte las sábanas y me incliné.. faltó muy poco, demasiado, pero el chasquido del cerrojo fue el colmo. Ambos nos miramos, y él se dio la vuelta, observando como su amigo poco a poco se iba quitando la ropa.
—Vete—Me dijo en un susurro.
Apenas pude reaccionar ya que seguía en estado de sock. Seguía parada, delante suya, observando como su amigo en segundos apenas tenía prendas puestas. Dos, tres segundos más hasta que se movió bruscamente.
—Alice, debes irte, ya solucionaré yo esto.
Le miré parpadeando y vi que por la puerta no podría, di un vistazo rápido por la habitación, y por mucho que buscase solo divisé una pequeña ventana.
—¡Corre joder corre!
Vi como él chico se acercaba bruscamente a nosotros, salí sin coger mis cosas, abrí la ventana como pude y vi que no había mucha altura. Volví la vista hacia atrás viendo como sostenía Charlie a aquel chaval. Salté intentando no hacerme daño, pero parte de mi ropa se rasgó con la ventana. Mucha gente me vio saltar, y empezaron a cuchichear, yo avergonzada, caminé aunque no tuviera ningún destino. Miraba por todos lados, tenía la sensación de que alguien me seguía.
—Eh chavala, ¿te hace en ese rincón?
Ignoré un par de comentarios, y seguí mirando al frente. No sabía el estado en el que estaba, si por ese chico o lo que podía haber pasado con Charlie. Parecía que ambos queríamos, pero ninguno dio el paso. ¿Y si él no quería? Volvía a cometer el error de siempre, hacerme ilusiones. Di varias patadas a las piedras del camino, hasta que sin darme cuenta ya estaba en mi barrio. La gente me miraba con desprecio. Él agujero de la camiseta era más grande de lo que pensaba, y algo de sangre se asomaba, pero estaba bastante absorbida para pensar en eso ahora. Di varios golpes con los nudillos en la puerta, algo dentro de mi ardía de rabia, uno, dos tres golpes, hasta que llegué hacerme sangre en ellos.
—Llegas tarde.
Su expresión no fue agradable, pero no me resultaba nuevo. Pasé sin decir nada y caminé un poco despistada. Un fuerte tirón del brazo me hizo volver atrás.
—He dicho que llegas tarde.
Respiré y cerré los ojos.
—Lo siento, no he visto la hora.—Dije pidiendo disculpas.
—Normal, no llevas reloj.
Me miré la muñeca, ahora lo recordaba, me lo había dejado allí. Achiqué los ojos y respiré.
—Lo siento también.
—No, Alice, no quiero disculpas.
—¿Y que quieres?
Me soltó el brazo, me había dejado la marca de sus dedos, aunque no sería la única señal que había dejado en mi cuerpo.
—Quiero que me cuentes la verdad, ¿que has hecho? ¿dónde has estado?
Me miró de arriba abajo y su expresión cambio, vi que se mordió el labio inferior mientras esbozaba una sonrisa.
—He.. he.—Empecé a tartamudear, apenas podía respirar del miedo que recorría por mi cuerpo.—He estado con Charlie.
Dos segundos, hasta que me mostró una sonrisa más amplia.
—¿Con ese chico de calle?
Se acercaba cada vez más a mi, mientras se iba quitando la chaqueta del traje que llevaba.
Sí.. con él.—Con cada palabra me empezaban a fallar las piernas.
—Y qué.
Ladeé la cabeza hacia un lado, no entendí bien lo que dijo.
—¿Te gusta?
—¿Gustarme?—Solté con una risa fingida.—Por favor papá, sabes que voy a estar con William..
No, no, no, no. Decía y negaba en mi cabeza una y otra vez, no entendía que pasaba. Se quitaba la corbata, mientras poco a poco desabrochaba uno por uno los botones de su camisa.
—Ya.. William, y dime, ¿que vienes de hacer?
Sinceramente no había hecho nada, y me llegué a plantear que nunca lo haría.
—Hablar.
—¿Solo?
-—Solo.—confirmé.
Vi como poco a poco se quitaba el cinturón. Estábamos en el vestíbulo, y parecía que no había nadie más en casa, ni un alma recorría los rincones de este infierno.
—Pues a lo mejor yo quiero que ocurra algo más.
—¿Al..al..algo más? ¿Con Charlie?
Dentro de mi sabía que no debía hacer esa pregunta, pero no pude evitarlo. Cada vez se acercó más a mi, y pude notar su aliento en mi nuca. Me temblaban las manos, y sudaba sin poder controlarlo.
—No.. quiero que lo hagas conmigo.
—Hubiera preferido un disparo en la frente.-Dije en un susurro.
Pensé que no lo había oído, pero no estuve muy segura cuando de sus labios volvieron a salir palabras.
—Pues puedes ir buscando una pistola.
Me cogió de la cadera, agarrando parte de mi cuerpo, por muy pocas opciones que tuviera una fue defenderme, que se fue inutil. Al principio no estaba muy segura de sus intenciones, pero me quedaron bastante claras cuando un susurro vino a mis oídos.
—Ya que no está tú madre, alguien me tendrá que dar lo que quiero.
Vi como me acariciaba, a mi producía escalofríos y más que alguna arcada. Dos, tres segundos hasta que vi que me intentaba quitar el pantalón, giré la cabeza y vi que podía coger las escaleras, y encerrarme en algún lado. Apreté fuerte las manos y me libere de sus brazos mientras corría con pocas fuerzas. Notaba que parte de mi fallaba, portazos daba por la casa, metiéndome en habitaciones que nunca había pisado. Oía sus pisadas, ligeras pero precisas. Me encerré en una habitación, miré a los alrededores, había estanterías, sofás y alguna que otra televisión, no me sonaba. Resoplé, todavía no conocía ni mi propia casa. Eché el pestillo en la puerta y me quedé sentada enfrente de ella.
—Alice, sé que estás por ahí.— Se oía de fondo sus susurros, pasé mis manos por mi cara con la esperanza que no entrara aquí.
—Alice, te estoy llamando.
Mis pulmones se llenaban de aire más rápido que nunca, por mi cuerpo recorría angustia y miedo.
—Sabes que te voy a encontrar, cariño.
Empecé a temblar, veía su sombra por la rendija de la puerta, y apreciar sus pisadas, cada vez estaba más cerca. Se paró enfrente de la puerta, y intentó hacer girar el picaporte. La cerradura se lo impidió, pero solo fueron unos minutos, ya que vi como la forzaba y chasqueaba, dejándome tirada en el suelo con mi padre mirándome.

