domingo, 8 de abril de 2012

~Capítulo nueve.

Yacía desnuda en el rincón más oscuro de aquella habitación. Defenderse fue inútil, y apenas pude gritar. Con lágrimas en los ojos estuve cada segundo, rogando, que fuese una pesadilla. La yema de mis dedos recorría cada centímetro de mis heridas, cada señal que dejó en mi cuerpo. Después de haber abusado de mi, se fue, sin decir ninguna palabra, sin mostrar ningún síntoma de culpa o arrepentimiento. Dudaba que tuviera conciencia, que algo dentro de él le dijera que había hecho mal, que tenía que arrepentirse, dudaba que algo dentro de ese ser hubiera un corazón. Toqué parte de mi muslo, los moratones no era lo más importante que mostraba mi piel, sino arañazos. Froté mis ojos y solté un alarido de dolor. Llevé mi mano a la espalda y palpé la herida que me hice con la ventana.
—Charlie.. susurré.
Recordaba cada centímetro de su rostro como si fuera un sueño.
—Tengo que levantarme.. — Me erguí aunque dentro de mi sentía que tenía los huesos fracturados, como si fueran cenizas. 
Después de varios intentos fallidos pude levantarme con ayuda del sillón. Miré a mis alrededores y observé que todas las persianas estaban bajadas, y no había ninguna luz. Forcé la vista y pude diferenciar un par de muebles.
—Tengo que acabar con esto.
Giré el picaporte con miedo en el cuerpo. Tenía la sensación que alguien seguía en la habitación. El silencio siempre me había acompañado en mis días de pena y era el único que nunca me había abandonado.
La puerta crujía al abrirse y parte de mi empezó a estremecerse. Observé la cerradura, estaba destrozada.
Flashes de esa noche vinieron a mi cabeza. Abusar no fue la palabra exacto del acto. Recordaba cada grito y su cara de placer, recordaba cada movimiento. Me extrañó que no formase un charco de lágrimas, porque en ningún segundo paré de llorar.
Elevé la cabeza y la sacudí dos o tres veces.
La plata de mis pies rozaba todas las alfombras que se extendían por el pasillo. No llevaba nada, ninguna prenda tenía mi cuerpo. Pasé la mano por la barandilla mientras bajaba por las escaleras, con el destino de ir al recibidor. 
—Supongo que estaré sola.—Respiré hondo y me fui hacia la cocina. 
En el trayecto pude observar fotos, cuadros, nunca imaginé que mi vida pudiera acabar así. Nunca imaginé que mi madre se iría antes de lo previsto, y que mi padre desahogara su ira y sus deseos en mi, nunca me hice una idea de lo que podía llamarse dolor, hasta que lo experimenté.
Entré en la cocina, y no había nadie, supongo que la casa estaría vacía. Mejor. Abrí la nevera.
—¿Para qué la abro?—Achiqué los ojos y la volví a cerrar. No tenía apetito.
Me acerqué a una de las encimeras. Una cosa me llamó la atención. 
—No Alice, no.. no has llegado hasta esto—Me dispuse a caminar, hasta llegar a esa cosa brillante y puntiaguda. 
Con un corte rápido acabaría con el dolor, sufrimiento y con todo lo que me pudiera deparar la vida. Jugueteé con ello varios minutos, en cuales pensaba como sería la forma menos dolorosa de morir. Me dijeron mediante el gas, ahogarse, arder. Pero la forma más rápida sería un corte en las venas. No volvería a vivir, no volvería a ver a mi padre, su rostro, su escalofriante y aterrador rostro. Me llevé las manos a la cabeza y asimilé lo que estaba pensando, lo que me planteaba. Mi propia reacción me extrañó, sonreí.
—Puedo ser más fuerte—Dije y pensé.
Me alejé con pisadas firmes, aunque dentro de mi hubiera un mar de dudas, enlaces sueltos, cosas sin resolver. Fuerte, fuerte, fuerte.. no era fuerte, aunque lo pensase.
Volví sobre mis pasos y volví a coger el cuchillo. Era largo y afilado. Lo deslicé por unos de mis dedos, haciendo que pequeñas gotas de sangre recorrieran mis manos. 
Rechisté y balanceé el dedo varias veces hasta que me lo llevé a la comisura de los labios.
—No ha sido tan doloroso—Volví a cogerlo.
Era ingenua, no pensé que las heridas que mostraban  mi cuerpo también me acabarían matando.
Dibujos hacía en la encimera, como si mi dedo fuera un pincel. Tenía mucha habilidad para el dibujo y nunca había explotado mi potencial.
Giré la cabeza, tenía la misma sensación de antes, alguien había por ahí. Oía sus suspiros.
—¿Hay alguien?—Dije elevando un poco la voz, no tenía fuerzas.
No oí ninguna respuesta y supuse que sería fruto de mi imaginación. Sin darme cuenta observé el dibujo que había plasmado en los azulejos.
—Charlie.
Apoyé la cabeza en mis manos, me estaba obsesionando.
—No pasó nada, tengo que asimilarlo.
Pero, lo que había pasado ayer.. 
—No..—me restregué la nariz—no pasó nada.
La gente decía que era de locos hablar sola, pero yo decía que era decir tus pensamientos en alto, siempre reconocí que no tenía voz interior.
Al ver que la herida del dedo se estaba cerrando volví a coger el cuchillo. Un corte profundo y listo, adiós vida. Con más ganas que antes, pasé el filo por mi muñeca, no llegué a producirme un corte alarmante, aún no estaba convencida de ello.
—Mamá no hubiera querido esto..—No hubiera querido esto, no hubiera permitido que me hiciera eso mi padre, ni que acabara con mi vida de esta forma. 
—Pero mamá no está—Empuñé el cuchillo con todos los dedos y me hice un corte en la muñeca del brazo contrario con la que sujetaba el cubierto, luego me dispuse hacer lo mismo con la otra.
No llegué a pensar en lo que suponía este acto, tampoco llegué a pensar si acabaría con esto tan fácilmente. Sentía como la sangre discurría por mis manos. Caí apoyando las rodillas en el suelo, gritando alaridos de dolor. 
Por mi cabeza pasaron más flashes de mi vida, buenos, malos, se decía que siempre que estás apunto de morir ves tu vida, como si fuera una película. La mía trascurría a cara lenta, pude observar momentos cuando era pequeña, como mi madre me quería y abrazaba. Luego fueron primeras amistades, que la mayoría no habían tenido éxito. Hasta en estos momentos, que me veía en la cocina de mi casa rodeada por un charco de sangre.
Infinidades de preguntas pasaron por mi cabeza, ¿tan mal estaba para hacer esto? ¿este sería el final de una historia? ¿qué pensaría la gente? Demasiadas preguntas, poco tiempo disponía para responderlas.

5 comentarios:

  1. Gran cambio el del blog, como ya te he dicho, estaba segura de que te habría quedado genial, y no me he equivocado.
    El capítulo...como ya te he dicho, temas muy serios tratados con una delicadeza admirable. No me tengas en vilo mucho tiempo, jajajaja. Un beso.

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  2. Hay que triste... pero me gusta mushhho @MartaPica_Pica avisame porfiss Me encanta como escribes
    Un beso :)

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  3. Me as dejado sin palabras... Me as tenido en vilo todo el capitulo..
    Es increible como un tema tan grave lo tratas con delicaleza, es admirable por tu parte!
    Sigue escribiendo Que lo haces genial! :)
    PD: si con la otra novela me has echo sentir mil emociones con esta vas por el mismo camino! ;)
    Un besito.!

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  4. :o asi me has dejado, con la boca abierta, este capitulo es muuuy intenso , pero me encanta! redactas genial, y para escribir sobre este "tema" lo haces con un delicadeza improsionante, realmente me gusta mucho tu novela por que ademass aunque la historia es muuy triste ( y realista), es hermosa, yo me emociono con esta novela... espero que el siguiente lo subas pronto por que ya estoy muuy intrigada, siguiente!! :) <3

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  5. tengo una sensación extraña en el cuerpo.. es una mezcla entre escalofríos y nudos en la garganta.. alucinante.
    ahora sigo devorando los otros capítulos :)

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