10 comentarios:

  1. OMG ! cada vez me gusta más esta historia :)Escribes genial.

    ResponderEliminar
  2. Diooooooooooooooooooos, tienes que seguirla, no la puedes dejar ahí *_________*
    No sé como lo haces pero con cada capítulo te superas más(:

    ResponderEliminar
  3. Cooontinuaa! Necesito saber que pasa! jajaja me encanta tu nove! escribes que es una maravilla! *_*

    ResponderEliminar
  4. ME ENCANTA! ES PERFECTA!! siguiente ya :)

    ResponderEliminar
  5. Ushhhhh!!! Genial Incredible y todo eso :D Quede como O.o Necesito saber que pasa despues !!!!!
    Cuídate, bye c:

    ResponderEliminar
  6. Oh Dios es genial, genialosa, siguela no nos dejes con la intriga
    PD escribes genial!

    ResponderEliminar
  7. Me encanta tu historia! Te sigo! Yo también escribo de vez en cuando relatos y una historia propia.

    Si quieres puedes visitar mis blogs:
    www.presumidaamimanera.blogspot.com
    www.ratitabiblioteca.blogspot.com

    ResponderEliminar
  8. Hola, me encanta tu historia.
    Te sigo :)

    ResponderEliminar
  9. soy amiga de @littledreamer23, que me pasó este blog.
    utilizas las palabras de un modo impresionante! me has dejado temblando como una hoja!!!! definitivamente, eres mi nuevo ídolo ;)

    ResponderEliminar